La Corte Penal Internacional cumple 20 años, ¿cuál es el balance?
La CPI experimentó un nuevo impulso de apoyo occidental desde la invasión rusa de Ucrania, por ejemplo, con la ayuda de decenas de investigadores extranjeros. La apertura de una investigación sobre este conflicto le da una oportunidad de demostrar su valía, pues el tribunal ha recibido varias críticas por los pocos resultados que ha mostrado en sus 20 años de funcionamiento.
La Corte Penal Internacional (CPI) celebra su vigésimo aniversario, marcado por la guerra en Ucrania, que le da un nuevo impulso tras dos décadas de críticas y controversias. Un balance pobre de cinco condenas y una serie de acusaciones según las cuales el tribunal solo se concentró en África, mancharon la imagen de la CPI, cuyo tratado fundacional, el Estatuto de Roma, entró en vigencia el 1º de julio de 2002. Aun así, como única jurisdicción permanente en el mundo para acusaciones graves como genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, la CPI sigue siendo el último recurso judicial para muchos países.
La Corte es un “pilar del sistema jurídico internacional”, señaló el juez que preside el tribunal, Piotr Hofmanski, al abrir una conferencia organizada en ocasión de los 20 años de la institución. El aniversario es “un logro formidable”, subrayó, por su lado, el fiscal Karim Khan durante la conferencia. Pero, rodeado de algunos “arquitectos” del estatuto fundador, Khan comparó a la CPI con un edificio “bajo presión”.”Es necesario proceder a renovaciones. Hay que volvernos más fuertes y más eficaces”, agregó.
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La CPI experimentó un nuevo impulso de apoyo occidental desde la invasión rusa de Ucrania, por ejemplo, con la ayuda de decenas de investigadores extranjeros. La apertura de una investigación sobre este conflicto le da una oportunidad de demostrar su valía.
“Objetivos nobles”
La CPI es “hija” del proceso de Nuremberg, que juzgó a los criminales nazis tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando el nuevo orden internacional posterior a ese conflicto buscaba un ideal de justicia mundial. Los tribunales sobre las guerras en la ex-Yugoslavia, en los años 90, el genocidio en Ruanda, en 1994, y el conflicto en Sierra Leona también sentaron las bases de una corte permanente en La Haya. El Estatuto de Roma fue firmado en 1998 y entró en vigencia cuatro años más tarde. Desde entonces, la CPI solo logró cinco condenas, todas de rebeldes africanos. Sin embargo, el expresidente marfileño Laurent Gbagbo fue declarado inocente, el exvicepresidente de República Democrática del Congo Jean-Pierre Bemba fue absuelto en apelación y los cargos contra el presidente keniano, Uhuru Kenyatta, fueron abandonados.
”Cuando se considera el legado de la CPI bajo la luz de sus nobles objetivos, los resultados son insignificantes”, declaró a la AFP Thijs Bouwknegt, del Instituto NIOD de Estudios sobre la Guerra, el Holocausto y el Genocidio.
Impacto requerido
Muchos países se mantienen al margen de la Corte. Estados Unidos, que firmó el Estatuto de Roma en el 2000, pero nunca lo ratificó, la sancionó por su investigación sobre Afganistán. China, Israel, Birmania y Siria no la reconocen y Rusia habría intentado introducir un espía en ella.
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Estos últimos años se abrieron nuevas investigaciones sobre algunos de los conflictos más controvertidos del mundo, por ejemplo, el palestino-israelí, Afganistán, Birmania y Filipinas. El jueves, el tribunal emitió órdenes de arresto contra tres personas por presuntos crímenes de guerra durante el conflicto entre Rusia y Georgia, por Osetia del Sur en 2008. La investigación se abrió en 2016 y fue la primera sobre una guerra en la que estuvo involucrada Rusia.
