Los países que van a pedir pasaporte de vacunación
La idea de crear un “pasaporte de vacunación” del COVID-19 divide: el sector económico lo reclama, otros lo consideran una afrenta a las libertades, mientras muchos científicos invitan a no precipitarse debido al poco conocimiento que se tiene todavía de las vacunas.
El ministro británico de Transporte, Grant Shapps, reveló que está en conversaciones con sus homólogos en Estados Unidos y Singapur sobre la posibilidad de crear un sistema de certificación internacional que permita viajar si se está libre de COVID-19.
En declaraciones a BBC Radio 4, Shapps señaló que es muy probable que “en el futuro haya un sistema internacional para que los países puedan comprobar, potencialmente, si uno ha sido vacunado o se ha sometido a test antes de viajar”.
El ministro adelantó que prevé que “continúen las conversaciones sobre esos aspectos, para desarrollar un sistema internacionalmente reconocido”.
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No es el único país en donde se da esta conversación. En varios estados miembros de la Unión Europea, también se habla de un certificado o “pasaporte” de vacunación contra el COVID-19 para permitir viajes y participación en eventos públicos.
Grecia, un país que en gran parte depende del turismo, lanzó la idea en enero, en una propuesta a la Comisión Europea sobre el establecimiento de un certificado de vacunación de alcance europeo para facilitar el movimiento de ciudadanos entre los países del bloque.
El país aún no ha implementado dicho documento ya que las autoridades están esperando decisiones negociadas dentro de la UE sobre la idea.
En España aún no existe tal documento, aunque las autoridades son favorables a la iniciativa, al considerar que puede ser “un elemento muy importante para garantizar el regreso a la movilidad con seguridad”, según dijo la ministra de Relaciones Exteriores, Arancha González Laya. “La certificación de vacunación es algo a lo que nos dirigimos, creo que inevitablemente”, añadió la funcionaria.
Suecia y Dinamarca ya anunciaron la implementación de certificados electrónicos, utilizables para viajes al exterior pero que podrían utilizarse también para acceder a eventos deportivos o culturales, o incluso a restaurantes (en el caso de Dinamarca).
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Finlandia, a su vez, prepara el lanzamiento certificados electrónicos “lo antes posible”. Islandia, que no forma parte de la UE pero pertenece al espacio Schengen, comenzó a emitir estos documentos digitales a finales de enero.
Estonia, por su parte, trabaja con la OMS en el desarrollo de certificados de vacunación digitales. La empresa estonia Guardtime ha iniciado un proyecto piloto de certificado para viajeros llamado VaccineGuard.
En este país, los pasajeros están exentos de cuarentena a su llegada si pueden mostrar un certificado impreso de vacunación, examen de PCR o prueba serológica.
El gobierno de Polonia, en tanto, no distribuye un “pasaporte” pero ha lanzado una aplicación para teléfonos inteligentes que permite a su titular evitar una cuarentena al ingresar al país. En la República Checa y Eslovaquia las personas vacunadas reciben un certificado impreso.
Bélgica en desacuerdo
Un portavoz del ministro belga de salud, Frank Vandenbroucke, dijo que “no somos favorables a un pasaporte de vacunación para poder participar en una actividad pública”.
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Con relación a la utilización de esos documentos para realizar viajes, la fuente dijo que “es una cuestión mundial, y vamos a alinear nuestra posición a las decisiones en el ámbito de la UE y de la OMS”.
En Francia el gobierno aún se muestra reacio a esta idea, dado que “todavía no todo el mundo tiene acceso a la vacuna, y no sabemos si previene la transmisión”, expresó el ministro de Sanidad, Olivier Véran, para quien el debate sería posible “en unos cuantos meses”.
Un TravelPass
También en la BBC, el consejero delegado de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Alexandre de Juniac, dijo que el Ejecutivo británico ha mostrado interés en la aplicación que desarrolla junto con varias aerolíneas, TravelPass, que permite almacenar información sobre vacunas y test autorizados a fin de agilizar los trámites de viaje.
De Juniac aseguró que esta aplicación, que actualmente prueba, entre otras, la aerolínea británica British Airways (BA) -parte del grupo hispano-británico IAG-, estaría lista para usarse a partir de abril.
