Los pendientes del Estado en Líbano ahora que hay tregua entre Israel y Hezbolá
El puesto de presidente de Líbano está vacante desde hace dos años y un mes, cuando terminó el mandato de Michel Aoun (2016-2022).
Tras la entrada en vigor de su acuerdo de alto el fuego con Israel este miércoles, ante el Líbano se despliega una larga lista de tareas pendientes para el futuro inmediato, entre ellas algunas ya anteriores al estallido del conflicto en el país en octubre de 2023.
Estas son algunos de los puntos en los que el Líbano tendrá que trabajar en su nueva etapa.
Elegir un presidente
Desde 2022 ha habido hasta doce intentos de elegir a un presidente con dos nombres que han resonado: Jihad Azour, actual director del departamento de Oriente Medio y Asia Central del Fondo Monetario Internacional (FMI), y Suleiman Frangieh, líder del cristiano Movimiento Marada.
Ninguno llegó a la mayoría de 65 votos de un Parlamento compuesto por 128 escaños, lo que obliga a que exista un entendimiento entre los bloques rivales del Legislativo, segmentado por cuotas de las 18 comunidades religiosas del Líbano, para garantizar la elección de un presidente.
En el Acuerdo de Taif, que puso fin a la guerra civil (1975-1990), se estableció que el puesto de presidente está reservado a un cristiano maronita; el del Parlamento a un musulmán chií y el de primer ministro a un musulmán suní.
La comunidad internacional lleva tiempo presionando para que el Líbano elija a un presidente, pero es ahora con esta tregua cuando el primer ministro libanés, Najib Mikati, y presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, lo han puesto como una de las prioridades de la “nueva fase” del Líbano.
Fortalecer al Ejército
Una cuestión muy importante es el fortalecer el Ejército libanés, que cuenta con unos 80.000 soldados en activo, aunque sin aviones de combate.
En el marco del acuerdo de tregua, se pretende que Estados Unidos -principal financiador del Ejército- y Francia, como garantes del alto el fuego, trabajen para conseguir un despliegue de unos 10.000 militares en el sur del Líbano “lo antes posible”.
Asimismo, según el texto del alto el fuego, ambos países trabajarán con la comunidad internacional para mejorar las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas y aumentar sus efectivos en el Líbano.
La razón de este refuerzo es desplazar a Hizbulá como principal componente armado en el sur del Líbano.
Superar la grave crisis económica
Pese a que el Líbano lleva arrastrando durante años una crisis económica, esta se agravó en 2019 por la caída de la divisa local y la falta de dólares estadounidenses, en un marco de décadas de corrupción de las instituciones.
En una entrevista con EFE este mes, el ministro libanés de Economía, Amin Salam, alertó de que su país registra ya una tasa de desempleo cercana al 50 % y predijo más caídas del PIB a causa de la guerra, escenario por el que están “renegociando” alternativas a un acuerdo de rescate con el FMI.
El Banco Mundial (BM) estimó recientemente una disminución de casi el 7 % del PIB del Líbano para 2024, respecto a los 17.940 millones de dólares estadounidenses registrados en 2023, según el BM.
Por otro lado, en abril de 2022, el Líbano ya había alcanzado un acuerdo preliminar con el FMI considerado clave, con potenciales ayudas por valor de unos 3.000 millones de dólares, pero nunca avanzó ante el fracaso libanés a la hora de implementar las reformas profundas exigidas por el organismo.
La reconstrucción
La reconstrucción es una tema que va a afectar directamente a la economía del país de los cedros por el rastro de destrucción que ha dejado Israel, sobre todo, en el sur y este del Líbano, así como en los suburbios meridionales de Beirut, conocidos como el Dahye.
La evaluación provisional de daños y pérdidas del Líbano del BM concluye que el impacto a las estructuras físicas por sí solo asciende a 3.400 millones de dólares y que las pérdidas económicas han alcanzado los 5.100 millones de dólares.
Mikati indicó hoy que se pondrán manos a la obra, también con socios internacionales, para esta reconstrucción.
Pero además de la material, está la reconstrucción desde el punto de vista humano. Tanto Mikati como Berri han llamado a los más de 1,2 millones de desplazados a que regresen a sus poblaciones, aunque en algunas zonas aún continúa el Ejército israelí.
Por ello, el Ejército libanés pidió a esos desplazados, cuyas casas están aún bajo ocupación israelí, que esperen, mientras que a los que sí pueden volver que lo hagan con precaución.
