Los países ricos continúan acaparando más vacunas de las que necesitan
Canadá ha comprado más dosis per cápita que cualquier otro país en el mundo. Sin embargo, eso no le impidió tomar 1.9 millones de dosis del mecanismo COVAX. La decisión revive el debate sobre cómo las naciones más ricas han acaparado las vacunas contra el coronavirus.
Canadá está recibiendo duras críticas por su decisión de recibir 1.9 millones de vacunas del COVID-19 Vaccine Global Access Facility, más conocido como Mecanismo COVAX, una iniciativa mundial de intercambio de vacunas coordinada conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud, la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias y Gavi, La Alianza de Vacunas.
- Este es el único mecanismo global para la distribución de vacunas e involucra a casi todos los países del mundo (aproximadamente 190 países se adhieren al mecanismo). En COVAX, los países más ricos subsidian el acceso a las vacunas a los más pobres.
- Y aunque todos los países tienen derecho a reclamar dosis de COVAX, Canadá será el único miembro del G7 en hacerlo. Los otros países ricos han optado por no reclamar dosis -por lo menos en esta ola de contagios- ya que han asegurado el acceso a las vacunas a través de otros acuerdos bilaterales.
- Hay que destacar que Canadá ha asegurado más dosis de vacunas per cápita que cualquier otro país en el mundo, lo que ha aumentado la críticas en su contra. Ottawa firmó acuerdos de compra anticipada con siete farmacéuticas asegurando que el país tenga dosis suficientes para vacunar a su población varias veces.
La respuesta del gobierno canadiense a esta controversia no fue la más alentadora para el resto del mundo.
“Nuestro gobierno nunca se disculpará por hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que los canadienses se vacunen lo más rápido posible”, dijo la viceprimera ministra de Canadá, Chrystia Freeland.
Para entender la decisión de Ottawa hay que ver también el problema de los canadienses: los tratos que hicieron con las farmaceúticas no se han materializado. La mayor parte de esas no llegarán sino hasta final de año. Esa situación ha dejado al primer ministro del país, Justin Trudeau, entre la presión interna de acelerar la vacunación de su población como sea -lo que lo obliga a aceptar las dosis de COVAX- y la presión internacional para apoyar a los países pobres.
Pero todo esto sirve para revivir el debate sobre cómo algunos países han acaparado las vacunas reservando la mayor parte del suministro para ellos. Ya tienen las vacunas suficientes para lograr la inmunidad colectiva, pero continúan buscando más dosis y así dificultan la operación para los países pobres.
Las agencias que integran COVAX han advertido sobre los peligros del “nacionalismo de vacunas”, aunque sin dar nombres específicos de países.
“¿Ayuda cuando los países que tienen muchos acuerdos bilaterales no toman dosis? Por supuesto”, advirtió Seth Berkley, director ejecutivo de Gavi.
Canadá no es el único acaparador. La People ‘s Vaccine Alliance, una organización que incluye a Amnistía Internacional, Global Justice Now y Oxfam, dijo que las naciones ricas habían comprado dosis suficientes para vacunar a toda su población casi tres veces antes de finales de 2021.
Estados Unidos y Reino Unido acompañan a los canadienses en el escalafón de acaparadores en segunda y tercera posición. Según las estimaciones que se han hecho analizando los contratos de vacunas, si todas las dosis llegaran a, Estados Unidos y Reino Unido podrían vacunar a sus poblaciones hasta cuatro veces. Canadá tendría la capacidad para vacunar a su población hasta seis veces.
“Los países de altos ingresos se han puesto al frente de la fila y despejaron los estantes”, le dijo Andrea Taylor, investigadora de Duke que está estudiando los contratos a The New York Times.
La competencia está incluso entre los mismos países ricos. Londres se ha asegurado más dosis de las que necesita, mientras el resto de Europa ha visto grandes problemas en el suministro. Esto ha llevado a un ralentizamiento de la vacunación. Según The Times, el primer ministro Boris Johnson se ha planteado ceder parte de sus vacunas al vecindario, pero esta decisión aún no se ha tomado. A los países ricos se les ha dicho que compartan en lugar de acumular, pero esta cooperación siempre estará determinada a los términos que ellos impongan.
Le recomendamos: Vacunas covid: el precio que pagarán los ricos por no dejar vacunas para los pobres
Entre tanto, los trabajadores de la salud en países pobres observan cómo los países ricos avanzan en sus operaciones de vacunación. Para el doctor Alfonso Velandia, quien administra una unidad de cuidados intensivos en un hospital de Soacha, “cada día sin una vacuna significa un nuevo día de contar el costo humano entre sus tropas”, le aseguró a CNN.
“El peor resultado posible es que está ofreciendo vacunas a la población de todo un país antes de que podamos ofrecerlas a las de mayor riesgo en otros países”, le dijo el Dr. Bruce Aylward, asesor principal del director general de la OMS, que está trabajando en la iniciativa mundial de vacunas, a The New York Times.