Un portavoz de BA indicó a Efe que, además de su colaboración con TravelPass, es la primera aerolínea del Reino Unido que prueba desde el 4 de febrero, junto con la estadounidense American Airlines, “el pasaporte de salud móvil” VeryFLY, que permite verificar que se cumplen los requisitos sanitarios de los países antes de volar.
¿Qué es un certificado de vacunación?
El concepto no es nuevo. Muchos países imponen la obligación de vacunarse de ciertas enfermedades para entrar en su territorio, como puede ser el caso de la fiebre amarilla.
Los centros de salud entregan una cartilla de vacunación amarilla, oficialmente llamada “Certificado internacional de vacunación o profilaxis”, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“A petición de los Estados miembros, podría haber una resolución” de la OMS, para que la “vacuna del COVID fuera mencionada en la cartilla”, estimó recientemente el doctor Antoine Flahault, profesor de epidemiología de la Universidad de Ginebra.
Algunos también trazan un paralelo con las vacunas infantiles que son obligatorias para inscribirse en la guardería o la escuela. Por ejemplo, en el caso de Francia, “11 vacunas obligatorias permiten la libertad fundamental de la educación en la escuela”, subraya Frédéric Adnet, profesor de Medicina de Urgencias en la Universidad Sorbona París Norte.
La polémica
El presidente de los Aeropuertos de París, Augustin de Romanet, si bien es “favorable” a “medidas que permitan limitar al máximo el parón de la economía”, juzga “orwelliano” “caer en un sistema en el que por el hecho de que uno no se ha vacunado no puede ni franquear la puerta de la panadería”.
Varios sondeos en Francia muestran que la mayoría de la población sería favorable al pasaporte de vacunación si su aplicación se limitara a los viajes en avión o las visitas a residencias de ancianos, pero es más reticente a extenderlo a otras situaciones de la vida diaria, como el transporte público o las escuelas.
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Otros advierten del riesgo de la aparición de un mercado negro de vacunas, como ya existe para los certificados de PCR negativos.
La comunidad médica por su parte subraya que una cosa es crear un documento con la idea de que este evitará propagar la epidemia y la otra es la protección real que ofrece la vacuna.
Al menos 135,5 millones de dosis de vacunas anticovid fueron administradas en el mundo, en al menos 90 países y territorios, dos meses después del lanzamiento de las primeras campañas masivas, según un balance realizado por la AFP a partir de fuentes oficiales. Pero más de la mitad está lejos de la inmunización.
El ministro británico de Transporte, Grant Shapps, reveló que está en conversaciones con sus homólogos en Estados Unidos y Singapur sobre la posibilidad de crear un sistema de certificación internacional que permita viajar si se está libre de COVID-19.
En declaraciones a BBC Radio 4, Shapps señaló que es muy probable que “en el futuro haya un sistema internacional para que los países puedan comprobar, potencialmente, si uno ha sido vacunado o se ha sometido a test antes de viajar”.
El ministro adelantó que prevé que “continúen las conversaciones sobre esos aspectos, para desarrollar un sistema internacionalmente reconocido”.
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No es el único país en donde se da esta conversación. En varios estados miembros de la Unión Europea, también se habla de un certificado o “pasaporte” de vacunación contra el COVID-19 para permitir viajes y participación en eventos públicos.
Grecia, un país que en gran parte depende del turismo, lanzó la idea en enero, en una propuesta a la Comisión Europea sobre el establecimiento de un certificado de vacunación de alcance europeo para facilitar el movimiento de ciudadanos entre los países del bloque.
El país aún no ha implementado dicho documento ya que las autoridades están esperando decisiones negociadas dentro de la UE sobre la idea.
En España aún no existe tal documento, aunque las autoridades son favorables a la iniciativa, al considerar que puede ser “un elemento muy importante para garantizar el regreso a la movilidad con seguridad”, según dijo la ministra de Relaciones Exteriores, Arancha González Laya. “La certificación de vacunación es algo a lo que nos dirigimos, creo que inevitablemente”, añadió la funcionaria.
Suecia y Dinamarca ya anunciaron la implementación de certificados electrónicos, utilizables para viajes al exterior pero que podrían utilizarse también para acceder a eventos deportivos o culturales, o incluso a restaurantes (en el caso de Dinamarca).
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Finlandia, a su vez, prepara el lanzamiento certificados electrónicos “lo antes posible”. Islandia, que no forma parte de la UE pero pertenece al espacio Schengen, comenzó a emitir estos documentos digitales a finales de enero.
