Inundaciones en Pakistán agudizan problemas estructurales de alimentación
Hace más de 3 meses las lluvias monzónicas vienen afectando a Pakistán. Se trata de una más de las consecuencias de una crisis climática global que afecta a uno de los países con menos responsabilidad ambiental. La alimentación, los cultivos y su economía son uno de los grandes aspectos que se han afectado.
Las lluvias monzónicas en Pakistán han afectado a más de 33 millones de personas, lo que equivale al 15% del total de la población de este país. Las inundaciones han desatado un deterioro ambiental que está empeorando cada vez más la crisis de alimentación, salud y economía.
Hasta el momento, las lluvias han dejado más de 1.200 personas muertas, entre ellas 400 eran niños. También otros 3.600 han resultado heridos. Por ahora, aún hay 3,5 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria.
Sorprende que se trata de un país que sufre las consecuencias más graves de la crisis climática aun cuando es uno de los menos contaminantes del mundo. La pobreza parece ser un indicador importante de las graves consecuencias que han dejado las lluvias monzónicas.
En esta crisis, hasta los muros de 4.500 años de Mohenjo-daro, considerados Patrimonio Mundial de la Humanidad, se vieron afectados. Una parte de ellos se derrumbó y se tuvieron que iniciar labores de restauración por parte de arqueólogos.
Este es el panorama actual de la crisis en Pakistán:
La crisis climática
Pakistán no solo es considerado un país pobre, también es uno de los menos contaminantes por su baja emisión de gases de efecto invernadero que apenas llega a un 0,5% del total mundial. De todas formas, paga las consecuencias de una crisis climática global, empeoradas por su pobreza.
Para Asad Rehman, director ejecutivo de la organización War on Want, Pakistán y otros países pobres están “atrapados en una interacción tóxica entre una catástrofe climática de la que no son responsables y el aumento del hambre, la desigualdad estructural y un sistema económico improvisado”.
Por su parte, los países ricos y con mejores economías generan emisiones irreparables, pero no están tan afectados por el cambio climático que han generado. Estudios han demostrado que la probabilidad de estos mismos monzones en el subcontinente indio se multiplicaría seis veces para finales de siglo. Tanto los impactos, como la frecuencia aumentarán.
Por esto es que Pakistán ha reclamado desde hace años una compensación de los causantes de sus crisis, es decir, los países ricos, para reparar los daños que la crisis climática les ha dejado. Aunque aún los países como Estados Unidos, con un 25% de las emisiones globales, se oponen a repararlos, esto será un tema en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) que se llevará a cabo en el mes de noviembre en Egipto.
La alimentación
De todas formas la alimentación no es un mal menor, en el país se está dando una crisis de la seguridad alimentaria porque los cultivos no están dando fruto al estar bajo el agua.
Sin embargo, esta no es una crisis nueva en el país. Desde antes, el 43% de la población en Pakistán ya estaba en condición de inseguridad alimentaria, según lo explicado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Y las lluvias parecen agudizar la situación alimentaria al afectar la producción agrícola.
Más de 800.000 hectáreas de tierras han quedado destruidas y unas 730.500 cabezas de ganado perdidas. Los agricultores no tienen cómo sostener a sus familias y la cadena alimentaria tambalea.
Incluso esta crisis alimentaria se extiende hasta el país vecino, Afganistán, el cual depende en buena medida de las importaciones provenientes de Pakistán.
Las enfermedades
Aparte de las necesidades básicas insatisfechas de vivienda, alimentos y agua, las enfermedades son otro problema al que se enfrenta la comunidad.
Según Naciones Unidas, los habitantes estarían en riesgo de diarreas, dengue, malaria e infecciones respiratorias y cutáneas, porque las condiciones húmedas actuales crean un ambiente propicio para la propagación de estas enfermedades.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el contagio de estas enfermedades puede ser mortal en el contexto en el que se encuentran. Se hace muy importante la atención médica y la identificación de posibles brotes de enfermedades.
Los menores son una de las poblaciones más vulnerables en esta situación de crisis. Según Unicef, en este momento más de 3,4 millones de niños necesitan ayuda humanitaria. Unas 18.000 escuelas han sido dañadas por las inundaciones, lo que provocaría un daño más agregado al de la alimentación y la salud, el de la educación.
Bajo este desalentador panorama, tanto la ONU como las autoridades de Pakistán le solicitaron una ayuda de 160 millones de dólares a la comunidad internacional para actuar inmediatamente en la asistencia de víctimas.
Por el momento, a los desplazados se les ha resguardado en 147 campamentos en los distintos extremos del territorio.
