La de Kenia y otras sectas “apocalípticas” que llevaron a suicidios en masa
El camino de una secta en Kenia hacia el ayuno mortal ha causado conmoción. No es el único caso de cultos que llevan a sus seguidores a suicidios colectivos.
En el bosque de Shakahola, este de Kenia, decenas de voluntarios continúan encontrando los cuerpos sin vida de los seguidores de un culto dirigido por Paul Mackenzie Nthenge, el “pastor” que está en el centro de lo que se ha denominado “la masacre de Shakahola”. Con la promesa de “conocer a Jesús”, los fieles de Nthenge ayunaron hasta morir de hambre. Los últimos reportes indican que ya hay más de un centenar de víctimas.
itus Katan, uno de los voluntarios, conoce bien a Mackenzie Nthenge. “Solíamos adorar (a Dios) juntos”, cuenta a la AFP.
Katana rezó, e incluso predicó, junto a Mackenzie, un taxista que se acabó proclamando “pastor” de la Iglesia Internacional de Buena Nueva (Good News International Church), que él mismo creó.
“No sé qué le pasó”, lamenta Titus Katana, afirmando haber permanecido “algunos años” en el grupo, pero sin dar fechas precisas.
“Al principio, las intenciones de la Iglesia Internacional de Buena Nueva eran buenas. Teníamos la impresión de ver a Dios en esta Iglesia”, asegura el hombre, que en general trabaja para la economía informal y que es oriundo de Malindi, una ciudad de la costa keniana, a unos 80 kilómetros de Shakahola.
Pero, al final, tomó distancias porque “se introdujeron demasiadas leyes que exigían a las mujeres no trenzar su cabello, prohibían ir al hospital y a los niños, ir a la escuela”, explica. “Iba demasiado lejos para mí. No tuve más remedio que irme y encontrar otra Iglesia”, señala.
Paul Mackenzie Nthenge fue arrestado en 2017, acusado de radicalización por predicar que no había que escolarizar a los niños porque, según él, la educación no está reconocida en la Biblia. Fue puesto en libertad bajo fianza y absuelto por la justicia en 2021.
Titus Katana visita todos los días el sitio donde se están llevando a cabo las búsquedas. Desde hace una semana, no pasa un día sin que se desentierren cuerpos. Uno de sus amigos le dijo que el ayuno mortal había sido programado.
Hasta el miércoles, 39 fieles fueron encontrados vivos, vagando por el bosque. Algunos se negaban a aceptar el agua y la ayuda que les ofrecían los servicios de socorro. Pero este no es el único caso de su tipo.
📌 Le puede interesar: Ambicioso y con retos: el nuevo plan migratorio de EE. UU. que contempla a Colombia
Uno de los casos más conocidos de sectas “apocalípticas” que llevaron a sus miembros a la muerte es el de “El Templo del Pueblo”, un culto religioso fundado por Jim Jones, un hombre que tenía la meta de fundar un “paraíso” sin fronteras, raza o nacionalidad.
En 1975, este hombre convenció a 900 fieles de mudarse a Guyana para fundar su comunidad. Allí, los miembros de El Templo del Pueblo simulaban suicidios colectivos, hasta que un día Jones dio la orden final.
“Acabemos con esto ya. Acabemos con la agonía”, dijo Jones, quien murió por un tiro en la cabeza. Este es recordado como el suicidio colectivo más grande de la historia. En total, 918 perdieron la vida.
Otros casos famosos son el de La Rama Davidiana, y La Puerta del Cielo, ambos en Estados Unidos. El primero ocurrió en Wacto, Texas, donde Vernon Howell, quien emergió como líder de los davidianos y se autodenominó el “último profeta”, convenció a sus fieles de armarse en un complejo que se conoció como Mount Camel.
En este complejo, Howell y compañía se refugiaron hasta que el Departamento de Justicia de Estados Unidos conoció la historia y ordenó el allanamiento del lugar. Cuando las fuerzas del orden llegaron al sitio intentaron negociar con Howell, pero las conversaciones no terminaron bien. Tras un violento enfrentamiento, Howell y 79 de sus fieles murieron en Mount Camel.
El otro caso, el de La Puerta del Cielo, se presentó en California. Fundada por Marshall Applewhite y su esposa, Bonnie Nettles, es considerada una de las primeras sectas de la era de internet. La pareja usaba internet para difundir sus creencias y convocar a un grupo de seguidores, a quienes bautizaron como su “tripulación”, a un asentamiento en el sur del estado. Tras la muerte de su esposa, Applewhite convenció a sus 38 seguidores de suicidarse con la promesa de que de esa manera podrían entrar a una nave espacial que los salvaría del fin del mundo, y que se ocultaba detrás del cometa Hale-Bopp, el cual pasó cerca de la Tierra en 1997
📝 Sugerimos: “No es el momento de tener a Venezuela como invitado en la Filbo”: Goldberg
*Con información de AFP
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.
