Israel dice que atacó convoy humanitario porque creyó ver a un terrorista
En total, tres bombardeos israelíes lanzados sobre el convoy en un intervalo de cuatro minutos mataron a los trabajadores humanitarios, seis extranjeros y uno palestino.
El ejército israelí reconoció el viernes una serie de “errores” en el bombardeo que mató a siete cooperantes el lunes en la Franja de Gaza y alegó que creyó ver a “un hombre armado de Hamás” en el convoy.
En total, tres bombardeos israelíes lanzados sobre el convoy en un intervalo de cuatro minutos mataron a los trabajadores humanitarios, seis extranjeros, cuyos cuerpos fueron entregados en Egipto, y uno palestino, inhumado en la Franja de Gaza.
El equipo a cargo de los drones que bombardearon los vehículos cometió “un error de apreciación operacional de la situación”, después de haber visto a un supuesto “hombre armado de Hamás” disparar desde el techo de uno de los camiones del convoy de la oenegé estadounidense World Central Kitchen (WCK), según una investigación interna del ejército.
El ejército, que reconoce “violaciones de los procedimientos operacionales normales”, también admitió que WCK había comunicado su hoja de ruta, pero los militares a cargo del ataque no la tenían.
En una rueda de prensa en la sede del ejército en Tel Aviv, altos mandos militares presentaron a los periodistas secuencias de video de dron que mostraban al “agente de Hamás” en el convoy de WCK, que circulaba por el centro de Gaza hacia las 10 p. m. locales del lunes.
En la parte superior de los vehículos había grandes logos de WCK, pero la cámara del dron no los pudo ver en la oscuridad, declaró el general retirado Yoav Har-Even, que dirige la investigación.
“Esto fue un factor clave en la sucesión de los acontecimientos”, dijo.
Quienes aprobaron los tres bombardeos al convoy “estaban convencidos de que apuntaban a agentes armados de Hamás, y no a empleados de WCK”, indica en un comunicado el ejército.
El general retirado Har-Even habló de una confusión, que llevó a los responsables militares a pensar que los vehículos del convoy humanitario “habían sido interceptados por Hamás”.
Dos oficiales implicados en el incidente, un coronel en la reserva y un comandante en activo, serán cesados de sus funciones, según el informe del general Har-Even.
La oenegé, fundada por el chef español José Andrés tras el terremoto de Haití de 2010, reclamó una comisión de investigación independiente. El ejército israelí “no puede investigar de forma creíble sobre su propio fallo”, advirtió.
WCK anunció el cese de sus operaciones en el enclave tras este ataque.
La muerte de los cooperantes causó una ola de indignación. En una tensa conversación telefónica, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó el jueves al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a ordenar un “alto el fuego inmediato”.
Los cooperantes fueron atacados tras supervisar el descargo de un buque con 300 toneladas de ayuda alimentaria, que llegó de Chipre, hacia un depósito situado en tierra, en la Franja de Gaza.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación ante el riesgo de que más organizaciones dedicadas a proveer ayuda en Gaza anuncien el cese de operaciones para proteger a su personal.
Desde octubre más de 196 trabajadores humanitarios han muerto en Gaza, según la base de datos Aid Worker Security Database, financiada por Estados Unidos, que registra los principales incidentes de violencia contra el personal de ONG.
Siguiendo los pasos de la oenegé World Central Kitchen, tras la muerte de los siete cooperantes, entidades como Anera (siglas en inglés de American Near East Refugee Aid), que atiende refugiados en Medio Oriente, comunicaron su retirada.
Según The Guardian, el Proyecto Hope, con sede en EE. UU., y que se centra en la atención médica, también informó el martes que suspendería las operaciones en Gaza.
El comisionado de la Agencia para los Refugiados de las Naciones Unidas (UNRWA en inglés), Philippe Lazzarini, advirtió que supondrá “un enorme desafío” evitar la hambruna en la Franja de Gaza, si persisten los ataques israelíes contra convoyes humanitarios.
