La intervención colombiana en las elecciones de EE. UU. tendría consecuencias
El presidente electo Joe Biden, que tomará posesión el próximo 20 de enero, fue muy claro: “Quien haya intervenido en la desinformación en las elecciones de EE. UU. enfrentará consecuencias”. ¿Qué pasará con los colombianos que lo hicieron?
Joe Biden se posesionará como presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero. Donald Trump, actual mandatario ya aceptó su derrota y aunque anunció que no asistirá a la ceremonia inaugural del demócrata, lo cierto es que ya se avecina un nuevo gobierno.
Uno, que tiene las mayorías en Cámara y Senado, lo que le permitirá pasar proyectos importantes sin necesidad de depender del voto republicano y, además, iniciar investigaciones para aclarar varios hechos que rodearon a la Administración Trump. Incluso, señalan analistas, ya se plantea que se abra un expediente por la intervención extranjera en las elecciones de este año, en la que abundó la desinformación.
Ver más: Biden, ¿mejor para Colombia?
Y aquí el dedo acusador apunta a Colombia, país en donde el propio embajador de EE. UU., Philip S. Goldberg tuvo que instar a los políticos a evitar involucrarse en el complejo proceso electoral que le dio el triunfo a Biden, pero que estuvo rodeado de noticias falsas promovidas por Trump y sus aliados.
Ante las consecuencias gravísimas que provocó esa intervención de extranjeros en las elecciones, cuyo último proceso terminó el miércoles con la violenta toma del Capitolio, Joe Biden fue contundente: “Quien haya intervenido en la desinformación en las elecciones de EE. UU. enfrentará consecuencias”.
En una entrevista con la cadena de noticias CNN, Michelle A. Mannat, estratega lo confirmó: “Habrá investigación en Cámara y Senado contra quienes intervinieron. Sin duda es un tema que va a tener un énfasis en los primeros días de gobierno de Biden”.
Ver más: La intromisión colombiana en las elecciones de EE. UU.
Analistas en Colombia ya advertían lo problemático de jugarse la por Trump desde el gobierno colombiano. “El gobierno de Iván Duque apostó todo a Trump y a los republicanos y si pierde evidentemente habrá dificultades en la relación bilateral, toda vez que el apoyo de Duque ha sido bastante explícito y su distanciamiento frente a los demócratas en Senado y Cámara ha sido palpable. Si Joe Biden gana la Presidencia, los demócratas continúan siendo mayoría en Cámara y ganan el Senado, auguro tiempos difíciles en la relación bilateral”, anticipó la profesora de la U. del Rosario y analista de este diario Arlene B. Tickner.
El caso colombiano
El malestar demócrata con la interferencia de políticos colombianos la puso sobre la mesa el expresidente Juan Manuel Santos. Se habló de trinos de políticos colombianos expresando su simpatía por algún candidato. Congresistas como María Fernanda Cabal, Carlos Felipe Mejía, Juan David Vélez, Gustavo Petro o Roy Barreras fueron algunos.
En una columna publicada por CNN, dos representantes demócratas, Gregory Meeks y Rubén Gallego, hablaron de los políticos del Centro Democrático al afirmar que “algunos incluso han repetido la invención de que el vicepresidente Joe Biden es comunista o socialista radical”. También mencionaron a Gustavo Petro y su apoyo a Biden, por lo que, “por el bien de nuestros dos países, este tipo de comportamiento tiene que terminar ahora”.
Ver más: Las elecciones de EE. UU. se jugaron en campo colombiano
El caso más complicado se dio en Florida en donde esa participación indebida evidenció la alineación colombiana con la extreman derecha del Partido Republicano.
Esta situación provocó una citación a la canciller, Claudia Blum, para responder por la presunta intervención de funcionarios públicos en favor de Trump. Se mencionó que el embajador en Washington, Francisco Santos, habría participado en Florida en un evento partidista republicano, a lo que la embajada y la Cancillería respondieron que “era una actividad no partidista y es parte de su actividad diplomática”.
En una entrevista para El Tiempo, Dan Restrepo, exasesor para América Latina del gobierno Obama, recordó que “a Colombia no la protege el hecho de que es un aliado estratégico. Lo que oigo cada día más en mi círculo es que dejen de jugar en nuestra política, que los extranjeros no se metan en la dinámica interna de nuestras elecciones. Y las implicaciones hacia adelante son preocupantes. ¿Si los colombianos le están apostando a Trump con toda, deberíamos seguir apoyando a esa misma corriente política en Colombia?”
