La verdad de los Templarios
El Vaticano acaba de publicar un libro con las actas del proceso que condenó a esta orden de monjes guerreros a su desaparición. Fueron acusados de herejía, brujería, sodomía y masonería.
Redacción Internacional
Después de siglos de misterio, por fin los Archivos Secretos Vaticanos sacaron a la luz pública unos pergaminos que acaban con "la leyenda negra" que rodeaba a La Orden de los Templarios de la Luz. En un elegante estuche de piel, que se podrá adquirir por $8.000 dólares, se podrá leer la verdadera historia que puso fin a esta orden religiosa y militar.
Los Archivos Vaticanos presentaron el volumen que recoge todos los documentos que guardaban celosamente sobre uno de los grandes juicios de la historia: el "Processus contra Templarios". Los 799 ejemplares editados ya se agotaron. Jeques árabes, historiadores, diseñadores de moda y las principales bibliotecas del mundo hacen parte de la larga lista de interesados que ya reservaron un ejemplar. El número 800 será para el Papa Benedicto XVI.
El prefecto del Archivo Secreto Vaticano, Sergio Pagano, dejó claro que esta publicación "no pretende rehabilitar a los templarios", pero sí muestra los detalles de un juicio que no dejó muy bien parado al entonces papa Clemente V.
Folio de Chinon
La Iglesia decidió revelar este documento cuando en el año 2001, luego de años de olvido, la investigadora italiana Barbara Frale encontró el pergamino del "Folio de Chinon" cuando revisaba uno de los miles de estantes de la Biblioteca y Archivos secretos del Vaticano. En este documento se relatan detalles desconocidos del proceso que llevó a la Orden de los Templarios a su desaparición.
Entre otras cosas, en este pergamino se cuenta que el papa Clemente V dio la absolución al Gran Maestre de los templarios, Jacques de Molay, y a sus hermanos de la Orden antes de ser quemados en la hoguera por orden del rey de Francia, Felipe El Hermoso. El Pontífice, dice el libro, les permitió "recibir los sacramentos cristianos y ser acompañados de un capellán" hasta los últimos momentos de su vida.
Además incluye las fieles reproducciones de los pergaminos con los interrogatorios realizados por la comisión papal a los templarios en el castillo de Chinon (Francia), donde fueron encarcelados. La crítica histórica que acompaña el ejemplar abraza la afirmación de que Clemente V "absolvió a los templarios" pero que "comprendió que para evitar un cisma en la Iglesia era necesario sacrificar la supervivencia de la Orden".
El interés por esta publicación es muy grande, sobre todo por la fiebre que despertó la novela del escritor Dan Brown El Código Da Vinci, en donde se revivió el tema de los Templarios.
Según la historiadora Frale, esta publicación no es "un punto final" en la historia de la Orden "sino que abre un sin fin de nuevas investigaciones".
Quiénes eran
La Orden de los Templarios fue un ejército de monjes guerreros creado por la Iglesia Católica para proteger los lugares santos y a los peregrinos en Tierra Santa en tiempos de las Cruzadas. Durante dos siglos este ejército religioso custodió reliquias, cristianos y un sinfín de lugares en Oriente Medio. Miles de personas empezaron a unirse a sus filas y sus arcas crecieron con tal rapidez que la Iglesia comenzó a verlos como una amenaza.
Desde su nacimiento los Templarios despertaron polémica, pues no sólo contradecían el mensaje pacificador y amoroso de Cristo, también asumieron un papel que no fue muy bien visto por la Iglesia de la época. Al tiempo que custodiaban reliquias cristianas empezaron a trabajar por el acercamiento de los cristianos con otras religiones. Se aliaron a los guardianes de la luz islámica y a grupos similares de otros cultos.
Tanta apertura no fue bien vista por el Papa Clemente V y el monarca francés, Felipe El Hermoso, quienes decidieron que era hora de frenar el avance de esta congregación. En ese momento fueron condenados por herejía y prácticas blasfemas.
Entre otras acusaciones que se lanzaron contra la orden de los templarios estaban la de contar con ritos iniciáticos que anteponían la Orden a la Iglesia Romana, de practicar la sodomía, de haber cedido ante el Islam y la herejía de los Cátaros, de haberse erigido en custodios del Grial (cáliz de la última cena) y de querer para Europa un reino teocrático, con poder espiritual y temporal en un mismo monarca.
El 13 de octubre de 1307 el reino francés arrestó, con la aprobación de la Iglesia, a numerosos caballeros de la Orden, entre ellos el gran maestro, Jacques de Molay, dando comienzo al final de esta agrupación. Tras un largo proceso judicial e inquisitorial, la Orden fue disuelta en el Concilio de Vienne (Francia) en 1312 y Jacques de Molay fue quemado en la hoguera dos años después.
La historia registra que el gran maestro, De Molay, un 18 de marzo de 1314, subiendo a la hoguera en la Isla de Francia, en París, maldijo al rey francés, Felipe El Hermoso, y al papa Clemente V. El Papa murió un mes después de disentería; el Rey francés, el 29 de noviembre de ese año, por una caída del caballo. Y según diversas leyendas, Molay habría maldecido a la casa real francesa "hasta la decimotercera generación", justamente la de Luis XVI, muerto en la guillotina durante la Revolución Francesa.
