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El ministerio de Relaciones Exteriores de Israel ha rechazado enfáticamente un informe de la ONU que acusa a Israel de realizar prácticas genocidas en Gaza, calificando el documento de “tendencioso” y “antiisraelí”.
La polémica se desató después de que un comité especial de la ONU presentara un informe que alega que los métodos de guerra de Israel, incluidos los bloqueos humanitarios y los ataques a civiles, corresponden a las características de un genocidio.
La acusación, que será presentada el lunes ante la Asamblea General de la ONU, afirma que Israel está causando intencionalmente hambre, muerte y heridas graves a la población palestina, al tiempo que socava las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y las órdenes vinculantes de la Corte Internacional de Justicia.
El reporte se hace eco de las advertencias de organismos internacionales y relatorías de derechos humanos que denuncian las políticas de Israel, incluyendo la obstrucción a la ayuda humanitaria y el uso del hambre como arma de guerra. En particular, el informe resalta que Israel ha lanzado más de 25.000 toneladas de explosivos sobre Gaza en los últimos meses, una cantidad que, según el informe, equivale al poder destructivo de dos bombas nucleares.
Esta devastación no solo ha causado un grave daño a la infraestructura vital, como el sistema de agua y alcantarillado, sino que ha contaminado el medio ambiente y dejado a las generaciones futuras expuestas a una crisis ecológica de magnitudes impredecibles.
Israel, por su parte, sostiene que sus acciones están dirigidas a desmantelar las instalaciones terroristas de Hamas, y niega cualquier acusación de genocidio, afirmando que las acusaciones son “falsas”. Además, el ministerio israelí insiste en que las condiciones en Gaza son producto del uso de los civiles como “escudos humanos” por parte de Hamas, y no de una estrategia militar deliberada contra la población palestina. Las autoridades israelíes también han subrayado su compromiso con la entrega de ayuda humanitaria, apuntando a la ONU como la responsable de la distribución inadecuada de la asistencia en Gaza.
El informe de la ONU también aborda otros temas de preocupación, como el uso de inteligencia artificial en los ataques masivos, con una intervención humana mínima, lo que plantea preguntas sobre la ética y la precisión en la toma de decisiones bélicas. Además, denuncia la censura de la prensa y la represión de la disidencia, tanto en Gaza como dentro de Israel, incluyendo las campañas de desinformación diseñadas para socavar la legitimidad de la ONU y el sistema legal internacional.
El comité recordó a los Estados miembros de la ONU su obligación de garantizar el cumplimiento del derecho internacional y de exigir rendición de cuentas. Según el documento, no hacerlo podría “debilitar la esencia misma del sistema legal internacional y sentar un peligroso precedente de impunidad ante las atrocidades”.
Estados Unidos respalda a Israel
Por su parte, Estados Unidos se alineó con Israel en su rechazo al informe, calificando las acusaciones de infundadas. El portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, reiteró el apoyo de EE.UU. a Israel, subrayando que tales afirmaciones carecen de base.
Sin embargo, la comunidad internacional permanece dividida sobre la interpretación de los eventos en Gaza y el papel de Israel en lo que muchos consideran una guerra de desgaste que pone en riesgo el futuro de los civiles palestinos.
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