En una columna en este diario Arlene B. Tickner, profesora de la Universidad del Rosario, recordaba cómo “la actitud desobligante del gobierno Uribe frente a las inquietudes demócratas sobre los derechos humanos y el TLC no solo le costó la ratificación del tratado, sino que agrandó la falta de química con Barak Obama cuando este llegó a la Casa Blanca. Similarmente, la excesiva cercanía con Trump y los republicanos, y el desconocimiento de preocupaciones demócratas relacionadas con el asesinato de líderes sociales y desmovilizados, la implementación del Acuerdo de La Habana y la fumigación con glifosato han vuelto a deteriorar el cimiento bipartidista que garantiza la fluidez de la relación bilateral. Más problemático aún, el apoyo a la paz y a los derechos humanos, y la posible apertura a estrategias alternativas de lucha contra las drogas ilícitas que podrá introducir el mandatario electo Joe Biden, serán de difícil manejo cuando el matrimonio cultivado con la derecha estadounidense se basa en la oposición a todo aquello”.
“Por más que se diga lo contrario, alguna cuenta de cobro le llegará a Colombia”, anticipaba Tickner en El Espectador. Parece que tenía razón.
“No podemos permitir que esto continúe. Fue una prueba en 2020 y estoy convencida de que fue un ensayo de intereses colombianos y otros que querían ver hasta dónde podían llegar. Si no lo frenamos pueden hacerlo de nuevo; para muchos demócratas esto se repetiría en las próximas elecciones si no se hace algo”, agregó Mannat, estratega demócrata en CNN.
Sin embargo, horas después de estas declaraciones, la propia Mannat rectificó.
En diálogo con La FM, la estratega aclaró que ella no aseguró que la administración de Biden vaya a hacer esas investigaciones a Colombia. “Yo comenté que en el Congreso hay interés en el tema e indiqué que lo veo interesante e importante que investigaran esa situación. Yo no especulo nada, no estoy en una posición de especular sobre eso”, señaló a la emisora.
“Sé que la administración de Biden quiere una buena relación con Colombia porque somos aliados. Tenemos mucha historia en común y tenemos una agenda que queremos promover en conjunto”, agregó Manatt.
La estratega del partido Demócrata reiteró en varias oportunidades que no tiene información de que el Congreso estadounidense vaya a debatir la intervención de Colombia en las elecciones de ese país, así como de que se vaya a tomar represalias. “El gobierno del presidente Biden tiene el plan de fortificar la relación bilateral (…) no hay interés de represalias”, afirmó a La FM.
Joe Biden se posesionará como presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero. Donald Trump, actual mandatario ya aceptó su derrota y aunque anunció que no asistirá a la ceremonia inaugural del demócrata, lo cierto es que ya se avecina un nuevo gobierno.
Uno, que tiene las mayorías en Cámara y Senado, lo que le permitirá pasar proyectos importantes sin necesidad de depender del voto republicano y, además, iniciar investigaciones para aclarar varios hechos que rodearon a la Administración Trump. Incluso, señalan analistas, ya se plantea que se abra un expediente por la intervención extranjera en las elecciones de este año, en la que abundó la desinformación.
Ver más: Biden, ¿mejor para Colombia?
Y aquí el dedo acusador apunta a Colombia, país en donde el propio embajador de EE. UU., Philip S. Goldberg tuvo que instar a los políticos a evitar involucrarse en el complejo proceso electoral que le dio el triunfo a Biden, pero que estuvo rodeado de noticias falsas promovidas por Trump y sus aliados.
Ante las consecuencias gravísimas que provocó esa intervención de extranjeros en las elecciones, cuyo último proceso terminó el miércoles con la violenta toma del Capitolio, Joe Biden fue contundente: “Quien haya intervenido en la desinformación en las elecciones de EE. UU. enfrentará consecuencias”.
En una entrevista con la cadena de noticias CNN, Michelle A. Mannat, estratega lo confirmó: “Habrá investigación en Cámara y Senado contra quienes intervinieron. Sin duda es un tema que va a tener un énfasis en los primeros días de gobierno de Biden”.
Ver más: La intromisión colombiana en las elecciones de EE. UU.
Analistas en Colombia ya advertían lo problemático de jugarse la por Trump desde el gobierno colombiano. “El gobierno de Iván Duque apostó todo a Trump y a los republicanos y si pierde evidentemente habrá dificultades en la relación bilateral, toda vez que el apoyo de Duque ha sido bastante explícito y su distanciamiento frente a los demócratas en Senado y Cámara ha sido palpable. Si Joe Biden gana la Presidencia, los demócratas continúan siendo mayoría en Cámara y ganan el Senado, auguro tiempos difíciles en la relación bilateral”, anticipó la profesora de la U. del Rosario y analista de este diario Arlene B. Tickner.