Después de siglos de misterio, por fin los Archivos Secretos Vaticanos sacaron a la luz pública unos pergaminos que acaban con "la leyenda negra" que rodeaba a La Orden de los Templarios de la Luz. En un elegante estuche de piel, que se podrá adquirir por $8.000 dólares, se podrá leer la verdadera historia que puso fin a esta orden religiosa y militar.
Los Archivos Vaticanos presentaron el volumen que recoge todos los documentos que guardaban celosamente sobre uno de los grandes juicios de la historia: el "Processus contra Templarios". Los 799 ejemplares editados ya se agotaron. Jeques árabes, historiadores, diseñadores de moda y las principales bibliotecas del mundo hacen parte de la larga lista de interesados que ya reservaron un ejemplar. El número 800 será para el Papa Benedicto XVI.
El prefecto del Archivo Secreto Vaticano, Sergio Pagano, dejó claro que esta publicación "no pretende rehabilitar a los templarios", pero sí muestra los detalles de un juicio que no dejó muy bien parado al entonces papa Clemente V.
Folio de Chinon
La Iglesia decidió revelar este documento cuando en el año 2001, luego de años de olvido, la investigadora italiana Barbara Frale encontró el pergamino del "Folio de Chinon" cuando revisaba uno de los miles de estantes de la Biblioteca y Archivos secretos del Vaticano. En este documento se relatan detalles desconocidos del proceso que llevó a la Orden de los Templarios a su desaparición.
Entre otras cosas, en este pergamino se cuenta que el papa Clemente V dio la absolución al Gran Maestre de los templarios, Jacques de Molay, y a sus hermanos de la Orden antes de ser quemados en la hoguera por orden del rey de Francia, Felipe El Hermoso. El Pontífice, dice el libro, les permitió "recibir los sacramentos cristianos y ser acompañados de un capellán" hasta los últimos momentos de su vida.
Además incluye las fieles reproducciones de los pergaminos con los interrogatorios realizados por la comisión papal a los templarios en el castillo de Chinon (Francia), donde fueron encarcelados. La crítica histórica que acompaña el ejemplar abraza la afirmación de que Clemente V "absolvió a los templarios" pero que "comprendió que para evitar un cisma en la Iglesia era necesario sacrificar la supervivencia de la Orden".
El interés por esta publicación es muy grande, sobre todo por la fiebre que despertó la novela del escritor Dan Brown El Código Da Vinci, en donde se revivió el tema de los Templarios.
Según la historiadora Frale, esta publicación no es "un punto final" en la historia de la Orden "sino que abre un sin fin de nuevas investigaciones".
Quiénes eran
La Orden de los Templarios fue un ejército de monjes guerreros creado por la Iglesia Católica para proteger los lugares santos y a los peregrinos en Tierra Santa en tiempos de las Cruzadas. Durante dos siglos este ejército religioso custodió reliquias, cristianos y un sinfín de lugares en Oriente Medio. Miles de personas empezaron a unirse a sus filas y sus arcas crecieron con tal rapidez que la Iglesia comenzó a verlos como una amenaza.
Desde su nacimiento los Templarios despertaron polémica, pues no sólo contradecían el mensaje pacificador y amoroso de Cristo, también asumieron un papel que no fue muy bien visto por la Iglesia de la época. Al tiempo que custodiaban reliquias cristianas empezaron a trabajar por el acercamiento de los cristianos con otras religiones. Se aliaron a los guardianes de la luz islámica y a grupos similares de otros cultos.
Tanta apertura no fue bien vista por el Papa Clemente V y el monarca francés, Felipe El Hermoso, quienes decidieron que era hora de frenar el avance de esta congregación. En ese momento fueron condenados por herejía y prácticas blasfemas.
Entre otras acusaciones que se lanzaron contra la orden de los templarios estaban la de contar con ritos iniciáticos que anteponían la Orden a la Iglesia Romana, de practicar la sodomía, de haber cedido ante el Islam y la herejía de los Cátaros, de haberse erigido en custodios del Grial (cáliz de la última cena) y de querer para Europa un reino teocrático, con poder espiritual y temporal en un mismo monarca.
El 13 de octubre de 1307 el reino francés arrestó, con la aprobación de la Iglesia, a numerosos caballeros de la Orden, entre ellos el gran maestro, Jacques de Molay, dando comienzo al final de esta agrupación. Tras un largo proceso judicial e inquisitorial, la Orden fue disuelta en el Concilio de Vienne (Francia) en 1312 y Jacques de Molay fue quemado en la hoguera dos años después.
La historia registra que el gran maestro, De Molay, un 18 de marzo de 1314, subiendo a la hoguera en la Isla de Francia, en París, maldijo al rey francés, Felipe El Hermoso, y al papa Clemente V. El Papa murió un mes después de disentería; el Rey francés, el 29 de noviembre de ese año, por una caída del caballo. Y según diversas leyendas, Molay habría maldecido a la casa real francesa "hasta la decimotercera generación", justamente la de Luis XVI, muerto en la guillotina durante la Revolución Francesa.