El Ejército israelí confirmó haber bombardeado Beirut, en una operación “selectiva” contra el “comandante responsable del asesinato de niños en Majdal Shams (Altos del Golán)”, en referencia al ataque del sábado 27 de julio en el que murieron 12 menores de edad mientras jugaban en un campo de fútbol. Una fuente próxima a Hezbolá, grupo al que se le atribuye el ataque, reportó dos muertos, según informó AFP.
Por el ataque del sábado Israel prometió responder “con dureza”. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se entrevistó con el líder de la comunidad local el día de la ofensiva e indicó que Israel no dejaría “este mortífero ataque sin respuesta” y que Hezbolá “pagará un alto precio, un precio que nunca ha pagado antes”, agregó el mensaje oficial. El portavoz del ejército, Daniel Hagari, confirmó el anunció de una pronta respuesta contra el movimiento.
Las primeras ofensivas del ejército israelí se registraron el domingo 28 de julio cuando las fuerzas armadas bombardearon de forma simultánea siete regiones del interior y el sur del Líbano. Los ataques estuvieron dirigidos contra las zonas de Sabrinha, Borj El Chmali, Beka’a, Kfar Kila, Rab a-Taltin, al Khyam y Tir Hafa, informó un comunicado castrense.
“Estamos aumentando en gran medida nuestra preparación para la próxima etapa en la lucha en el norte”, aseguró el jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi, en una visita al campo de fútbol en el que se produjo el impacto del proyectil. “Cuando sea necesario, actuaremos con firmeza. Nuestro deber es devolver a los habitantes del norte sanos y salvos a sus hogares, en Galilea y en los Altos del Golán. Es nuestro total compromiso”, agregó.
Hoy, una fuente cercana al grupo libanés Hezbolá indicó que Israel bombardeó su bastión en el suburbio sur de Beirut. En tanto, testigos dijeron que escucharon un fuerte estallido y vieron humo salir de esa zona del extrarradio de la capital libanesa.
Israel lleva en un continuo intercambio de fuego con el grupo chiita libanés desde el 8 de octubre, tras el comienzo de la guerra en la Franja de Gaza, a raíz del ataque de Hamás contra territorio israelí en el que el 7 de octubre murieron unas 1.200 personas y otras 200 fueron secuestradas.
El grupo libanés, aliado de Irán, ataca constantemente posiciones al otro lado de la divisoria con cohetes y drones en solidaridad con las milicias palestinas, e Israel responde con bombardeos a objetivos militares del grupo en el Líbano y en Siria.
Pero sobre este ataque, Hezbolá negó haber atacado la ciudad de Majdal Shams, pese a que sí había reivindicado a lo largo de este sábado hasta siete ataques en otros puntos del norte de Israel, incluidos los Altos del Golán. “La Resistencia Islámica en el Líbano desmiente categóricamente las acusaciones vertidas por algunos medios de comunicación enemigos y diversas plataformas mediáticas sobre la acción que tuvo como objetivo Majdal Shams”, indicó la formación armada en un escueto comunicado a través de sus canales oficiales.
Evitar una escalada del conflicto
Ayer, 29 de julio, el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, habló con el ministro de Exteriores libanés, Bou Habib, y con el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul-Gheit, con el fin de evitar un conflicto regional tras el ataque.
Borrell informó a través de la red social X que había hablado con ambos “tras el baño de sangre de Majdal Shams” y precisó que han discutido “la necesidad de esclarecer las causas, buscar modos de desescalar y evitar una guerra regional; y de alcanzar un alto al fuego en Gaza ahora”.
“Demasiados niños han sido asesinados ya”, escribió el jefe de la diplomacia del bloque.
Mientras tanto, el Gobierno libanés anunció que está manteniendo numerosos contactos diplomáticos después de que Israel haya prometido una “dura” respuesta al ataque que hace temer una escalada que desemboque en un conflicto regional. Entre ellos Estados Unidos y Francia, que intentan contener el riesgo de escalada.
Un diplomático francés en Beirut dijo que Francia, “junto a otros socios, sobre todo Estados Unidos, se esfuerza al máximo para llamar a la moderación a todas las partes”.
También, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se declaró muy “preocupado por la creciente amenaza de un conflicto generalizado en toda la región” y “pidió vehementemente a todas las partes y a la comunidad internacional que trabajen urgentemente para rebajar tensiones”.
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