El caso colombiano
El malestar demócrata con la interferencia de políticos colombianos la puso sobre la mesa el expresidente Juan Manuel Santos. Se habló de trinos de políticos colombianos expresando su simpatía por algún candidato. Congresistas como María Fernanda Cabal, Carlos Felipe Mejía, Juan David Vélez, Gustavo Petro o Roy Barreras fueron algunos.
En una columna publicada por CNN, dos representantes demócratas, Gregory Meeks y Rubén Gallego, hablaron de los políticos del Centro Democrático al afirmar que “algunos incluso han repetido la invención de que el vicepresidente Joe Biden es comunista o socialista radical”. También mencionaron a Gustavo Petro y su apoyo a Biden, por lo que, “por el bien de nuestros dos países, este tipo de comportamiento tiene que terminar ahora”.
Ver más: Las elecciones de EE. UU. se jugaron en campo colombiano
El caso más complicado se dio en Florida en donde esa participación indebida evidenció la alineación colombiana con la extreman derecha del Partido Republicano.
Esta situación provocó una citación a la canciller, Claudia Blum, para responder por la presunta intervención de funcionarios públicos en favor de Trump. Se mencionó que el embajador en Washington, Francisco Santos, habría participado en Florida en un evento partidista republicano, a lo que la embajada y la Cancillería respondieron que “era una actividad no partidista y es parte de su actividad diplomática”.
En una entrevista para El Tiempo, Dan Restrepo, exasesor para América Latina del gobierno Obama, recordó que “a Colombia no la protege el hecho de que es un aliado estratégico. Lo que oigo cada día más en mi círculo es que dejen de jugar en nuestra política, que los extranjeros no se metan en la dinámica interna de nuestras elecciones. Y las implicaciones hacia adelante son preocupantes. ¿Si los colombianos le están apostando a Trump con toda, deberíamos seguir apoyando a esa misma corriente política en Colombia?”
En una columna en este diario Arlene B. Tickner, profesora de la Universidad del Rosario, recordaba cómo “la actitud desobligante del gobierno Uribe frente a las inquietudes demócratas sobre los derechos humanos y el TLC no solo le costó la ratificación del tratado, sino que agrandó la falta de química con Barak Obama cuando este llegó a la Casa Blanca. Similarmente, la excesiva cercanía con Trump y los republicanos, y el desconocimiento de preocupaciones demócratas relacionadas con el asesinato de líderes sociales y desmovilizados, la implementación del Acuerdo de La Habana y la fumigación con glifosato han vuelto a deteriorar el cimiento bipartidista que garantiza la fluidez de la relación bilateral. Más problemático aún, el apoyo a la paz y a los derechos humanos, y la posible apertura a estrategias alternativas de lucha contra las drogas ilícitas que podrá introducir el mandatario electo Joe Biden, serán de difícil manejo cuando el matrimonio cultivado con la derecha estadounidense se basa en la oposición a todo aquello”.
“Por más que se diga lo contrario, alguna cuenta de cobro le llegará a Colombia”, anticipaba Tickner en El Espectador. Parece que tenía razón.
“No podemos permitir que esto continúe. Fue una prueba en 2020 y estoy convencida de que fue un ensayo de intereses colombianos y otros que querían ver hasta dónde podían llegar. Si no lo frenamos pueden hacerlo de nuevo; para muchos demócratas esto se repetiría en las próximas elecciones si no se hace algo”, agregó Mannat, estratega demócrata en CNN.
Sin embargo, horas después de estas declaraciones, la propia Mannat rectificó.
En diálogo con La FM, la estratega aclaró que ella no aseguró que la administración de Biden vaya a hacer esas investigaciones a Colombia. “Yo comenté que en el Congreso hay interés en el tema e indiqué que lo veo interesante e importante que investigaran esa situación. Yo no especulo nada, no estoy en una posición de especular sobre eso”, señaló a la emisora.
“Sé que la administración de Biden quiere una buena relación con Colombia porque somos aliados. Tenemos mucha historia en común y tenemos una agenda que queremos promover en conjunto”, agregó Manatt.
La estratega del partido Demócrata reiteró en varias oportunidades que no tiene información de que el Congreso estadounidense vaya a debatir la intervención de Colombia en las elecciones de ese país, así como de que se vaya a tomar represalias. “El gobierno del presidente Biden tiene el plan de fortificar la relación bilateral (…) no hay interés de represalias”, afirmó a La FM.