Londres da un paso decisivo para abandonar la UE mientras crece la incertidumbre por su salida
El gobierno británico ordenó que el próximo 31 de octubre sea derogada la ley que permitió que el Reino Unido integrara la Unión Europea. Pero mientras el primer ministro, Boris Johnson, avanza en una salida sin acuerdo, un documento filtrado muestra las graves consecuencias que esto podría traer para la nación.
Redacción EFE y AFP
El gobierno británico, ahora en cabeza del primer ministro Boris Johnson, anunció que el secretario del brexit, Steve Barclay, firmó la orden para desligar las leyes de la Unión Europea (UE) del Reino Unido, derogando la Ley de Comunidades Europeas. Esta ley, conocida en Reino Unido como ACT 1972, es el vehículo que permite que la regulación europea actúe directamente en el país británico.
Este rechazo a las leyes europeas tendrá efecto cuando el Reino Unido formalice el "brexit" o salida de la UE el próximo 31 de octubre. Según explicó Downing Street en un comunicado, este anuncio marca un "paso histórico" para recuperar el poder en las leyes.
"Estamos tomando el control de nuestras leyes como votó la gente en el referéndum de 2016", señaló.
Además, Barclay afirmó que esto es una "señal clara" para la gente del país de que no hay "vuelta atrás" y que el país abandonará la UE el 31 de octubre, siguiendo con las instrucciones recibidas en 2016.
"Los políticos no pueden elegir qué votos quieren o no respetar. El Parlamento ya ha votado irse el 31 de octubre. La Ley de Comunidades Europeas ha visto como incontables regulaciones europeas fluían libremente en el Reino Unido durante décadas y cualquier gobierno serio con la voluntad de irse, debe mostrar su compromiso para derogarla", aseguró el político. Vea también: Las heridas que dejó el “brexit” y que nadie sabe cómo sanar
"Es lo que estamos haciendo al poner en marcha esta derogación. Es un momento histórico para tomar de vuelta el control de nuestras leyes", agregó.
Este anuncio llega días antes de que el primer ministro, Boris Johnson, se reúna con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Johnson viajará a Berlín el miércoles y a París el jueves, para, según reportan los medios británicos, insistir en que el Reino Unido abandonará la UE el 31 de octubre haya o no haya acuerdo.
Fuentes del Elíseo indicaron que Macron mantendrá un almuerzo de trabajo con Johnson para hablar del "brexit" o salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) y que ambos harán posteriormente una declaración a la prensa.
En la primera conversación telefónica que ambos mantuvieron a finales de julio tras el nombramiento de Johnson como primer ministro, el presidente francés le había invitado para acudir a París.
Los dos mandatarios abordarán el "brexit", según la presidencia francesa "respetando los principios europeos" que han acordado los 27, en una alusión a la posición de que no habrá renegociación del compromiso alcanzado entre la Comisión Europea y la anterior primera ministra, Theresa May, para la salida del Reino Unido de la UE, prevista para el 31 de octubre.
El primer ministro británico es partidario de lograr un nuevo acuerdo con Bruselas después de que el conseguido por su antecesora en el cargo, Theresa May, fuera rechazado por el Parlamento en tres ocasiones. Sin embargo, la negativa de Bruselas a aceptar las peticiones de Johnson ha llevado al primer ministro a asegurar que, en caso de no haber acuerdo, el Reino Unido saldrá de manera abrupta.
Londres se ha mostrado alarmada porque una salida del Reino Unido de la comunidad europea pueda afectar el mercado, y por ello prevé que con un brexit duro habrá escasez de alimentos y medicinas. Un análisis del impacto potencial de un Brexit sin acuerdo que se filtró al Sunday Times aumentó la preocupación.
El Reino Unido se enfrentaría a una penuria de comida, gasolina y fármacos, a atascos en los puertos y al retorno de una frontera física en la isla de Irlanda, según un informe gubernamental filtrado a ese diario. Con el nombre de Operación "Yellowhammer" o "Carpintero Dorado" -el nombre de un pequeño pájaro- el documento fue elaborado en secreto para prepararse a las consecuencias de un Brexit sin acuerdo.
