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Reporteros Sin Fronteras publicó este 3 de mayo su informe sobre la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa para el 2024. En el documento se lee que, “a escala mundial, se impone una constatación: la libertad de prensa está amenazada por los mismos que deberían ser sus garantes: las autoridades políticas”. Es decir, “un número creciente de gobiernos y autoridades fallan en su papel de garantizar un marco ejemplar para el ejercicio del periodismo y para el derecho de la ciudadanía a una información fiable, independiente y plural”.
La organización establece que los niveles más críticos se ven en China, Vietnam y Corea del Norte, pero también en Afganistán y Siria, sin dejar de lado otros casos preocupantes, como Rusia, Cuba, Nicaragua y Venezuela. De hecho, la región del Magreb, Oriente Próximo y Asia-Pacífico registran la situación más grave en cuanto a libertad de prensa. En medio de la situación de tensión que vive el mundo, casi que de extremo a extremo, la contraofensiva israelí en Gaza, tras el ataque perpetrado por Hamás contra el Estado judío el pasado 7 de octubre, es la imagen máxima de esta crisis. En casi siete meses, más de 100 reporteros palestinos han sido asesinados por el Ejército israelí, de los cuales al menos 22 se encontraban en el ejercicio de sus funciones. Palestina es uno de los diez peores países del mundo en términos de seguridad para los periodistas.
En América, sobre todo en América del Sur, la situación es “problemática”. Aquí, la organización detalló que la posibilidad de los periodistas de cubrir historias relacionadas con el crimen organizado, la corrupción o el medioambiente, por miedo a represalias, es un problema de primera magnitud, y lo es a la luz de la llegada al poder de “depredadores de la libertad de prensa”, como Javier Milei en Argentina, y por la incapacidad de los gobiernos para frenar la violencia contra los periodistas. Por ejemplo, la situación en Colombia, así como en Ecuador y Perú, fue clasificada como “difícil”. Un poco más hacia el norte, México resalta por ser uno de los países más peligrosos para la profesión, pues 37 reporteros han sido asesinados desde 2019. Además, Estados Unidos ha reducido algunos de sus indicadores.
En medio de todo esto, Anne Bocandé, directora editorial de Reporteros Sin Fronteras, escribió en el informe: “Los Estados y las fuerzas políticas, independientemente de su orientación, desempeñan un papel cada vez menor en la protección de la libertad de prensa (...). Un periodismo digno de ese nombre es, por el contrario, un requisito previo para un sistema democrático y para el ejercicio de las libertades políticas”. La preocupación es latente si se tiene en cuenta, además, que este 2024 más de la mitad de la población mundial está convocada a votar en elecciones.
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