Las negociaciones por un alto al fuego en Gaza antes del Ramadán parecen estancadas
Los mediadores internacionales se reunieron con delegados de Hamás en Egipto para intentar pactar una tregua de seis semanas, el canje de decenas de rehenes a cambio de prisioneros palestinos y el ingreso de ayuda a Gaza. Israel no participa de las conversaciones y continúa con sus incursiones militares en el enclave palestino.
El presidente estadounidense, Joe Biden, instó el martes a Hamás a que acepte un cese al fuego con Israel en la Franja de Gaza antes del Ramadán, tras lo que el movimiento islamista afirmó que las vías de las negociaciones no estarán “abiertas indefinidamente”.
Los mediadores internacionales se reunieron con delegados del grupo islamista palestino en El Cairo para intentar pactar una tregua de seis semanas, el canje de decenas de rehenes a cambio de prisioneros palestinos y el ingreso de ayuda a Gaza. “Está en las manos de Hamás en este momento”, declaró Biden, que dijo temer una situación “muy peligrosa” si no se alcanza un cese al fuego antes del mes del ayuno del islam, que empieza ahora en marzo.
El dirigente, cuyo país es el principal aliado de Israel, añadió que los judíos estaban “cooperando” y que el ofrecimiento de una tregua “es razonable”. Ante la catastrófica crisis humanitaria en la Franja de Gaza, tras casi cinco meses de conflicto, Biden advirtió a Israel que “no hay excusa” para impedir el ingreso de ayuda humanitaria al asediado territorio palestino. Un alto cargo de Hamás, Osama Hamdan, afirmó desde Beirut que no permitirían “que la vía de las negociaciones esté abierta indefinidamente mientras continúe la agresión y la hambruna organizada” contra los palestinos.
Las negociaciones son “difíciles, pero continúan”, aunque sin representación israelí, indicó, por otra parte, la cadena AlQahera News, cercana a los servicios de inteligencia egipcios, citando a un alto funcionario de ese país. Mientras, Israel continuó bombardeando el territorio palestino, sobre todo el sur, y causó 97 muertos en las últimas 24 horas, según el Ministerio de Salud de Gaza, gobernado por Hamás.
El grupo islamista palestino reitera sus condiciones
La guerra estalló tras el ataque que llevaron a cabo comandos de Hamás en Israel el 7 de octubre, cuando mataron a 1.160 personas, en su mayoría civiles, según un balance de la AFP basado en cifras oficiales israelíes. También secuestraron a 250 personas, de las cuales Israel calcula que 130 siguen retenidas. La ofensiva de Israel contra Hamás en Gaza ha matado, hasta ahora, a 30.631 personas, en su mayoría civiles, según cifras del grupo palestino.
Desde Washington, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, también llamó a Hamás a aceptar un “cese al fuego inmediato con Israel. Depende de Hamás decidir si está preparado para comprometerse con un cese de hostilidades”.
Sin embargo, el movimiento islamista impone varias condiciones antes de cualquier acuerdo. “No habrá conversaciones con el enemigo sobre una operación de intercambio de prisioneros hasta que se produzca un cese al fuego, la retirada del Ejército de ocupación, la reconstrucción y el regreso de los desplazados a sus hogares”, declaró el martes a la AFP un alto cargo de Hamás, Mahmud Mardawi.
La ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, volvió a ser blanco de bombardeos nocturnos, y en Jan Yunis, a unos kilómetros más al norte, además de bombardeos, se registraron combates en el terreno. “Destruyeron la casa sin previo aviso. El barrio se convirtió en un infierno de llamas”, contó Abdulá Amur, que sobrevivió al bombardeo de una vivienda en el que murieron 16 personas, entre ellas un recién nacido, según el Ministerio de Salud de Hamás.
“Inundar” de ayuda Gaza, dice la ONU
En la Ciudad de Gaza, en el norte, según el Ministerio de Salud gazatí y testigos, soldados israelíes abrieron fuego este martes contra una multitud hambrienta que esperaba el reparto de ayuda, hiriendo a algunas personas.
Testigos declararon a la AFP que cientos de individuos se abalanzaron sobre un convoy de 17 camiones cargados de harina, que llegaba a un cruce de caminos en el sur de la ciudad, y que los soldados dispararon en ese momento. El Ejército no ha confirmado estos informes.
El 29 de febrero, decenas de personas murieron cuando las tropas israelíes abrieron fuego contra una multitud hambrienta, que se abalanzó sobre un convoy de ayuda humanitaria en esa misma ciudad. En la Franja, la hambruna es “prácticamente inevitable” para 2,2 de los 2,4 millones de personas que viven en el enclave, según la ONU. Estados Unidos lanzó desde el aire más de 36.000 raciones de alimentos el fin de semana.
Este martes, Naciones Unidas hizo un llamado para “inundar” de ayuda el territorio y salvar a los niños que mueren de inanición, tras visitar dos hospitales en el norte de Gaza. La Organización Mundial de la Salud indicó que descubrió escenas espantosas de niños muriendo de hambre, y una grave escasez de alimentos, medicamentos y combustible para generadores. Este organismo calcula que al menos 8.000 pacientes necesitan ser evacuados del enclave para recibir tratamiento.
