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La Corte Internacional de Justicia emitió su opinión frente a la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel, caso que estaba en sus manos desde antes de los ataques perpetrados por el grupo islamista palestino Hamás el pasado 7 de octubre. De hecho, en 2022, la Asamblea General de la ONU le solicitó que evaluara la “ocupación, asentamiento y anexión prolongados” de dichos territorios, incluida Jerusalén Oriental, y las políticas asociadas del Gobierno israelí.
En su intervención del viernes, el tribunal internacional dictaminó que las políticas de asentamiento de Israel y la explotación de los recursos naturales en los territorios palestinos violan el derecho internacional. En una decisión no vinculante, precisó que la presencia israelí en dichas zonas es ilegal y que toda nueva actividad de asentamiento debe cesar. A la vez, comentó que Israel debe reparar los daños causados por la ocupación y tiene la obligación de poner fin a su presencia allí. El tribunal estableció que los Estados tienen el deber de no reconocer la ocupación israelí.
Al respecto, la CIJ celebró audiencias en febrero, a las cuales Israel no asistió, sino que envió un escrito. En dicho documento afirmó que las preguntas formuladas al tribunal eran parciales y “no reconocían el derecho y el deber de Israel de proteger a sus ciudadanos”, además de que no abordaban las preocupaciones israelíes en materia de seguridad ni reconocían los acuerdos entre Israel y Palestina para negociar cuestiones como “el estatuto permanente del territorio, los acuerdos de seguridad, los asentamientos y las fronteras”.
En contraste, el ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Palestina, Riyad al-Maliki, dijo al tribunal que Israel había sometido a los palestinos a décadas de discriminación, dejándolos con la opción de “desplazamiento, subyugación o muerte”. Representantes de más de 50 países hablaron durante las audiencias y la mayoría de ellos respaldaron dicha posición. Sin embargo, unos pocos, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña y Hungría, apoyaron a Israel.
De acuerdo con la información de Peace Now, grupo de vigilancia antiasentamientos, Israel ha construido más de 100 de ellos en territorios palestinos. Se estima, además, que la población de colonos de Cisjordania ha crecido más de un 15 % en los últimos cinco años y que alcanza hasta más de 500.000 israelíes. Otros 200.000 viven en asentamientos construidos en Jerusalén Oriental, los cuales Israel considera barrios de su capital. Los residentes palestinos de la ciudad se enfrentan a una discriminación sistémica, lo que les dificulta construir nuevas viviendas o ampliar las que ya existen.
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