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Japón decidió deshacerse de cantidades masivas de agua tratada pero aún radioactiva almacenada en tanques de la central nuclear de Fukushima, informaron medios de comunicación locales, a pesar de la fuerte oposición local a este proyecto. El gobierno del primer ministro Yoshihide Suga planea anunciar la medida el próximo martes, según la agencia Jiji y la cadena de televisión pública NHK.
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Esta decisión pondría fin a siete años de debate sobre cómo deshacerse del agua procedente de la lluvia, de las aguas subterráneas o de las inyecciones necesarias para enfriar los núcleos de los reactores nucleares que se fundieron tras el tsunami del 11 de marzo de 2011. De acuerdo con AP, un panel del gobierno preparó un informe hace dos años diciendo que la liberación al mar es el método más realista. Este documento mencionó la evaporación como una opción menos deseable.
El agua destinada a ser liberada en esta operación, que tardaría varios años, se ha filtrado en varias ocasiones para eliminar la mayoría de sus sustancias radiactivas (radionucleidos), pero no el tritio, que no puede eliminarse con las técnicas actuales. Se diluirá para cumplir con los estándares internacionales, dijo la NHK. Según los expertos, el tritio sólo es peligroso para la salud humana en dosis muy altas. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) también aboga por la opción de dilución en el mar.
Algunos científicos dicen que se desconoce el impacto a largo plazo en la vida marina de la exposición a dosis bajas de volúmenes tan grandes de agua, informó AP.
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Esta información se publica cuando Suga se reunió el miércoles con Hiroshi Kishi, dirigente de la Federación de Cooperativas Pesqueras del Japón. Al término de la reunión, Kishi citó a Suga: “La eliminación del agua tratada con ALPS es inevitable y los expertos han recomendado que la liberación al mar es el método más realista que se puede implementar”, informó el Japan Times el 7 de abril. ALPS se refiere al proceso utilizado para tratar el agua en la planta.
Kishi agregó que los pescadores de todo el país se oponen firmemente al plan, y dijo que si finalmente el gobierno toma la decisión de enviar el agua tratada al océano, se deben tomar medidas para “abordar el daño a la reputación de la industria”.
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En la actualidad, alrededor de 1,25 millones de toneladas de agua contaminada se encuentran almacenadas en más de 1.000 tanques cerca de la central nuclear dañada hace diez años en el noreste de Japón. Una decisión es tanto más urgente cuanto que los límites de la capacidad de almacenamiento de agua in situ podrían alcanzarse a partir del otoño boreal de 2022. La administración de Suga se comprometió a tomar una decisión formal lo antes posible, ya que se necesitarían dos años de preparación antes de que pueda ser liberada, informó el Japan Times.