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Mariúpol lleva tres semanas bajo asedio ruso. Los ucranianos que lograron salir de esta ciudad la describen como “un infierno helado lleno de cadáveres y edificios destruidos”, según un informe de Human Rights Watch. Hasta hoy, cerca de 200.000 personas siguen atrapadas en Mariúpol en medio de los bombardeos y la destrucción. De hecho, las autoridades dicen que el 80 % de la infraestructura del lugar ha sido destruida; no hay agua, electricidad o calefacción.
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El escenario a corto plazo tampoco es alentador: “Dos bombas superpotentes” cayeron en Mariúpol este martes, aseguró el gobierno local, sin aportar ningún balance inmediato de víctimas, aunque se cree que al menos 2.000 personas han muerto en esta ciudad desde la invasión rusa del 24 de febrero. Este último ataque se dio luego de que Rusia lanzó un ultimátum el domingo a las autoridades ucranianas para que las fuerzas de Mariúpol se rindieran antes de las 3:00 a. m. del lunes. Un anuncio que rechazó la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk. Pero, ¿por qué es tan importante esta región para Vladimir Putin?
“Mariúpol tiene un significado práctico y simbólico para Rusia”, dijo Andrii Ianitskyi, director del centro de excelencia en periodismo económico de la Escuela de Economía de Kiev, a The Guardian. “Es una gran ciudad portuaria y una base para las fuerzas armadas ucranianas. Entonces, si los rusos quieren tener un corredor terrestre (desde el Donbás) hasta Crimea, necesitan controlar la ciudad”, agregó el experto.
Y es que la ciudad no solo se encuentra en el territorio reclamado por la llamada República Popular de Donetsk, una zona reconocida por Rusia antes de la invasión a gran escala, sino que, como lo explican algunos periodistas de The Guardian, también hace parte de la visión de Putin de Novoróssiya (Nueva Rusia), un territorio que Putin considera “tierras históricamente rusas”.
“Es por eso que Rusia está muy enfocada en tomarlo o simplemente borrarlo de la faz de la tierra, dependiendo de cómo vaya la resistencia. Sin Mariupol, no hay puente terrestre entre Crimea y las repúblicas separatistas”, comentó el periodista Leonid Bershidsky en una publicación de Bloomberg. “La invasión rusa se ha detenido en otros ejes: no avanza sobre Kiev, Járkov o el sur porque ahora está muy concentrada en eliminar este foco de resistencia en Mariúpol y sus alrededores. Toda la ira y el poder de fuego rusos ahora se concentran en esa ciudad”, agregó.
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Sin mencionar que Mariúpol ha sido durante muchos años un puerto estratégico en el Mar de Azov. Es el más grande en esa región, y alberga una importante fábrica de hierro y acero. Antes de la invasión, este era un centro de exportación clave para el acero, el carbón y el maíz de Ucrania, productos que llegaban hasta el Medio Oriente, según datos de la BBC. En otras palabras, perder Mariúpol sería un golpe para lo que queda de la economía ucraniana.
Esta zona es tan importante que no es la primera vez que las fuerzas ucranianas han luchado por defenderla. En 2014, tras la guerra que estalló en ese entonces en el este de Ucrania, los separatistas de Donetsk y las fuerzas del gobierno ucraniano se disputaron el control. “En ocasiones, los separatistas tomaron el control de Mariúpol antes de que finalmente regresara por completo a Ucrania”, se lee en una publicación del Washington Post. Desde ese año, y hasta la invasión rusa del 24 de febrero, se estima que 14.000 personas murieron por la guerra en el Donbás.