Según el diario, se refiere a las repercusiones "más probables" y no a los peores escenarios posibles y hace patente la falta de preparación por parte de las empresas y los ciudadanos. El gobierno de Johnson afirmó que se trata de un informe antiguo y acusó a exministros proeuropeos de haberlo filtrado para provocar miedo. Le recomendamos: La ciencia advierte que un mal Brexit sería catastrófico
Una de las primeras consecuencias visibles para los consumidores británicos y europeos afectaría a la itinerancia, es decir la posibilidad de usar la red de un operador de telefonía móvil en el extranjero. El servicio, actualmente gratuito dentro de la UE, dejaría de serlo para quienes crucen el Canal de la Mancha.
Algo similar ocurría con las tarjetas de crédito y débito, que sufrirían gastos adicionales, mientras que las gestiones bancarias serían "más lentas", según Londres. En el seno de la UE, los clientes de bancos de inversiones basados en el Reino Unido ya no podrían utilizar sus servicios financieros.
En el sector de bienes, muchas empresas siguen bajo la amenaza de un divorcio brutal en octubre, ya que la proximidad de la Navidad dificulta hacer acopio de existencias, advirtió la principal patronal británica, CBI.
En los servicios, británicos y europeos negociaron acuerdos paliativos que incluyen un acuerdo de un año para proteger el mercado de derivados financieros de Londres. Según CBI, unos 3.000 abogados se registraron en Irlanda, país miembro de la UE, para poder seguir ejerciendo su profesión en la UE.
La UE acordó ampliar el derecho automático de las compañías aéreas británicas a operar vuelos hacia y desde los otros 27 países del bloque, pero sólo hasta marzo de 2020. El servicio ferroviario bajo el Canal de la Mancha (Eurostar, lanzadera) también podrá seguir funcionando sin cambios durante tres meses.
Los trámites administrativos pueden dispararse a un nivel de pesadilla. Las empresas británicas que hacen negocios con Europa tendrían que llenar montañas de declaraciones de aduanas. Los turistas británicos que quieran alquilar un vehículo podrían necesitar un permiso de conducir internacional porque los suyos no serían válidos en el continente y hasta las mascotas necesitarían nuevos papeles para viajar tras perder sus pasaportes europeos.
La situación podría ser más preocupante para las personas que dependen de un tratamiento médico: las autoridades pidieron a las empresas farmacéuticas que hagan reservas adicionales para seis semanas además de las de tres meses que ya tienen establecidos.
Esto debería permitir cubrir interrupciones de corto plazo por el bloqueo de las aduanas. Igualmente, Reino Unido ya no podría acceder a los bancos de esperma europeos. Los establecimientos británicos deberán desarrollar nuevos acuerdos y podrían tener que recurrir a las importaciones de terceros países.
El gobierno británico, ahora en cabeza del primer ministro Boris Johnson, anunció que el secretario del brexit, Steve Barclay, firmó la orden para desligar las leyes de la Unión Europea (UE) del Reino Unido, derogando la Ley de Comunidades Europeas. Esta ley, conocida en Reino Unido como ACT 1972, es el vehículo que permite que la regulación europea actúe directamente en el país británico.
Este rechazo a las leyes europeas tendrá efecto cuando el Reino Unido formalice el "brexit" o salida de la UE el próximo 31 de octubre. Según explicó Downing Street en un comunicado, este anuncio marca un "paso histórico" para recuperar el poder en las leyes.
"Estamos tomando el control de nuestras leyes como votó la gente en el referéndum de 2016", señaló.
Además, Barclay afirmó que esto es una "señal clara" para la gente del país de que no hay "vuelta atrás" y que el país abandonará la UE el 31 de octubre, siguiendo con las instrucciones recibidas en 2016.
"Los políticos no pueden elegir qué votos quieren o no respetar. El Parlamento ya ha votado irse el 31 de octubre. La Ley de Comunidades Europeas ha visto como incontables regulaciones europeas fluían libremente en el Reino Unido durante décadas y cualquier gobierno serio con la voluntad de irse, debe mostrar su compromiso para derogarla", aseguró el político. Vea también: Las heridas que dejó el “brexit” y que nadie sabe cómo sanar
"Es lo que estamos haciendo al poner en marcha esta derogación. Es un momento histórico para tomar de vuelta el control de nuestras leyes", agregó.
Este anuncio llega días antes de que el primer ministro, Boris Johnson, se reúna con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Johnson viajará a Berlín el miércoles y a París el jueves, para, según reportan los medios británicos, insistir en que el Reino Unido abandonará la UE el 31 de octubre haya o no haya acuerdo.
Fuentes del Elíseo indicaron que Macron mantendrá un almuerzo de trabajo con Johnson para hablar del "brexit" o salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) y que ambos harán posteriormente una declaración a la prensa.
