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Irán denunció como una decisión “sesgada y política” la atribución del Premio Nobel de la Paz 2023 a la periodista y defensora de los derechos humanos, Narges Mohammadi. “Tomamos nota de que el Comité del Nobel concedió el Premio de la Paz a una persona que fue declarada culpable de reiteradas violaciones de la ley y que cometió actos delictivos. Condenamos esta acción sesgada y política”, afirmó en un comunicado el portavoz iraní del Ministerio de Relaciones Exteriores, Nasser Kanani.
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Horas antes, se supo que Rusia, por su parte, se abstuvo de pronunciar su opinión sobre el reconocimiento que recibió la iraní, a propósito de su lucha a favor de las mujeres y en contra de la opresión. En medio de una declaración de prensa, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se remitió a decir: “Sin comentarios”. Estas declaraciones de Teherán y Moscú se suman a las recientes tensiones provocadas por las invitaciones a los embajadores que asistirán a las ceremonias de los Premios Nobel en Suecia y Noruega (donde se entrega el de la paz) en diciembre.
Aunque en un principio la Fundación Nobel había decidido invitar a los embajadores de Rusia y Bielorrusia a Estocolmo, tras estar excluidos anteriormente por la invasión de Moscú a Kiev, el revuelo político que eso ocasionó hizo que la organización se echara para atrás.
A través de un comunicado, se dio a conocer que los organizadores “optarán por repetir la excepción a la práctica habitual del año pasado; es decir, no invitar a los embajadores de Rusia, Bielorrusia e Irán a la ceremonia de entrega del Premio Nobel” en la capital sueca. Sin embargo, añadió el texto, su invitación a una ceremonia paralela en Oslo, dónde únicamente se entrega el Nobel de la Paz, sigue en pie.
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Sobre ese tema, el comité noruego del galardón dio a conocer que es de su interés que todos los embajadores asistan a la ceremonia del 10 de diciembre para que “se familiaricen con los importantes mensajes de los Premios Nobel de la Paz”. Según se lee en una declaración pública, “este es un reconocimiento universal y queremos comunicar lo que este significa a una audiencia global. Esto se aplica, en particular, a los países con regímenes autoritarios que hacen la guerra contra otros países o contra su propia población, y a los que se oponen nuestros premios de la paz”.
Entretanto, varias voces se han pronunciado a favor de la nueva premio nobel de la paz. Empezando por su familia, su esposo, Taghi Rahmani, escribió: “Por desgracia, Narges no puede estar con nosotros para compartir este momento extraordinario. Como siempre dice ella, la victoria no es fácil, pero es segura”. Por fuera de su círculo cercano, otros más se han unido a los mensajes de apoyo. Por ejemplo, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, advirtió: “Esto es un tributo a todas las mujeres que luchan por sus derechos, arriesgando su libertad, salud e incluso sus vidas”. A través de un comunicado, agregó: que Mohammadi haya sido seleccionada, es “un recordatorio importante de que los derechos de las mujeres y las niñas están enfrentando una fuerte resistencia, incluso a través de la persecución de defensoras de derechos humanos, en Irán y otros lugares” del mundo.
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