Los efectos del segundo colapso sanitario en Manaos el Amazonas brasileño
Debido a la expansión de la enfermedad, la capital del estado de Amazonas ha dejado de recibir casos graves derivados de otras ciudades. Esto es lo que está pasando.
Médicos sin Fronteras *
El sistema de salud en Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas, ha colapsado por segunda vez. Aunque los hospitales han estado agregando capacidad de camas para casos de COVID-19 a un ritmo impresionante, el número de pacientes ha seguido creciendo cada vez más rápido, lo que significa que todo el sistema de salud está saturado y sobrepasado.
De forma preocupante, la capacidad de la ciudad para producir oxígeno está funcionando a menos de un tercio de las necesidades actuales, dejando a algunos hospitales sin capacidad para ventilar a sus pacientes y, según los informes, esto tiene como resultado que mueran por asfixia. El efecto dominó en las ciudades que se encuentran río arriba, en la región rural del Amazonas, está comenzando a notarse y podría ser igual de devastador.
Ver más: El nuevo linaje del coronavirus que prendió alarmas en la Amazonia
Médicos Sin Fronteras (MSF) tiene equipos en las ciudades amazónicas de São Gabriel da Cachoeira y Tefé, ambas a pocos días de viaje en barco río arriba desde la capital del estado. Con los hospitales de Manaos saturados y luchando ante esta situación, no hay ningún lugar para derivar a los y las pacientes más graves. MSF está ampliando urgentemente sus equipos y buscando formas para ayudar en Manaos, pero ya ha habido muertes y podrían seguir muchas más.
En la primera semana de enero, un tercio de las y los pacientes con COVID-19 en Tefé necesitaron tratamiento con oxígeno, y la semana pasada la cifra aumentó a dos tercios. No es solo que el número de pacientes esté aumentando, sino que su gravedad al momento de ingresar también está empeorando, y esto parece apuntar al desarrollo de una situación desastrosa.
“Al saber más sobre la enfermedad deberíamos estar en una mejor posición para salvar vidas, pero eso solo podemos hacerlo si tenemos oxígeno y posibilidades de derivar a pacientes en estado grave o crítico a hospitales mejor equipados. En la última semana, ningún paciente pudo volar de Tefé a Manaos. Perdimos a tres personas que hubieran tenido la oportunidad de sobrevivir si hubieran recibido atención en un hospital de una gran ciudad, pero no fue posible derivarlas a uno”, dice Pierre Van Heddegem, jefe de misión de MSF en Brasil.
Ver más: Venezuela envía oxígeno a Manaos
Como no hay concentradores de oxígeno cerca de Tefé para poder recargar los cilindros de oxígeno, éstos deben enviarse a Manaos para volverse a llenar. MSF donó 50 cilindros nuevos al hospital regional de Tefé a finales de 2020, pero sin la opción de poder rellenarlos en Manaos, la zona rural también corre el riesgo de quedarse sin este insumo vital. “Solo nos quedan unos pocos días de oxígeno en Tefé si las admisiones continúan a este ritmo”, agrega Van Heddegem.
MSF busca desesperadamente soluciones alternativas para que las y los pacientes críticamente enfermos de Tefé puedan ser atendidos a pesar de la saturación total de los hospitales de Manaos, y al mismo tiempo, busca formas de ayudar en esta ciudad. Ayer llegó un primer equipo de MSF a la capital del estado de Amazonas.
En São Gabriel da Cachoeira, el otro municipio del estado de Amazonas donde trabaja MSF, durante el año nuevo también se presenció un aumento inmediato en el número de casos: en la primera semana de enero se quintuplicaron los casos de personas contagiadas de COVID-19 en comparación con las cifras de la última semana de 2020. El Ministerio de Salud estableció un centro de observación con capacidad de seis camas para pacientes con COVID-19, y este cuenta con el apoyo de un equipo de MSF. Hay un hospital pequeño con su propia capacidad para generar oxígeno, pero si el número de casos aumenta, podría verse abrumado y podríamos estar enfrentando la terrible situación a la que se enfrenta Tefé actualmente.
MSF ha estado ayudando a mejorar la capacidad para realizar pruebas de detección de COVID-19, específicamente con el uso de la prueba de antígenos que brinda una visión en tiempo real de la situación, en lugar del uso de la prueba de anticuerpos que se usa de forma más generalizada en Brasil y que no puede dar una representación en tiempo real.
Hemos luchado por comprender la abrumadora dependencia de Brasil en las pruebas de anticuerpos, pues no son capaces de decir si una persona tiene COVID-19 actualmente, sino que indican la respuesta inmune del cuerpo al virus en ese momento o en el pasado. Esto puede significar que la persona tuvo la enfermedad semanas o meses atrás, pero ya no corre el riesgo de contagiar a otras personas.
MSF también donó cartuchos al laboratorio de São Gabriel da Cachoeira para crear las condiciones necesarias para utilizar la máquina GenExpert que existe en la ciudad y que se puede usar para realizar pruebas de PCR a pacientes con COVID-19. “Los resultados de las pruebas se obtienen en aproximadamente una hora y pueden realizarse en la localidad sin tener que enviar las muestras a Manaos, como era el caso hasta ahora”, explica Irene Huertas Martín, coordinadora del proyecto de MSF en la localidad.
Ver más: Así fue el primer colapso sanitario en Manaos
Los equipos de promoción de la salud de MSF están divulgando información de seguridad sobre la COVID-19 en las dos ciudades y evaluarán la necesidad de hacer lo mismo en Manaos. Garantizar que las personas sepan cómo protegerse a sí mismas y a quienes les rodean sigue siendo una de las formas más importantes para evitar la propagación de la enfermedad en una región donde el acceso a una atención médica adecuada puede estar a unos días de distancia río abajo.