Estonia, por su parte, trabaja con la OMS en el desarrollo de certificados de vacunación digitales. La empresa estonia Guardtime ha iniciado un proyecto piloto de certificado para viajeros llamado VaccineGuard.
En este país, los pasajeros están exentos de cuarentena a su llegada si pueden mostrar un certificado impreso de vacunación, examen de PCR o prueba serológica.
El gobierno de Polonia, en tanto, no distribuye un “pasaporte” pero ha lanzado una aplicación para teléfonos inteligentes que permite a su titular evitar una cuarentena al ingresar al país. En la República Checa y Eslovaquia las personas vacunadas reciben un certificado impreso.
Bélgica en desacuerdo
Un portavoz del ministro belga de salud, Frank Vandenbroucke, dijo que “no somos favorables a un pasaporte de vacunación para poder participar en una actividad pública”.
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Con relación a la utilización de esos documentos para realizar viajes, la fuente dijo que “es una cuestión mundial, y vamos a alinear nuestra posición a las decisiones en el ámbito de la UE y de la OMS”.
En Francia el gobierno aún se muestra reacio a esta idea, dado que “todavía no todo el mundo tiene acceso a la vacuna, y no sabemos si previene la transmisión”, expresó el ministro de Sanidad, Olivier Véran, para quien el debate sería posible “en unos cuantos meses”.
Un TravelPass
También en la BBC, el consejero delegado de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Alexandre de Juniac, dijo que el Ejecutivo británico ha mostrado interés en la aplicación que desarrolla junto con varias aerolíneas, TravelPass, que permite almacenar información sobre vacunas y test autorizados a fin de agilizar los trámites de viaje.
De Juniac aseguró que esta aplicación, que actualmente prueba, entre otras, la aerolínea británica British Airways (BA) -parte del grupo hispano-británico IAG-, estaría lista para usarse a partir de abril.
Un portavoz de BA indicó a Efe que, además de su colaboración con TravelPass, es la primera aerolínea del Reino Unido que prueba desde el 4 de febrero, junto con la estadounidense American Airlines, “el pasaporte de salud móvil” VeryFLY, que permite verificar que se cumplen los requisitos sanitarios de los países antes de volar.
¿Qué es un certificado de vacunación?
El concepto no es nuevo. Muchos países imponen la obligación de vacunarse de ciertas enfermedades para entrar en su territorio, como puede ser el caso de la fiebre amarilla.
Los centros de salud entregan una cartilla de vacunación amarilla, oficialmente llamada “Certificado internacional de vacunación o profilaxis”, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“A petición de los Estados miembros, podría haber una resolución” de la OMS, para que la “vacuna del COVID fuera mencionada en la cartilla”, estimó recientemente el doctor Antoine Flahault, profesor de epidemiología de la Universidad de Ginebra.
Algunos también trazan un paralelo con las vacunas infantiles que son obligatorias para inscribirse en la guardería o la escuela. Por ejemplo, en el caso de Francia, “11 vacunas obligatorias permiten la libertad fundamental de la educación en la escuela”, subraya Frédéric Adnet, profesor de Medicina de Urgencias en la Universidad Sorbona París Norte.
La polémica
El presidente de los Aeropuertos de París, Augustin de Romanet, si bien es “favorable” a “medidas que permitan limitar al máximo el parón de la economía”, juzga “orwelliano” “caer en un sistema en el que por el hecho de que uno no se ha vacunado no puede ni franquear la puerta de la panadería”.
Varios sondeos en Francia muestran que la mayoría de la población sería favorable al pasaporte de vacunación si su aplicación se limitara a los viajes en avión o las visitas a residencias de ancianos, pero es más reticente a extenderlo a otras situaciones de la vida diaria, como el transporte público o las escuelas.
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Otros advierten del riesgo de la aparición de un mercado negro de vacunas, como ya existe para los certificados de PCR negativos.
La comunidad médica por su parte subraya que una cosa es crear un documento con la idea de que este evitará propagar la epidemia y la otra es la protección real que ofrece la vacuna.
Al menos 135,5 millones de dosis de vacunas anticovid fueron administradas en el mundo, en al menos 90 países y territorios, dos meses después del lanzamiento de las primeras campañas masivas, según un balance realizado por la AFP a partir de fuentes oficiales. Pero más de la mitad está lejos de la inmunización.