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                                                                                                                                La historia de un piloto suicida en Colombia

                                                                                                                                Hace un poco más de 35 años un hombre estrelló un avión en el barrio Marco Fidel Suárez porque quería matar a sus padres. Este es el relato.

                                                                                                                                Vannesa Romero

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                En cuestión de segundos las pocas cuadras del barrio Marco Fidel Suárez se atestaron de curiosos y decenas de personas que buscaban a sus familiares entre los escombros. La Policía y los grupos de rescate atendieron inmediatamente el incidente, mientras les explicaban a aquellos residentes que un avión había caído en medio de sus casas. “No nos dejaban salir para ningún lado. Entraban y salían los periodistas y todo el mundo preguntaba y preguntaba”.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                A las 5:36 de la mañana Nieto tomó clandestinamente la aeronave. El cuerpo de bomberos que funcionaba en el aeropuerto fue avisado por la torre de control, pero en un intento fallido, el aparato alzó vuelo y con sólo una turbina despegó de las pistas hacia el oriente de Bogotá.

                                                                                                                                El avión fue conducido con dificultad por el improvisado piloto, pasando por encima de los edificios del Centro Internacional. En su maltrecho vuelo, eludió una de las montañas del sector conocido como Molinos del Sur y atravesó la Avenida Caracas para intentar llegar al barrio San Jorge, a cuatro cuadras del lugar donde terminaría su recorrido. En el trayecto, la aeronave se inclinó hacia un lado y, como le quedaba poco combustible, cayó en las casas del humilde barrio Marco Fidel Suárez.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Siete meses antes del accidente, Nieto había sido destituido por los constantes altercados que tenía con sus compañeros, y hubo quienes rumoraron por aquellos días que el egresado de la Escuela de Suboficiales de Madrid padecía de desequilibrios mentales y que detestaba a sus padres. Sus repentinos cambios de ánimo, decían, se evidenciaron durante su vida profesional y laboral.  Algunos, en cambio, afirmaban que él era un muchacho normal que voluntariamente se había retirado con el propósito de estudiar.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Otálora se refirió en aquel momento a los posibles motivos que habrían llevado a Nieto a cometer el acto suicida. “Es posible que deseara demostrarle a alguien que era capaz de manejar un avión. En mi concepto era un muchacho frustrado”. El mayor añadió que los conocimientos con los que contaba el protagonista de la historia no le habrían permitido pilotar un avión.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Después de unos cuantos días Oliva Pulido, junto con su esposo, Juan Antonio Castrillón, le entregaron una cotización a Satena por daños y perjuicios en su predio ubicado en la carrera 15 Nº 48-37 sur por un monto de $500 mil, pues como dijo doña Oliva, “a nosotros nos mochó la terraza y la plancha”. La empresa sólo les retribuyó $120 mil. La suma total de los daños en las casas afectadas ascendió en aquellos días a $82 millones. Las imágenes de los ladrillos volando por encima de sus cabezas, las manos de algunos heridos saliendo por entre los escombros, los gritos, el pánico, el caos, sin embargo, permanecerán por siempre.

                                                                                                                                Hoy, después de 35 años, y aunque las grietas de las casas han sido subsanadas, los recuerdos de aquella mañana no los ha borrado el tiempo. El fantasma de Armando Nieto Jaramillo ronda en las mentes de quienes intentan mirar al pasado y tratar de responder a las causas que lo habrían llevado a su locura.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Sólo unos pocos aún viven en las casas que en la madrugada del 22 de agosto de 1979 un avión arrasó. Esa mañana, dirían, cambió por completo sus vidas. El mundo, de una u otra manera, se les cayó encima.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                En cuestión de segundos las pocas cuadras del barrio Marco Fidel Suárez se atestaron de curiosos y decenas de personas que buscaban a sus familiares entre los escombros. La Policía y los grupos de rescate atendieron inmediatamente el incidente, mientras les explicaban a aquellos residentes que un avión había caído en medio de sus casas. “No nos dejaban salir para ningún lado. Entraban y salían los periodistas y todo el mundo preguntaba y preguntaba”.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                A las 5:36 de la mañana Nieto tomó clandestinamente la aeronave. El cuerpo de bomberos que funcionaba en el aeropuerto fue avisado por la torre de control, pero en un intento fallido, el aparato alzó vuelo y con sólo una turbina despegó de las pistas hacia el oriente de Bogotá.

                                                                                                                                El avión fue conducido con dificultad por el improvisado piloto, pasando por encima de los edificios del Centro Internacional. En su maltrecho vuelo, eludió una de las montañas del sector conocido como Molinos del Sur y atravesó la Avenida Caracas para intentar llegar al barrio San Jorge, a cuatro cuadras del lugar donde terminaría su recorrido. En el trayecto, la aeronave se inclinó hacia un lado y, como le quedaba poco combustible, cayó en las casas del humilde barrio Marco Fidel Suárez.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Siete meses antes del accidente, Nieto había sido destituido por los constantes altercados que tenía con sus compañeros, y hubo quienes rumoraron por aquellos días que el egresado de la Escuela de Suboficiales de Madrid padecía de desequilibrios mentales y que detestaba a sus padres. Sus repentinos cambios de ánimo, decían, se evidenciaron durante su vida profesional y laboral.  Algunos, en cambio, afirmaban que él era un muchacho normal que voluntariamente se había retirado con el propósito de estudiar.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Otálora se refirió en aquel momento a los posibles motivos que habrían llevado a Nieto a cometer el acto suicida. “Es posible que deseara demostrarle a alguien que era capaz de manejar un avión. En mi concepto era un muchacho frustrado”. El mayor añadió que los conocimientos con los que contaba el protagonista de la historia no le habrían permitido pilotar un avión.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Después de unos cuantos días Oliva Pulido, junto con su esposo, Juan Antonio Castrillón, le entregaron una cotización a Satena por daños y perjuicios en su predio ubicado en la carrera 15 Nº 48-37 sur por un monto de $500 mil, pues como dijo doña Oliva, “a nosotros nos mochó la terraza y la plancha”. La empresa sólo les retribuyó $120 mil. La suma total de los daños en las casas afectadas ascendió en aquellos días a $82 millones. Las imágenes de los ladrillos volando por encima de sus cabezas, las manos de algunos heridos saliendo por entre los escombros, los gritos, el pánico, el caos, sin embargo, permanecerán por siempre.

                                                                                                                                Hoy, después de 35 años, y aunque las grietas de las casas han sido subsanadas, los recuerdos de aquella mañana no los ha borrado el tiempo. El fantasma de Armando Nieto Jaramillo ronda en las mentes de quienes intentan mirar al pasado y tratar de responder a las causas que lo habrían llevado a su locura.

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                                                                                                                                Por Vannesa Romero

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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