* Alianza informativa con El Espectador
El sistema de salud en Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas, ha colapsado por segunda vez. Aunque los hospitales han estado agregando capacidad de camas para casos de COVID-19 a un ritmo impresionante, el número de pacientes ha seguido creciendo cada vez más rápido, lo que significa que todo el sistema de salud está saturado y sobrepasado.
De forma preocupante, la capacidad de la ciudad para producir oxígeno está funcionando a menos de un tercio de las necesidades actuales, dejando a algunos hospitales sin capacidad para ventilar a sus pacientes y, según los informes, esto tiene como resultado que mueran por asfixia. El efecto dominó en las ciudades que se encuentran río arriba, en la región rural del Amazonas, está comenzando a notarse y podría ser igual de devastador.
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Médicos Sin Fronteras (MSF) tiene equipos en las ciudades amazónicas de São Gabriel da Cachoeira y Tefé, ambas a pocos días de viaje en barco río arriba desde la capital del estado. Con los hospitales de Manaos saturados y luchando ante esta situación, no hay ningún lugar para derivar a los y las pacientes más graves. MSF está ampliando urgentemente sus equipos y buscando formas para ayudar en Manaos, pero ya ha habido muertes y podrían seguir muchas más.
En la primera semana de enero, un tercio de las y los pacientes con COVID-19 en Tefé necesitaron tratamiento con oxígeno, y la semana pasada la cifra aumentó a dos tercios. No es solo que el número de pacientes esté aumentando, sino que su gravedad al momento de ingresar también está empeorando, y esto parece apuntar al desarrollo de una situación desastrosa.
“Al saber más sobre la enfermedad deberíamos estar en una mejor posición para salvar vidas, pero eso solo podemos hacerlo si tenemos oxígeno y posibilidades de derivar a pacientes en estado grave o crítico a hospitales mejor equipados. En la última semana, ningún paciente pudo volar de Tefé a Manaos. Perdimos a tres personas que hubieran tenido la oportunidad de sobrevivir si hubieran recibido atención en un hospital de una gran ciudad, pero no fue posible derivarlas a uno”, dice Pierre Van Heddegem, jefe de misión de MSF en Brasil.
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Como no hay concentradores de oxígeno cerca de Tefé para poder recargar los cilindros de oxígeno, éstos deben enviarse a Manaos para volverse a llenar. MSF donó 50 cilindros nuevos al hospital regional de Tefé a finales de 2020, pero sin la opción de poder rellenarlos en Manaos, la zona rural también corre el riesgo de quedarse sin este insumo vital. “Solo nos quedan unos pocos días de oxígeno en Tefé si las admisiones continúan a este ritmo”, agrega Van Heddegem.
MSF busca desesperadamente soluciones alternativas para que las y los pacientes críticamente enfermos de Tefé puedan ser atendidos a pesar de la saturación total de los hospitales de Manaos, y al mismo tiempo, busca formas de ayudar en esta ciudad. Ayer llegó un primer equipo de MSF a la capital del estado de Amazonas.
En São Gabriel da Cachoeira, el otro municipio del estado de Amazonas donde trabaja MSF, durante el año nuevo también se presenció un aumento inmediato en el número de casos: en la primera semana de enero se quintuplicaron los casos de personas contagiadas de COVID-19 en comparación con las cifras de la última semana de 2020. El Ministerio de Salud estableció un centro de observación con capacidad de seis camas para pacientes con COVID-19, y este cuenta con el apoyo de un equipo de MSF. Hay un hospital pequeño con su propia capacidad para generar oxígeno, pero si el número de casos aumenta, podría verse abrumado y podríamos estar enfrentando la terrible situación a la que se enfrenta Tefé actualmente.
MSF ha estado ayudando a mejorar la capacidad para realizar pruebas de detección de COVID-19, específicamente con el uso de la prueba de antígenos que brinda una visión en tiempo real de la situación, en lugar del uso de la prueba de anticuerpos que se usa de forma más generalizada en Brasil y que no puede dar una representación en tiempo real.
Hemos luchado por comprender la abrumadora dependencia de Brasil en las pruebas de anticuerpos, pues no son capaces de decir si una persona tiene COVID-19 actualmente, sino que indican la respuesta inmune del cuerpo al virus en ese momento o en el pasado. Esto puede significar que la persona tuvo la enfermedad semanas o meses atrás, pero ya no corre el riesgo de contagiar a otras personas.
MSF también donó cartuchos al laboratorio de São Gabriel da Cachoeira para crear las condiciones necesarias para utilizar la máquina GenExpert que existe en la ciudad y que se puede usar para realizar pruebas de PCR a pacientes con COVID-19. “Los resultados de las pruebas se obtienen en aproximadamente una hora y pueden realizarse en la localidad sin tener que enviar las muestras a Manaos, como era el caso hasta ahora”, explica Irene Huertas Martín, coordinadora del proyecto de MSF en la localidad.
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Los equipos de promoción de la salud de MSF están divulgando información de seguridad sobre la COVID-19 en las dos ciudades y evaluarán la necesidad de hacer lo mismo en Manaos. Garantizar que las personas sepan cómo protegerse a sí mismas y a quienes les rodean sigue siendo una de las formas más importantes para evitar la propagación de la enfermedad en una región donde el acceso a una atención médica adecuada puede estar a unos días de distancia río abajo.
* Alianza informativa con El Espectador