Este martes, Hezbolá sigue lanzando misiles hacia el norte de Israel, cuyas fuerzas continúan atacando Líbano, un día después de que una ofensiva matara a 558 personas, incluidos 50 menores de edad y 94 mujeres, y obligara a muchos más a huir de sus hogares, en medio del terror y el caos. El grupo islamista, aliado de Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, aseguró que atacó varios objetivos militares de su enemigo, mientras que Israel notificó que unos 50 proyectiles fueron disparados desde su vecino hacia el norte del país, donde la mayoría fueron interceptados.
En medio de las tensiones, que cada vez avivan más el temor de que se desate una guerra regional, en la que incluso Estados Unidos e Irán podrían ser arrastrados, el presidente de Teherán, Masoud Pezeshkian, comentó que Hezbolá, un proxie iraní en la región, “no puede enfrentarse solo” a Israel, “a un país que está siendo defendido, apoyado y abastecido por países occidentales, por países europeos y por Estados Unidos”, según dijo en una entrevista a CNN.
Un día antes, en una declaración ante periodistas desde Nueva York, donde varios líderes mundiales se reúnen en antesala a la Asamblea General de Naciones Unidas, el mandatario iraní dijo: “Sabemos mejor que nadie que si estalla una guerra más amplia en Oriente Medio, esta no beneficiaría a nadie en el mundo. Es Israel el que pretende crear un conflicto más amplio”. Agregó: “Solo nos engañamos a nosotros mismos si pensamos que alguien saldrá victorioso en una guerra regional”.
¿Qué ha dicho Israel sobre el nuevo frente de guerra con Líbano?
Está próximo a cumplirse el año desde que Hamás atacó Israel y este empezó una ofensiva contra Gaza, que ha matado a más de 40.000 personas. En medio de esto, unos 60.000 israelíes fueron evacuadas del norte del país y no han podido regresar a sus hogares, gracias a los enfrentamientos casi diarios que han ocurrido a lo largo de la frontera. Así las cosas, los objetivos de guerra del gabinete de Benjamin Netanyahu pasaron a ser tres: eliminar a Hamás, recuperar a los secuestrados que están en el enclave palestino y asegurar el retorno de su población norteña.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró que la campaña de ataques aéreos contra Líbano continuará hasta que los residentes regresen a sus hogares y aprovechó para decir que el lunes fue un “pico significativo” en el conflicto. “Esta es la semana más difícil para Hezbolá desde su creación. Los resultados hablan por sí solos”, afirmó el jefe de la cartera: “Unidades enteras fueron retiradas del combate como resultado de las actividades llevadas a cabo a principios de la semana, en las que numerosos terroristas resultaron heridos”. Y es que a lo sucedido ayer se suma el ataque israelí del viernes en Beirut, que mató al menos a 45 personas, entre ellos dirigentes de Hezbolá, pero también las explosiones de bíperes y “walkie-talkies” de miembros del grupo insurgente, que dejaron 40 muertos, incluidos dos niños, y más de 3.000 heridos.
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