“El asesinato de los trabajadores humanitarios y el impedimento de la entrada de los convoyes de UNRWA no permitirá salvar vidas y evitar la hambruna” agregó Lazzarini en su mensaje.
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El ejército israelí reconoció el viernes una serie de “errores” en el bombardeo que mató a siete cooperantes el lunes en la Franja de Gaza y alegó que creyó ver a “un hombre armado de Hamás” en el convoy.
En total, tres bombardeos israelíes lanzados sobre el convoy en un intervalo de cuatro minutos mataron a los trabajadores humanitarios, seis extranjeros, cuyos cuerpos fueron entregados en Egipto, y uno palestino, inhumado en la Franja de Gaza.
El equipo a cargo de los drones que bombardearon los vehículos cometió “un error de apreciación operacional de la situación”, después de haber visto a un supuesto “hombre armado de Hamás” disparar desde el techo de uno de los camiones del convoy de la oenegé estadounidense World Central Kitchen (WCK), según una investigación interna del ejército.
El ejército, que reconoce “violaciones de los procedimientos operacionales normales”, también admitió que WCK había comunicado su hoja de ruta, pero los militares a cargo del ataque no la tenían.
En una rueda de prensa en la sede del ejército en Tel Aviv, altos mandos militares presentaron a los periodistas secuencias de video de dron que mostraban al “agente de Hamás” en el convoy de WCK, que circulaba por el centro de Gaza hacia las 10 p. m. locales del lunes.
En la parte superior de los vehículos había grandes logos de WCK, pero la cámara del dron no los pudo ver en la oscuridad, declaró el general retirado Yoav Har-Even, que dirige la investigación.
“Esto fue un factor clave en la sucesión de los acontecimientos”, dijo.
Quienes aprobaron los tres bombardeos al convoy “estaban convencidos de que apuntaban a agentes armados de Hamás, y no a empleados de WCK”, indica en un comunicado el ejército.
El general retirado Har-Even habló de una confusión, que llevó a los responsables militares a pensar que los vehículos del convoy humanitario “habían sido interceptados por Hamás”.
Dos oficiales implicados en el incidente, un coronel en la reserva y un comandante en activo, serán cesados de sus funciones, según el informe del general Har-Even.
La oenegé, fundada por el chef español José Andrés tras el terremoto de Haití de 2010, reclamó una comisión de investigación independiente. El ejército israelí “no puede investigar de forma creíble sobre su propio fallo”, advirtió.
WCK anunció el cese de sus operaciones en el enclave tras este ataque.
La muerte de los cooperantes causó una ola de indignación. En una tensa conversación telefónica, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó el jueves al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a ordenar un “alto el fuego inmediato”.
Los cooperantes fueron atacados tras supervisar el descargo de un buque con 300 toneladas de ayuda alimentaria, que llegó de Chipre, hacia un depósito situado en tierra, en la Franja de Gaza.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación ante el riesgo de que más organizaciones dedicadas a proveer ayuda en Gaza anuncien el cese de operaciones para proteger a su personal.
Desde octubre más de 196 trabajadores humanitarios han muerto en Gaza, según la base de datos Aid Worker Security Database, financiada por Estados Unidos, que registra los principales incidentes de violencia contra el personal de ONG.
Siguiendo los pasos de la oenegé World Central Kitchen, tras la muerte de los siete cooperantes, entidades como Anera (siglas en inglés de American Near East Refugee Aid), que atiende refugiados en Medio Oriente, comunicaron su retirada.
Según The Guardian, el Proyecto Hope, con sede en EE. UU., y que se centra en la atención médica, también informó el martes que suspendería las operaciones en Gaza.
El comisionado de la Agencia para los Refugiados de las Naciones Unidas (UNRWA en inglés), Philippe Lazzarini, advirtió que supondrá “un enorme desafío” evitar la hambruna en la Franja de Gaza, si persisten los ataques israelíes contra convoyes humanitarios.
“El asesinato de los trabajadores humanitarios y el impedimento de la entrada de los convoyes de UNRWA no permitirá salvar vidas y evitar la hambruna” agregó Lazzarini en su mensaje.
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