La crisis humanitaria en Gaza se está viendo agravada por las tensiones entre la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) e Israel, que pide su desmantelamiento. El Estado judío acusa a la agencia de emplear a “más de 450 terroristas” de Hamás y otras organizaciones de Gaza, mientras que la UNRWA acusa a las autoridades israelíes de haber cometido actos de “tortura” contra algunos de sus empleados.
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El presidente estadounidense, Joe Biden, instó el martes a Hamás a que acepte un cese al fuego con Israel en la Franja de Gaza antes del Ramadán, tras lo que el movimiento islamista afirmó que las vías de las negociaciones no estarán “abiertas indefinidamente”.
Los mediadores internacionales se reunieron con delegados del grupo islamista palestino en El Cairo para intentar pactar una tregua de seis semanas, el canje de decenas de rehenes a cambio de prisioneros palestinos y el ingreso de ayuda a Gaza. “Está en las manos de Hamás en este momento”, declaró Biden, que dijo temer una situación “muy peligrosa” si no se alcanza un cese al fuego antes del mes del ayuno del islam, que empieza ahora en marzo.
El dirigente, cuyo país es el principal aliado de Israel, añadió que los judíos estaban “cooperando” y que el ofrecimiento de una tregua “es razonable”. Ante la catastrófica crisis humanitaria en la Franja de Gaza, tras casi cinco meses de conflicto, Biden advirtió a Israel que “no hay excusa” para impedir el ingreso de ayuda humanitaria al asediado territorio palestino. Un alto cargo de Hamás, Osama Hamdan, afirmó desde Beirut que no permitirían “que la vía de las negociaciones esté abierta indefinidamente mientras continúe la agresión y la hambruna organizada” contra los palestinos.
Las negociaciones son “difíciles, pero continúan”, aunque sin representación israelí, indicó, por otra parte, la cadena AlQahera News, cercana a los servicios de inteligencia egipcios, citando a un alto funcionario de ese país. Mientras, Israel continuó bombardeando el territorio palestino, sobre todo el sur, y causó 97 muertos en las últimas 24 horas, según el Ministerio de Salud de Gaza, gobernado por Hamás.
El grupo islamista palestino reitera sus condiciones
La guerra estalló tras el ataque que llevaron a cabo comandos de Hamás en Israel el 7 de octubre, cuando mataron a 1.160 personas, en su mayoría civiles, según un balance de la AFP basado en cifras oficiales israelíes. También secuestraron a 250 personas, de las cuales Israel calcula que 130 siguen retenidas. La ofensiva de Israel contra Hamás en Gaza ha matado, hasta ahora, a 30.631 personas, en su mayoría civiles, según cifras del grupo palestino.
Desde Washington, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, también llamó a Hamás a aceptar un “cese al fuego inmediato con Israel. Depende de Hamás decidir si está preparado para comprometerse con un cese de hostilidades”.
Sin embargo, el movimiento islamista impone varias condiciones antes de cualquier acuerdo. “No habrá conversaciones con el enemigo sobre una operación de intercambio de prisioneros hasta que se produzca un cese al fuego, la retirada del Ejército de ocupación, la reconstrucción y el regreso de los desplazados a sus hogares”, declaró el martes a la AFP un alto cargo de Hamás, Mahmud Mardawi.
La ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, volvió a ser blanco de bombardeos nocturnos, y en Jan Yunis, a unos kilómetros más al norte, además de bombardeos, se registraron combates en el terreno. “Destruyeron la casa sin previo aviso. El barrio se convirtió en un infierno de llamas”, contó Abdulá Amur, que sobrevivió al bombardeo de una vivienda en el que murieron 16 personas, entre ellas un recién nacido, según el Ministerio de Salud de Hamás.
“Inundar” de ayuda Gaza, dice la ONU
En la Ciudad de Gaza, en el norte, según el Ministerio de Salud gazatí y testigos, soldados israelíes abrieron fuego este martes contra una multitud hambrienta que esperaba el reparto de ayuda, hiriendo a algunas personas.
Testigos declararon a la AFP que cientos de individuos se abalanzaron sobre un convoy de 17 camiones cargados de harina, que llegaba a un cruce de caminos en el sur de la ciudad, y que los soldados dispararon en ese momento. El Ejército no ha confirmado estos informes.
El 29 de febrero, decenas de personas murieron cuando las tropas israelíes abrieron fuego contra una multitud hambrienta, que se abalanzó sobre un convoy de ayuda humanitaria en esa misma ciudad. En la Franja, la hambruna es “prácticamente inevitable” para 2,2 de los 2,4 millones de personas que viven en el enclave, según la ONU. Estados Unidos lanzó desde el aire más de 36.000 raciones de alimentos el fin de semana.
Este martes, Naciones Unidas hizo un llamado para “inundar” de ayuda el territorio y salvar a los niños que mueren de inanición, tras visitar dos hospitales en el norte de Gaza. La Organización Mundial de la Salud indicó que descubrió escenas espantosas de niños muriendo de hambre, y una grave escasez de alimentos, medicamentos y combustible para generadores. Este organismo calcula que al menos 8.000 pacientes necesitan ser evacuados del enclave para recibir tratamiento.
La crisis humanitaria en Gaza se está viendo agravada por las tensiones entre la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) e Israel, que pide su desmantelamiento. El Estado judío acusa a la agencia de emplear a “más de 450 terroristas” de Hamás y otras organizaciones de Gaza, mientras que la UNRWA acusa a las autoridades israelíes de haber cometido actos de “tortura” contra algunos de sus empleados.
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