En la primera conversación telefónica que ambos mantuvieron a finales de julio tras el nombramiento de Johnson como primer ministro, el presidente francés le había invitado para acudir a París.
Los dos mandatarios abordarán el "brexit", según la presidencia francesa "respetando los principios europeos" que han acordado los 27, en una alusión a la posición de que no habrá renegociación del compromiso alcanzado entre la Comisión Europea y la anterior primera ministra, Theresa May, para la salida del Reino Unido de la UE, prevista para el 31 de octubre.
El primer ministro británico es partidario de lograr un nuevo acuerdo con Bruselas después de que el conseguido por su antecesora en el cargo, Theresa May, fuera rechazado por el Parlamento en tres ocasiones. Sin embargo, la negativa de Bruselas a aceptar las peticiones de Johnson ha llevado al primer ministro a asegurar que, en caso de no haber acuerdo, el Reino Unido saldrá de manera abrupta.
Londres se ha mostrado alarmada porque una salida del Reino Unido de la comunidad europea pueda afectar el mercado, y por ello prevé que con un brexit duro habrá escasez de alimentos y medicinas. Un análisis del impacto potencial de un Brexit sin acuerdo que se filtró al Sunday Times aumentó la preocupación.
El Reino Unido se enfrentaría a una penuria de comida, gasolina y fármacos, a atascos en los puertos y al retorno de una frontera física en la isla de Irlanda, según un informe gubernamental filtrado a ese diario. Con el nombre de Operación "Yellowhammer" o "Carpintero Dorado" -el nombre de un pequeño pájaro- el documento fue elaborado en secreto para prepararse a las consecuencias de un Brexit sin acuerdo.
Según el diario, se refiere a las repercusiones "más probables" y no a los peores escenarios posibles y hace patente la falta de preparación por parte de las empresas y los ciudadanos. El gobierno de Johnson afirmó que se trata de un informe antiguo y acusó a exministros proeuropeos de haberlo filtrado para provocar miedo. Le recomendamos: La ciencia advierte que un mal Brexit sería catastrófico
Una de las primeras consecuencias visibles para los consumidores británicos y europeos afectaría a la itinerancia, es decir la posibilidad de usar la red de un operador de telefonía móvil en el extranjero. El servicio, actualmente gratuito dentro de la UE, dejaría de serlo para quienes crucen el Canal de la Mancha.
Algo similar ocurría con las tarjetas de crédito y débito, que sufrirían gastos adicionales, mientras que las gestiones bancarias serían "más lentas", según Londres. En el seno de la UE, los clientes de bancos de inversiones basados en el Reino Unido ya no podrían utilizar sus servicios financieros.
En el sector de bienes, muchas empresas siguen bajo la amenaza de un divorcio brutal en octubre, ya que la proximidad de la Navidad dificulta hacer acopio de existencias, advirtió la principal patronal británica, CBI.
En los servicios, británicos y europeos negociaron acuerdos paliativos que incluyen un acuerdo de un año para proteger el mercado de derivados financieros de Londres. Según CBI, unos 3.000 abogados se registraron en Irlanda, país miembro de la UE, para poder seguir ejerciendo su profesión en la UE.
La UE acordó ampliar el derecho automático de las compañías aéreas británicas a operar vuelos hacia y desde los otros 27 países del bloque, pero sólo hasta marzo de 2020. El servicio ferroviario bajo el Canal de la Mancha (Eurostar, lanzadera) también podrá seguir funcionando sin cambios durante tres meses.
Los trámites administrativos pueden dispararse a un nivel de pesadilla. Las empresas británicas que hacen negocios con Europa tendrían que llenar montañas de declaraciones de aduanas. Los turistas británicos que quieran alquilar un vehículo podrían necesitar un permiso de conducir internacional porque los suyos no serían válidos en el continente y hasta las mascotas necesitarían nuevos papeles para viajar tras perder sus pasaportes europeos.
La situación podría ser más preocupante para las personas que dependen de un tratamiento médico: las autoridades pidieron a las empresas farmacéuticas que hagan reservas adicionales para seis semanas además de las de tres meses que ya tienen establecidos.
Esto debería permitir cubrir interrupciones de corto plazo por el bloqueo de las aduanas. Igualmente, Reino Unido ya no podría acceder a los bancos de esperma europeos. Los establecimientos británicos deberán desarrollar nuevos acuerdos y podrían tener que recurrir a las importaciones de terceros países.