Pese a que Ucrania recuperó la ciudad de Jersón en noviembre, las autoridades informaron este miércoles de nuevos ataques rusos sobre la ciudad, donde en las últimas 24 horas cayeron hasta 33 misiles sobre objetivos civiles.
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“Antes, las fuerzas rusas nos bombardeaban de siete a 10 veces al día, ahora son de 70 a 80 veces. Da demasiado miedo”, comentó a la BBC, Elena, una ucraniana que tuvo que salir de Jersón tras los ataques rusos. El medio británico informó que cientos de vehículos hacían fila en el puesto de control para salir de Jersón: “la mayoría eran civiles aterrorizados”, se lee en la publicación.
Las cosas vienen empeorando en la ciudad desde hace días: el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, sostuvo que la región fue bombardeada el sábado 24 de diciembre, en vísperas de Navidad. “No son instalaciones militares. No es una guerra según las reglas definidas. Es el terror, es matar para intimidar”, comentó el mandatario ucraniano en redes sociales.
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Según la presidencia ucraniana y el gobernador regional, Yaroslav Yanushevich, el ataque dejó siete muertos y 58 heridos. En ese momento, un equipo de AFP vio a muchos cuerpos inertes, en el suelo. “Los servicios de rescate intentaron salvarlo, pero ya no respiraba”, declaró una mujer cuyo esposo, Oleksii, falleció en los bombardeos.
Según Leonid Tataryn, un habitante de 38 años que habló con AFP hace una semana, hubo un bombardeo en una tienda, y luego en el mercado central y en las inmediaciones.
Recuperar Kreminna, puerta de acceso al Donbás industrial
El Ejército ucraniano ha centrado sus esfuerzos en las últimas horas en hacerse con el control de la estratégica ciudad de Kreminna, lo que les permitiría el acceso a las carreteras principales que dan acceso a los centros industriales del Donbás, en el este de país. Según informan The New York Times y el medio local Ukrianska Pravda, los combates en esta urbe de la región de Lugansk se iniciaron hace un par de días.
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Kreminna es una puerta de entrada a dos ciudades cercanas mucho más grandes, Sievierodonetsk y Lysychansk, importantes centros industriales en la región de Donbás, que cayó en manos de Rusia después de una extenuante y costosa campaña en verano.
El diario neoyorquino recuerda que, desde que Rusia tuvo que soportar una serie de retiradas militares humillantes, como la de parte de Jersón o el norte del país, su ejército ha fortalecido sus líneas cerca de Kreminna con una serie de barreras defensivas.
Ello forma parte de su esfuerzo por solidificar sus posiciones en un frente irregular que se extiende cientos de kilómetros en las dos regiones que conforman el Donbás: Donetsk y Lugansk.
Hanna Maliar, viceministra de Defensa de Ucrania, aseguró recientemente que los ocupantes rusos se habían fijado como objetivo llegar hasta la frontera administrativa de la región de Donetsk antes de fines de año, algo que aún no han logrado, según las agencias locales.
Y Serhii Haidai, jefe de la Administración Militar de la región de Lugansk, dijo este martes que los contraataques de los ocupantes rusos no están dando los frutos previstos por los enemigos en el frente Svatove-Kreminna. Precisó además que los “defensores ucranianos están a pocos kilómetros de Kreminna”.
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