Lo que la explosión de “beepers” en Líbano significaría para Israel y la guerra
Una serie de explosiones, de las cuales Israel es acusado, dejó al menos una decena de muertos y miles de heridos en Líbano. ¿Qué se sabe?
Camilo Gómez Forero
La primera pregunta que se hicieron quienes ya superaron los 30 años fue: ¿quién rayos usa un bíper hoy? Quienes no están ni remotamente cerca de esa edad hicieron otra más conveniente: ¿qué es un bíper? Este dispositivo, comercializado desde 1950, extremadamente popular en los años 70 y reemplazado en los 90 por la telefonía celular y los mensajes de texto, ha permitido la comunicación hasta en las zonas más remotas de manera simple y fiable.
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La primera pregunta que se hicieron quienes ya superaron los 30 años fue: ¿quién rayos usa un bíper hoy? Quienes no están ni remotamente cerca de esa edad hicieron otra más conveniente: ¿qué es un bíper? Este dispositivo, comercializado desde 1950, extremadamente popular en los años 70 y reemplazado en los 90 por la telefonía celular y los mensajes de texto, ha permitido la comunicación hasta en las zonas más remotas de manera simple y fiable.
Esa es la razón por la que militantes de Hezbolá en el Líbano todavía usan este anticuado aparato. Lo que nadie en la organización esperaba era que se convirtiera en su peor enemigo. Al menos una decena de personas murieron y más de 3.000 resultaron heridas (500 de ellas de gravedad, muchas de ellas quedando ciegas) cuando los bíperes (como los que usan miembros de Hezbolá, un modelo Rugged Pager AR924 de Apollo) empezaron a estallar de manera repentina el martes en varias zonas, desde Beirut hasta Damasco.
Israel fue acusado del ataque, que encontró al grupo fuera de guardia y mostró una vulnerabilidad nunca vista. En redes surgieron dos teorías: Israel infiltró el sistema de los aparatos y recalentó su batería de litio hasta hacerlos estallar, lo que hizo a miles temer por lo que podían hacer con sus dispositivos móviles e incluso con otras tecnologías como los vehículos eléctricos. Sin embargo, hackers en línea lo consideran improbable.
“Las capacidades de Israel en materia de ciberseguridad son de primera clase, y destruir centrifugadoras con un gusano y otras actividades ciberfísicas están dentro de su alcance... pero un ataque cibernético puro es bastante improbable”, recogió el medio focalizado en tecnología The Stack. Los estudios revisados sobre la práctica de hacer explotar dispositivos sobrecalentándolos a distancia indican que se necesita que el dispositivo al menos esté conectado a un cargador para iniciar la transferencia de energía necesaria para la explosión. Y, por lo que se ve en los videos, los militantes de Hezbolá no estaban cargando sus bíperes.
Eso nos lleva a la segunda teoría: un explosivo incluido en el dispositivo que, una vez recibió la señal, lo hizo estallar. Según Sky News Arabia, la inteligencia israelí pudo inyectar un compuesto de tentranitrato de pentaeritriol (PENT) en las baterías de los bíperes —el cual es difícil de detectar en el clima del Líbano— antes de que llegaran a manos de los miembros de Hezbolá en febrero, probablemente durante la producción de los aparatos. Cabe destacar que, en febrero, el líder de la agrupación libanesa, Hassan Nasrallah, había advertido sobre los peligros de los teléfonos inteligentes porque podían ser “espiados y controlados”, por lo que pidió no usarlos.
Todo esto revela una enorme falla en los protocolos de seguridad de Hezbolá. La escena parece salida de uno de los mejores capítulos de The Wire: cuando la policía no pudo intervenir los teléfonos de una banda de narcotraficantes, le dijo a un informante que les vendiera teléfonos que ya estaban intervenidos. Eso es lo que parece haber ocurrido acá.
Todavía se estudia cómo fue la explosión: si el dispositivo se calentó y cómo se produjo la detonación. Lo único claro es que hubo un componente explosivo —por lo que podemos tranquilizarnos sobre nuestros celulares ya que no tienen PENT—, y que, antes de la explosión, los bíperes emitieron un sonido durante varios segundos, lo que llevó a que varios miembros los revisaran aumentando las heridas en el rostro y los ojos. Por todo esto, el consultor tecnológico Edward Snowden ha acusado a Israel de terrorismo.
Nos quedan las preguntas por las que sí deberíamos estar preocupados: ¿por qué ahora y qué sigue? Algunos miembros de la comunidad de Inteligencia de Fuentes Abiertas dicen que la operación pudo ser un accidente y no pretendía llevarse a cabo ahora, pues un ataque así suele ir acompañado de una invasión a larga escala. Podrían estar en lo correcto. El medio árabe Al-Monitor apuntó a que el ataque tuvo que adelantarse porque los miembros del grupo libanés mostraron sospechas reciéntemente frente a los dipositivos. Por otro lado, Axios informó que la operación habría sido aprobada a inicios de esta semana en una reunión del gabinete de Benjamin Netanyahu. Horas antes del ataque, el Gobierno israelí había declarado que detener los ataques de Hezbolá era su nuevo objetivo de guerra.
Según Channel 14, de Israel, algunos oficiales militares israelíes se están preparando para que una tercera guerra con Hezbolá empiece de inmediato, reconociendo que es una acción que llevaría las tensiones en la frontera a un conflicto a gran escala. Líbano ha dicho que responderá al ataque contra su soberanía nacional. El ataque ha preocupado a la Organización de Naciones Unidas y a EE. UU. especialmente, que ve totalmente ignorado su llamado a la moderación y aseguró no saber nada sobre este ataque.
Como primeras medidas internacionales, Air France y otras aerolíneas suspendieron sus vuelos a Tel Aviv, temiendo una guerra a mayor escala. La crisis económica a la que se enfrenta el Líbano no puede permitirle entrar a un conflicto mayor con Israel, lo que incluso tiene a ciudadanos en la frontera sur cuestionando el alto precio que pagarían por la guerra, según Vivian Yee, de The New York Times. Sin embargo, Hezbolá tiene un arsenal mucho más peligroso que el de Hamás, con misiles guiados de presión y drones explosivos que podrían eludir la Cúpula de Hierro de Israel, llevando la guerra a otro nivel.
Analistas no se atreven a pronosticar cuál puede ser la respuesta de esta agrupación, pero coinciden en que cuanto más severa sea, más puede arrastrarnos a un conflicto regional. Irán, cuyo embajador en Beirut resultó herido durante la jornada de explosiones, no ha hablado sobre represalias, pero sus conexiones con Hezbolá son conocidas, por lo que Teherán, que tampoco quiere entrar en conflicto por su crisis económica, podría verse inmersa en la metástasis de la guerra.
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