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El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió que logrará una “solución” para “calmar los ánimos” ante la fractura social provocada por su reforma judicial, que este jueves lanzó de nuevo a cientos de miles de israelíes a las calles en protesta tras aprobarse una ley que blinda al primer ministro de ser declarado no apto.
“Tomo las riendas, por el bien del pueblo y del país, haré todo lo que esté a mi alcance para llegar a una solución y calmar los ánimos en el pueblo. Somos gente fraterna”, afirmó este jueves el primer ministro en un mensaje televisado, en el que tendió una mano a la oposición para dialogar, pero sin suspender la tramitación de esa polémica legislación.
Su mensaje se produjo después de una reunión privada con su ministro de Defensa, Yoav Gallant —veterano de su partido Likud—, quien iba a pedir públicamente que se frenara la reforma judicial en vista de la división social provocada, aunque Netanyahu logró frenar esa intervención que hubiera puesto en apuros a su Gobierno.
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Protestas, más intensas
Entretanto, las autoridades del país han desplegado un fuerte dispositivo policial, reforzado con unidades a caballo y cañones de agua, para dispersar las multitudinarias protestas antigobierno, cada vez más violentas.
Los gigantes chorros de agua se derramaban sobre una muchedumbre que esgrimía banderas israelíes, banderas del colectivo LGBTQ+ y pancartas que clamaban “Democracia” y “Libertad”, en tanto que las fuerzas a caballo se empleaban para desbloquear las importantes rutas tomadas en los accesos al puerto de Ashdod o en Tel Aviv.
Se trata del movimiento de protesta más importante de la historia reciente de Israel, surgido en enero, luego de que el gobierno liderado por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, el más derechista y religioso que ha tenido el país, anunció una polémica reforma judicial que suprime la capacidad del Supremo de revisar y anular leyes anticonstitucionales y da al Ejecutivo control total en el nombramiento de jueces.
Este mismo jueves, el Parlamento aprobó una ley que blinda a Netanyahu de la posibilidad de ser recusado o declarado no apto para ejercer su cargo, mientras se enfrenta a un juicio por varios cargos de corrupción.
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El mandatario califica a los manifestantes de “anarquistas” y las protestas se topan cada vez con más represión policial y violencia por parte de simpatizantes del Gobierno, profundizando así la polarización del país.
Videos difundidos por los manifestantes mostraban a varios uniformados tirando de una mujer para empujarla dentro de un vehículo patrulla, mientras la multitud les gritaba “Qué vergüenza!”. También denunciaron que un motociclista les roció gases lacrimógenos, y que un auto embistió a un manifestante.
Al menos 23 manifestantes han sido arrestados este jueves, según informes de la Policía, una cifra que se eleva a 87 según el sitio informativo Ynet. Una mujer fue arrestada tras presuntamente golpear con una bandera al ministro de Agricultura, Avi Dichter, sin causarle heridas.
“Condeno enérgicamente el ataque al ministro Dichter por parte de un activista de izquierda y exijo que los líderes de la oposición detengan de inmediato la anarquía, la violencia y la incitación hacia los funcionarios electos”, escribió Netanyahu en Twitter.
El mandatario, que retrasó un viaje previsto a Londres para dar un mensaje nacional en la noche, exigió a la Policía y a la fiscalía “tomar medidas inmediatas y firmes contra cualquiera que ponga las manos sobre funcionarios electos”.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, también dará un discurso justo antes del primer ministro, y varios medios especulan sobre su posible dimisión. En tanto, miles de manifestantes se congregaban frente a la residencia privada de Netanyahu, en Jerusalén.
Ultraortodoxos
Bnei Brak, una ciudad ultraortodoxa en las afueras de Tel Aviv, se está convirtiendo en un foco rojo de las manifestaciones por parte de israelíes liberales seculares que protestan contra el creciente poder de los partidos ultraortodoxos en el Gobierno.
La semana pasada, frente a la casa del legislador haredi Moshe Gafni, los manifestantes se enfrentaron a los residentes ultraortodoxos, que les arrojaron huevos.
Ante una posible escalada hoy en ese sector, Netanyahu instó a los líderes ultraortodoxos a que su gente “no vaya a áreas donde hay fricción y que no se deje arrastrar por provocaciones”.
En la misma línea, el presidente del Estado de Israel, Isaac Herzog, que ha tratado de mediar entre gobierno y oposición con el objetivo de evitar una “guerra civil”, instó a que “todos muestren responsabilidad y eviten incitar al odio infundado”.
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La residencia en Jerusalén de Arieh Deri, líder del partido ultraortodoxo Shas y condenado por corrupción, también fue escenario de manifestaciones. El Gobierno quiere devolverle su puesto como ministro pese a los cargos que enfrenta, a través de una nueva ley ad hoc.
Docenas de hombres y niños ultraortodoxos rechazaron la protesta con bailes en el lugar.
Las manifestaciones han llegado a congregar en un solo día a medio millón de personas de sectores muy diversos de la sociedad: desde intelectuales, científicos y empresarios de la alta tecnología, hasta soldados, banqueros y estudiantes.
Bajo presión, la coalición gubernamental accedió el lunes a suavizar algunos aspectos polémicos de su plan y a retrasar la tramitación parlamentaria de casi todas las nuevas leyes para después del receso legislativo, en mayo, y así dar tiempo a la negociación.
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