“Necesito ser franco: el mundo está al borde de un catastrófico fracaso moral, y el precio de este fracaso se pagará con vidas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo”, agrega el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Le recomendamos: Nadie está a salvo de la pandemia hasta que todos estén a salvo
Canadá está recibiendo duras críticas por su decisión de recibir 1.9 millones de vacunas del COVID-19 Vaccine Global Access Facility, más conocido como Mecanismo COVAX, una iniciativa mundial de intercambio de vacunas coordinada conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud, la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias y Gavi, La Alianza de Vacunas.
- Este es el único mecanismo global para la distribución de vacunas e involucra a casi todos los países del mundo (aproximadamente 190 países se adhieren al mecanismo). En COVAX, los países más ricos subsidian el acceso a las vacunas a los más pobres.
- Y aunque todos los países tienen derecho a reclamar dosis de COVAX, Canadá será el único miembro del G7 en hacerlo. Los otros países ricos han optado por no reclamar dosis -por lo menos en esta ola de contagios- ya que han asegurado el acceso a las vacunas a través de otros acuerdos bilaterales.
- Hay que destacar que Canadá ha asegurado más dosis de vacunas per cápita que cualquier otro país en el mundo, lo que ha aumentado la críticas en su contra. Ottawa firmó acuerdos de compra anticipada con siete farmacéuticas asegurando que el país tenga dosis suficientes para vacunar a su población varias veces.
La respuesta del gobierno canadiense a esta controversia no fue la más alentadora para el resto del mundo.
“Nuestro gobierno nunca se disculpará por hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que los canadienses se vacunen lo más rápido posible”, dijo la viceprimera ministra de Canadá, Chrystia Freeland.
Para entender la decisión de Ottawa hay que ver también el problema de los canadienses: los tratos que hicieron con las farmaceúticas no se han materializado. La mayor parte de esas no llegarán sino hasta final de año. Esa situación ha dejado al primer ministro del país, Justin Trudeau, entre la presión interna de acelerar la vacunación de su población como sea -lo que lo obliga a aceptar las dosis de COVAX- y la presión internacional para apoyar a los países pobres.
Pero todo esto sirve para revivir el debate sobre cómo algunos países han acaparado las vacunas reservando la mayor parte del suministro para ellos. Ya tienen las vacunas suficientes para lograr la inmunidad colectiva, pero continúan buscando más dosis y así dificultan la operación para los países pobres.
Las agencias que integran COVAX han advertido sobre los peligros del “nacionalismo de vacunas”, aunque sin dar nombres específicos de países.
“¿Ayuda cuando los países que tienen muchos acuerdos bilaterales no toman dosis? Por supuesto”, advirtió Seth Berkley, director ejecutivo de Gavi.
Canadá no es el único acaparador. La People ‘s Vaccine Alliance, una organización que incluye a Amnistía Internacional, Global Justice Now y Oxfam, dijo que las naciones ricas habían comprado dosis suficientes para vacunar a toda su población casi tres veces antes de finales de 2021.
Estados Unidos y Reino Unido acompañan a los canadienses en el escalafón de acaparadores en segunda y tercera posición. Según las estimaciones que se han hecho analizando los contratos de vacunas, si todas las dosis llegaran a, Estados Unidos y Reino Unido podrían vacunar a sus poblaciones hasta cuatro veces. Canadá tendría la capacidad para vacunar a su población hasta seis veces.
“Los países de altos ingresos se han puesto al frente de la fila y despejaron los estantes”, le dijo Andrea Taylor, investigadora de Duke que está estudiando los contratos a The New York Times.
La competencia está incluso entre los mismos países ricos. Londres se ha asegurado más dosis de las que necesita, mientras el resto de Europa ha visto grandes problemas en el suministro. Esto ha llevado a un ralentizamiento de la vacunación. Según The Times, el primer ministro Boris Johnson se ha planteado ceder parte de sus vacunas al vecindario, pero esta decisión aún no se ha tomado. A los países ricos se les ha dicho que compartan en lugar de acumular, pero esta cooperación siempre estará determinada a los términos que ellos impongan.
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Entre tanto, los trabajadores de la salud en países pobres observan cómo los países ricos avanzan en sus operaciones de vacunación. Para el doctor Alfonso Velandia, quien administra una unidad de cuidados intensivos en un hospital de Soacha, “cada día sin una vacuna significa un nuevo día de contar el costo humano entre sus tropas”, le aseguró a CNN.
“El peor resultado posible es que está ofreciendo vacunas a la población de todo un país antes de que podamos ofrecerlas a las de mayor riesgo en otros países”, le dijo el Dr. Bruce Aylward, asesor principal del director general de la OMS, que está trabajando en la iniciativa mundial de vacunas, a The New York Times.
“Necesito ser franco: el mundo está al borde de un catastrófico fracaso moral, y el precio de este fracaso se pagará con vidas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo”, agrega el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
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