En el bosque de Shakahola, este de Kenia, decenas de voluntarios continúan encontrando los cuerpos sin vida de los seguidores de un culto dirigido por Paul Mackenzie Nthenge, el “pastor” que está en el centro de lo que se ha denominado “la masacre de Shakahola”. Con la promesa de “conocer a Jesús”, los fieles de Nthenge ayunaron hasta morir de hambre. Los últimos reportes indican que ya hay más de un centenar de víctimas.
itus Katan, uno de los voluntarios, conoce bien a Mackenzie Nthenge. “Solíamos adorar (a Dios) juntos”, cuenta a la AFP.
Katana rezó, e incluso predicó, junto a Mackenzie, un taxista que se acabó proclamando “pastor” de la Iglesia Internacional de Buena Nueva (Good News International Church), que él mismo creó.
“No sé qué le pasó”, lamenta Titus Katana, afirmando haber permanecido “algunos años” en el grupo, pero sin dar fechas precisas.
“Al principio, las intenciones de la Iglesia Internacional de Buena Nueva eran buenas. Teníamos la impresión de ver a Dios en esta Iglesia”, asegura el hombre, que en general trabaja para la economía informal y que es oriundo de Malindi, una ciudad de la costa keniana, a unos 80 kilómetros de Shakahola.
Pero, al final, tomó distancias porque “se introdujeron demasiadas leyes que exigían a las mujeres no trenzar su cabello, prohibían ir al hospital y a los niños, ir a la escuela”, explica. “Iba demasiado lejos para mí. No tuve más remedio que irme y encontrar otra Iglesia”, señala.
Paul Mackenzie Nthenge fue arrestado en 2017, acusado de radicalización por predicar que no había que escolarizar a los niños porque, según él, la educación no está reconocida en la Biblia. Fue puesto en libertad bajo fianza y absuelto por la justicia en 2021.
Titus Katana visita todos los días el sitio donde se están llevando a cabo las búsquedas. Desde hace una semana, no pasa un día sin que se desentierren cuerpos. Uno de sus amigos le dijo que el ayuno mortal había sido programado.
Hasta el miércoles, 39 fieles fueron encontrados vivos, vagando por el bosque. Algunos se negaban a aceptar el agua y la ayuda que les ofrecían los servicios de socorro. Pero este no es el único caso de su tipo.
📌 Le puede interesar: Ambicioso y con retos: el nuevo plan migratorio de EE. UU. que contempla a Colombia
Uno de los casos más conocidos de sectas “apocalípticas” que llevaron a sus miembros a la muerte es el de “El Templo del Pueblo”, un culto religioso fundado por Jim Jones, un hombre que tenía la meta de fundar un “paraíso” sin fronteras, raza o nacionalidad.
En 1975, este hombre convenció a 900 fieles de mudarse a Guyana para fundar su comunidad. Allí, los miembros de El Templo del Pueblo simulaban suicidios colectivos, hasta que un día Jones dio la orden final.
“Acabemos con esto ya. Acabemos con la agonía”, dijo Jones, quien murió por un tiro en la cabeza. Este es recordado como el suicidio colectivo más grande de la historia. En total, 918 perdieron la vida.
Otros casos famosos son el de La Rama Davidiana, y La Puerta del Cielo, ambos en Estados Unidos. El primero ocurrió en Wacto, Texas, donde Vernon Howell, quien emergió como líder de los davidianos y se autodenominó el “último profeta”, convenció a sus fieles de armarse en un complejo que se conoció como Mount Camel.
En este complejo, Howell y compañía se refugiaron hasta que el Departamento de Justicia de Estados Unidos conoció la historia y ordenó el allanamiento del lugar. Cuando las fuerzas del orden llegaron al sitio intentaron negociar con Howell, pero las conversaciones no terminaron bien. Tras un violento enfrentamiento, Howell y 79 de sus fieles murieron en Mount Camel.
El otro caso, el de La Puerta del Cielo, se presentó en California. Fundada por Marshall Applewhite y su esposa, Bonnie Nettles, es considerada una de las primeras sectas de la era de internet. La pareja usaba internet para difundir sus creencias y convocar a un grupo de seguidores, a quienes bautizaron como su “tripulación”, a un asentamiento en el sur del estado. Tras la muerte de su esposa, Applewhite convenció a sus 38 seguidores de suicidarse con la promesa de que de esa manera podrían entrar a una nave espacial que los salvaría del fin del mundo, y que se ocultaba detrás del cometa Hale-Bopp, el cual pasó cerca de la Tierra en 1997
📝 Sugerimos: “No es el momento de tener a Venezuela como invitado en la Filbo”: Goldberg
*Con información de AFP
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.