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En el ataque israelí y posterior incendio que el domingo pasado mató a 45 personas ubicadas en el campo de desplazados Kuwaiti al Salam, cerca de Rafah, en Gaza, se utilizaron municiones fabricadas en Estados Unidos, reveló un análisis de CNN y The New York Times de videos del lugar de los hechos y una revisión realizada por expertos en armas explosivas.
El Times aseguró que “los restos de munición filmados en el lugar del ataque al día siguiente eran de una GBU-39, una bomba diseñada y fabricada en Estados Unidos”. Además, descubrió que “las autoridades estadounidenses han estado presionando a Israel para que utilice más bombas de este tipo, que, según dicen, pueden reducir el número de víctimas civiles”.
La CNN, por su parte, dijo que “se utilizaron municiones fabricadas en Estados Unidos en el mortal ataque israelí” y precisa que, en un video compartido en las redes sociales, que la cadena geolocalizó y fue analizado por expertos, se ve la cola de una bomba de pequeño diámetro (SDB) GBU-39 de fabricación estadounidense.
Al menos 45 personas murieron y más de 200 resultaron heridas en medio del ataque y el incendio, la mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Sanidad de Gaza y médicos palestinos. Los fallecidos se encontraban en una “zona segura” (designada como tal por el mismo ejército israelí) en el barrio de Tal al Sultan, en el noroeste de Rafah, donde había cientos de personas desplazadas en el Kuwaiti Al-Salam Camp 1, un campamento construido en enero y que Israel no había ordenado evacuar.
Conforme explicó la CNN de la entrevista que hizo al experto en armas explosivas Chris Cobb-Smith, “la GBU-39, fabricada por Boeing, es una munición de alta precisión diseñada para atacar objetivos puntuales de importancia estratégica y producir escasos daños colaterales”. Sin embargo, “el uso de cualquier munición, incluso de este tamaño, siempre incurrirá en riesgos en una zona densamente poblada”, dijo el analista, que también es un exoficial de artillería del Ejército británico.
Según el diario neoyorquino, los fragmentos de munición, filmados por Alam Sadeq, un periodista palestino, también están marcados por una serie de números que comienzan con “81873″. De acuerdo con EFE, este es el código de identificación único asignado por el gobierno de Estados Unidos a Woodward, un fabricante aeroespacial con sede en Colorado que suministra piezas para bombas, incluida la GBU-39.
En otra entrevista de la CNN a Trevor Ball, exmiembro del equipo superior de desactivación de artefactos explosivos del ejército estadounidense, también se identificó el fragmento como perteneciente a una GBU-39.
“La parte de la ojiva (de la munición) es distintiva, y la sección de guía y ala es extremadamente única en comparación con otras municiones. Las secciones de guía y ala de las municiones suelen ser los restos que quedan incluso después de que una munición detona. Vi la sección de accionamiento de la cola y supe al instante que se trataba de una de las variantes SDB/GBU-39″, explicó a CNN.
Luego de conocerse el ataque, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que la muerte de civiles en Rafah era un “trágico percance” y tras iniciarse una investigación al respecto, el ejército aseguró que el alto número de civiles muertos fue a causa del incendio causado probablemente por la explosión de municiones almacenadas en una instalación de Hamás cercana al lugar que previamente había bombardeado Israel.
El portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, dijo en rueda de prensa que los aviones israelíes habían disparado las “municiones más pequeñas” que podían utilizar, e insistió en que las municiones de su ejército “por sí solas no podrían haber provocado un incendio de esta magnitud”.
Durante su intervención, Hagari mostró imágenes del lugar que sus aviones atacaron para sostener la tesis de que en la zona bombardeada no había tiendas de campaña, y que el área de Al Mawasi, catalogada como “zona humanitaria” y abarrotada de desplazados, está a más de un kilómetro de distancia del punto atacado. Sin embargo, de acuerdo con las imágenes de satélite que se conocen, citadas por La Vanguardia, las bombas fueron lanzadas sobre cobertizos dentro del campo de desplazados y en las cercanías se veían muchas tiendas de campaña.
El 28 de mayo distintos medios y testigos informaron que tanques avanzaban hacia el centro de Rafah por primera vez en los siete meses de guerra de Israel contra Hamás, “señal de una nueva fase en la que Israel sigue adelante con su controvertida y destructiva ofensiva”, expresó la CNN.
Estados Unidos es el principal proveedor de armas
Según la CNN, datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI) muestran que Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo el principal proveedor de armas a Israel y ese apoyo ha continuado a pesar de la creciente presión política sobre el gobierno de Biden por la ofensiva de Gaza.
El mes pasado, Biden firmó un proyecto de ley de ayuda exterior que incluía US$26.000 millones para el conflicto entre Israel y Hamás: US$15.000 millones en ayuda militar a Israel, US$9.000 millones en ayuda humanitaria para Gaza y US$2.400 millones para operaciones militares regionales estadounidenses.
Estados Unidos ha amenazado con dejar de suministrar armas a Israel si persiste en sus ataques sobre Rafah, no obstante, no se ha tomado la decisión.
Respecto al ataque del domingo, el Pentágono defendió que la operación de las Fuerzas de Defensa de Israel en Rafah tienen un alcance limitado. “Todavía pensamos que es una operación limitada”, dijo en una conferencia de prensa la portavoz adjunta del Pentágono, Sabrina Singh.
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