Los conflictos de hoy en día son documentados de manera muy diferente que hace 20 años, especialmente gracias a los teléfonos inteligentes, subrayó Karim Khan. La tecnología es “capital para separar la paja del trigo” al reunir pruebas, agregó. ”Estoy convencido de que la justicia internacional puede acelerar y progresar y tener el impacto requerido”, afirmó el funcionario, que puso como condición trabajar “de manera colectiva” para ser más eficaz.
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La Corte Penal Internacional (CPI) celebra su vigésimo aniversario, marcado por la guerra en Ucrania, que le da un nuevo impulso tras dos décadas de críticas y controversias. Un balance pobre de cinco condenas y una serie de acusaciones según las cuales el tribunal solo se concentró en África, mancharon la imagen de la CPI, cuyo tratado fundacional, el Estatuto de Roma, entró en vigencia el 1º de julio de 2002. Aun así, como única jurisdicción permanente en el mundo para acusaciones graves como genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, la CPI sigue siendo el último recurso judicial para muchos países.
La Corte es un “pilar del sistema jurídico internacional”, señaló el juez que preside el tribunal, Piotr Hofmanski, al abrir una conferencia organizada en ocasión de los 20 años de la institución. El aniversario es “un logro formidable”, subrayó, por su lado, el fiscal Karim Khan durante la conferencia. Pero, rodeado de algunos “arquitectos” del estatuto fundador, Khan comparó a la CPI con un edificio “bajo presión”.”Es necesario proceder a renovaciones. Hay que volvernos más fuertes y más eficaces”, agregó.
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La CPI experimentó un nuevo impulso de apoyo occidental desde la invasión rusa de Ucrania, por ejemplo, con la ayuda de decenas de investigadores extranjeros. La apertura de una investigación sobre este conflicto le da una oportunidad de demostrar su valía.
“Objetivos nobles”
La CPI es “hija” del proceso de Nuremberg, que juzgó a los criminales nazis tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando el nuevo orden internacional posterior a ese conflicto buscaba un ideal de justicia mundial. Los tribunales sobre las guerras en la ex-Yugoslavia, en los años 90, el genocidio en Ruanda, en 1994, y el conflicto en Sierra Leona también sentaron las bases de una corte permanente en La Haya. El Estatuto de Roma fue firmado en 1998 y entró en vigencia cuatro años más tarde. Desde entonces, la CPI solo logró cinco condenas, todas de rebeldes africanos. Sin embargo, el expresidente marfileño Laurent Gbagbo fue declarado inocente, el exvicepresidente de República Democrática del Congo Jean-Pierre Bemba fue absuelto en apelación y los cargos contra el presidente keniano, Uhuru Kenyatta, fueron abandonados.
”Cuando se considera el legado de la CPI bajo la luz de sus nobles objetivos, los resultados son insignificantes”, declaró a la AFP Thijs Bouwknegt, del Instituto NIOD de Estudios sobre la Guerra, el Holocausto y el Genocidio.
Impacto requerido
Muchos países se mantienen al margen de la Corte. Estados Unidos, que firmó el Estatuto de Roma en el 2000, pero nunca lo ratificó, la sancionó por su investigación sobre Afganistán. China, Israel, Birmania y Siria no la reconocen y Rusia habría intentado introducir un espía en ella.
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Estos últimos años se abrieron nuevas investigaciones sobre algunos de los conflictos más controvertidos del mundo, por ejemplo, el palestino-israelí, Afganistán, Birmania y Filipinas. El jueves, el tribunal emitió órdenes de arresto contra tres personas por presuntos crímenes de guerra durante el conflicto entre Rusia y Georgia, por Osetia del Sur en 2008. La investigación se abrió en 2016 y fue la primera sobre una guerra en la que estuvo involucrada Rusia.
Los conflictos de hoy en día son documentados de manera muy diferente que hace 20 años, especialmente gracias a los teléfonos inteligentes, subrayó Karim Khan. La tecnología es “capital para separar la paja del trigo” al reunir pruebas, agregó. ”Estoy convencido de que la justicia internacional puede acelerar y progresar y tener el impacto requerido”, afirmó el funcionario, que puso como condición trabajar “de manera colectiva” para ser más eficaz.
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