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                                                                                                                                La aldea marroquí que entierra a uno de cada cuatro vecinos por el terremoto

                                                                                                                                Un potente sismo de magnitud 6,8 sacudió Marruecos en la noche del viernes y sembró el pánico en la turística ciudad de Marrakech, cercana al epicentro

                                                                                                                                Fotografía de los destrozos provocados por el terremoto de magnitud 7 este sábado en Marrakech (Marruecos). Imagen de referencia.
                                                                                                                                Foto: EFE - Javier Picazo
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                - ¿Qué buscaba allí?

                                                                                                                                - A mi padre.

                                                                                                                                Lea también: Terremoto en Marruecos: más de 1.300 muertos; reconstrucción puede tomar “años”

                                                                                                                                Y rompe a llorar, y se abraza y no puede parar. Su padre Brahim está debajo, está muerto, asegura. El único sonido que sale de los escombros, que configuran un camino continuo encadenando una casa con otra, es el lamento de una cabra atrapada con una viga, cada vez más distante y distanciado.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Hassan, un vecino, dice que en la aldea había unos 400 vecinos. El terremoto sepultó a un centenar, uno de cada cuatro. No hay familia a la que la tragedia no le pegue de lleno.

                                                                                                                                "Ya no tengo nada", dice Rachida inconsolable junto a una vecina con su marido en el hospital. Han parado de intentar encontrar a Brahim. "Está ahí debajo", resume mirando hacia una zona de escombros con una pared en pie.

                                                                                                                                A pocos metros de ellas, en un pequeño descampado al lado de otro edificio derruido, el ritmo es frenético. Junto a unas tumbas antiguas, una veintena de hombres cavan, pala en mano, nuevos agujeros para dar sepultura a los cadáveres. Construyen una hilera de agujeros alargados y, en paralelo, espera otra fila de cuerpos envueltos en mantas y sudarios. En un extremo, pequeños grupos de mujeres, hombres y niños se consuelan bajo un árbol. Se abrazan, lloran, miran sin ver.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Lea también: Colombianos en Marruecos: dónde pedir asistencia, si es necesaria, tras el sismo

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD
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                                                                                                                                Ahora cuentan además con el camión cisterna que ha traído el Ejército marroquí, cuyos soldados buscan rastros humanos entre el adobe caído y reparten comida.

                                                                                                                                De alguna manera, se da por sentado que no puede haber más supervivientes, pero al salir del pueblo un grupo de tres mujeres gritan "¡Salam aleikun!" varias veces hacia un pequeño hueco entre los escombros de una casa grande totalmente colapasada.

                                                                                                                                - ¿Hay alguien entre las piedras?

                                                                                                                                - Quién sabe.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.

                                                                                                                                Fotografía de los destrozos provocados por el terremoto de magnitud 7 este sábado en Marrakech (Marruecos). Imagen de referencia.
                                                                                                                                Foto: EFE - Javier Picazo
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                - ¿Qué buscaba allí?

                                                                                                                                - A mi padre.

                                                                                                                                Lea también: Terremoto en Marruecos: más de 1.300 muertos; reconstrucción puede tomar “años”

                                                                                                                                Y rompe a llorar, y se abraza y no puede parar. Su padre Brahim está debajo, está muerto, asegura. El único sonido que sale de los escombros, que configuran un camino continuo encadenando una casa con otra, es el lamento de una cabra atrapada con una viga, cada vez más distante y distanciado.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Hassan, un vecino, dice que en la aldea había unos 400 vecinos. El terremoto sepultó a un centenar, uno de cada cuatro. No hay familia a la que la tragedia no le pegue de lleno.

                                                                                                                                "Ya no tengo nada", dice Rachida inconsolable junto a una vecina con su marido en el hospital. Han parado de intentar encontrar a Brahim. "Está ahí debajo", resume mirando hacia una zona de escombros con una pared en pie.

                                                                                                                                A pocos metros de ellas, en un pequeño descampado al lado de otro edificio derruido, el ritmo es frenético. Junto a unas tumbas antiguas, una veintena de hombres cavan, pala en mano, nuevos agujeros para dar sepultura a los cadáveres. Construyen una hilera de agujeros alargados y, en paralelo, espera otra fila de cuerpos envueltos en mantas y sudarios. En un extremo, pequeños grupos de mujeres, hombres y niños se consuelan bajo un árbol. Se abrazan, lloran, miran sin ver.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Lea también: Colombianos en Marruecos: dónde pedir asistencia, si es necesaria, tras el sismo

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD
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                                                                                                                                Ahora cuentan además con el camión cisterna que ha traído el Ejército marroquí, cuyos soldados buscan rastros humanos entre el adobe caído y reparten comida.

                                                                                                                                De alguna manera, se da por sentado que no puede haber más supervivientes, pero al salir del pueblo un grupo de tres mujeres gritan "¡Salam aleikun!" varias veces hacia un pequeño hueco entre los escombros de una casa grande totalmente colapasada.

                                                                                                                                - ¿Hay alguien entre las piedras?

                                                                                                                                - Quién sabe.

                                                                                                                                No ad for you

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