La economía
Esta no es la primera crisis climática que había atravesado Pakistán, pues las altas temperaturas ya estaban afectado los suelos, justo antes de que iniciara este periodo de lluvias. Por eso, el gobierno ha dicho que estima que se necesitarían unos 10 mil millones de dólares para la reconstrucción agrícola y económica del país.
Las lluvias monzónicas en Pakistán han afectado a más de 33 millones de personas, lo que equivale al 15% del total de la población de este país. Las inundaciones han desatado un deterioro ambiental que está empeorando cada vez más la crisis de alimentación, salud y economía.
Hasta el momento, las lluvias han dejado más de 1.200 personas muertas, entre ellas 400 eran niños. También otros 3.600 han resultado heridos. Por ahora, aún hay 3,5 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria.
Sorprende que se trata de un país que sufre las consecuencias más graves de la crisis climática aun cuando es uno de los menos contaminantes del mundo. La pobreza parece ser un indicador importante de las graves consecuencias que han dejado las lluvias monzónicas.
En esta crisis, hasta los muros de 4.500 años de Mohenjo-daro, considerados Patrimonio Mundial de la Humanidad, se vieron afectados. Una parte de ellos se derrumbó y se tuvieron que iniciar labores de restauración por parte de arqueólogos.
Este es el panorama actual de la crisis en Pakistán:
La crisis climática
Pakistán no solo es considerado un país pobre, también es uno de los menos contaminantes por su baja emisión de gases de efecto invernadero que apenas llega a un 0,5% del total mundial. De todas formas, paga las consecuencias de una crisis climática global, empeoradas por su pobreza.
Para Asad Rehman, director ejecutivo de la organización War on Want, Pakistán y otros países pobres están “atrapados en una interacción tóxica entre una catástrofe climática de la que no son responsables y el aumento del hambre, la desigualdad estructural y un sistema económico improvisado”.
Por su parte, los países ricos y con mejores economías generan emisiones irreparables, pero no están tan afectados por el cambio climático que han generado. Estudios han demostrado que la probabilidad de estos mismos monzones en el subcontinente indio se multiplicaría seis veces para finales de siglo. Tanto los impactos, como la frecuencia aumentarán.
Por esto es que Pakistán ha reclamado desde hace años una compensación de los causantes de sus crisis, es decir, los países ricos, para reparar los daños que la crisis climática les ha dejado. Aunque aún los países como Estados Unidos, con un 25% de las emisiones globales, se oponen a repararlos, esto será un tema en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) que se llevará a cabo en el mes de noviembre en Egipto.
La alimentación
De todas formas la alimentación no es un mal menor, en el país se está dando una crisis de la seguridad alimentaria porque los cultivos no están dando fruto al estar bajo el agua.
Sin embargo, esta no es una crisis nueva en el país. Desde antes, el 43% de la población en Pakistán ya estaba en condición de inseguridad alimentaria, según lo explicado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Y las lluvias parecen agudizar la situación alimentaria al afectar la producción agrícola.
Más de 800.000 hectáreas de tierras han quedado destruidas y unas 730.500 cabezas de ganado perdidas. Los agricultores no tienen cómo sostener a sus familias y la cadena alimentaria tambalea.
Incluso esta crisis alimentaria se extiende hasta el país vecino, Afganistán, el cual depende en buena medida de las importaciones provenientes de Pakistán.
Las enfermedades
Aparte de las necesidades básicas insatisfechas de vivienda, alimentos y agua, las enfermedades son otro problema al que se enfrenta la comunidad.
Según Naciones Unidas, los habitantes estarían en riesgo de diarreas, dengue, malaria e infecciones respiratorias y cutáneas, porque las condiciones húmedas actuales crean un ambiente propicio para la propagación de estas enfermedades.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el contagio de estas enfermedades puede ser mortal en el contexto en el que se encuentran. Se hace muy importante la atención médica y la identificación de posibles brotes de enfermedades.
Los menores son una de las poblaciones más vulnerables en esta situación de crisis. Según Unicef, en este momento más de 3,4 millones de niños necesitan ayuda humanitaria. Unas 18.000 escuelas han sido dañadas por las inundaciones, lo que provocaría un daño más agregado al de la alimentación y la salud, el de la educación.
Bajo este desalentador panorama, tanto la ONU como las autoridades de Pakistán le solicitaron una ayuda de 160 millones de dólares a la comunidad internacional para actuar inmediatamente en la asistencia de víctimas.
Por el momento, a los desplazados se les ha resguardado en 147 campamentos en los distintos extremos del territorio.
La economía
Esta no es la primera crisis climática que había atravesado Pakistán, pues las altas temperaturas ya estaban afectado los suelos, justo antes de que iniciara este periodo de lluvias. Por eso, el gobierno ha dicho que estima que se necesitarían unos 10 mil millones de dólares para la reconstrucción agrícola y económica del país.