En más de un año de conflicto, más de 3.800 personas han muerto entre ellos 243 niños, la gran mayoría durante los últimos dos meses.
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Tras la entrada en vigor de su acuerdo de alto el fuego con Israel este miércoles, ante el Líbano se despliega una larga lista de tareas pendientes para el futuro inmediato, entre ellas algunas ya anteriores al estallido del conflicto en el país en octubre de 2023.
Estas son algunos de los puntos en los que el Líbano tendrá que trabajar en su nueva etapa.
Elegir un presidente
Desde 2022 ha habido hasta doce intentos de elegir a un presidente con dos nombres que han resonado: Jihad Azour, actual director del departamento de Oriente Medio y Asia Central del Fondo Monetario Internacional (FMI), y Suleiman Frangieh, líder del cristiano Movimiento Marada.
Ninguno llegó a la mayoría de 65 votos de un Parlamento compuesto por 128 escaños, lo que obliga a que exista un entendimiento entre los bloques rivales del Legislativo, segmentado por cuotas de las 18 comunidades religiosas del Líbano, para garantizar la elección de un presidente.
En el Acuerdo de Taif, que puso fin a la guerra civil (1975-1990), se estableció que el puesto de presidente está reservado a un cristiano maronita; el del Parlamento a un musulmán chií y el de primer ministro a un musulmán suní.
La comunidad internacional lleva tiempo presionando para que el Líbano elija a un presidente, pero es ahora con esta tregua cuando el primer ministro libanés, Najib Mikati, y presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, lo han puesto como una de las prioridades de la “nueva fase” del Líbano.
Fortalecer al Ejército
Una cuestión muy importante es el fortalecer el Ejército libanés, que cuenta con unos 80.000 soldados en activo, aunque sin aviones de combate.
En el marco del acuerdo de tregua, se pretende que Estados Unidos -principal financiador del Ejército- y Francia, como garantes del alto el fuego, trabajen para conseguir un despliegue de unos 10.000 militares en el sur del Líbano “lo antes posible”.
Asimismo, según el texto del alto el fuego, ambos países trabajarán con la comunidad internacional para mejorar las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas y aumentar sus efectivos en el Líbano.
La razón de este refuerzo es desplazar a Hizbulá como principal componente armado en el sur del Líbano.
Superar la grave crisis económica
Pese a que el Líbano lleva arrastrando durante años una crisis económica, esta se agravó en 2019 por la caída de la divisa local y la falta de dólares estadounidenses, en un marco de décadas de corrupción de las instituciones.
En una entrevista con EFE este mes, el ministro libanés de Economía, Amin Salam, alertó de que su país registra ya una tasa de desempleo cercana al 50 % y predijo más caídas del PIB a causa de la guerra, escenario por el que están “renegociando” alternativas a un acuerdo de rescate con el FMI.
El Banco Mundial (BM) estimó recientemente una disminución de casi el 7 % del PIB del Líbano para 2024, respecto a los 17.940 millones de dólares estadounidenses registrados en 2023, según el BM.
Por otro lado, en abril de 2022, el Líbano ya había alcanzado un acuerdo preliminar con el FMI considerado clave, con potenciales ayudas por valor de unos 3.000 millones de dólares, pero nunca avanzó ante el fracaso libanés a la hora de implementar las reformas profundas exigidas por el organismo.
La reconstrucción
La reconstrucción es una tema que va a afectar directamente a la economía del país de los cedros por el rastro de destrucción que ha dejado Israel, sobre todo, en el sur y este del Líbano, así como en los suburbios meridionales de Beirut, conocidos como el Dahye.
La evaluación provisional de daños y pérdidas del Líbano del BM concluye que el impacto a las estructuras físicas por sí solo asciende a 3.400 millones de dólares y que las pérdidas económicas han alcanzado los 5.100 millones de dólares.
Mikati indicó hoy que se pondrán manos a la obra, también con socios internacionales, para esta reconstrucción.
Pero además de la material, está la reconstrucción desde el punto de vista humano. Tanto Mikati como Berri han llamado a los más de 1,2 millones de desplazados a que regresen a sus poblaciones, aunque en algunas zonas aún continúa el Ejército israelí.
Por ello, el Ejército libanés pidió a esos desplazados, cuyas casas están aún bajo ocupación israelí, que esperen, mientras que a los que sí pueden volver que lo hagan con precaución.
En más de un año de conflicto, más de 3.800 personas han muerto entre ellos 243 niños, la gran mayoría durante los últimos dos meses.
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