El ejército israelí indicó que “más de otros 20 terroristas” de Hezbolá murieron en el bombardeo del viernes 27 de septiembre contra el cuartel general del movimiento islamista libanés en la periferia sur de Beirut que le costó la vida a su jefe, Hasán Nasralá, y a otro alto dirigente: Nabil Qauq, comandante de la unidad de seguridad de Hezbolá y miembro del Consejo central de la organización proiraní, detallaron las autoridades en un comunicado.
Durante la operación “Nuevo orden”, “más de otros 20 terroristas de diferentes rangos, que se encontraban en el cuartel general subterráneo de Beirut, situado bajo edificios civiles, y que dirigían las operaciones terroristas de Hezbolá contra el Estado de Israel, fueron igualmente eliminados”, escribieron.
También, falleció el comandante Ali Karaki, alias Abu al Fadl, “quien fue martirizado con un grupo de sus hermanos combatientes en la criminal incursión sionista en Haret Hreik”, confirmó Hezbolá en un comunicado.
Según la nota, Karaki comandaba las operaciones del grupo en el sur del Líbano desde 1982, por lo que tuvo un papel “histórico” durante el fin de la invasión israelí a esa región en 2000 y también durante la posterior guerra librada por las partes en el verano de 2006. Asimismo, fue en todo momento el “responsable directo y de campo de la dirección del Frente Sur, con todos sus ejes y unidades” durante los enfrentamientos fronterizos iniciados el pasado 8 de octubre, un día después del estallido de la guerra de Gaza.
La “mayoría” de los altos cargos de la organización murieron en operaciones israelíes en los últimos meses, confirmó Israel.
El anuncio se produjo al día siguiente de que Hezbolá confirmara el asesinato de su carismático líder, Hasán Nasralá, quien era considerado el hombre más poderoso de Líbano. Su muerte podría considerarse una gran victoria de Israel frente a su archienemigo Irán y sus aliados, pero empuja a la región a terreno desconocido.
“Saldamos nuestras cuentas con el responsable del asesinato de innumerables israelíes y muchos ciudadanos de otros países”, celebró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
“La senda” de Nasralá “continuará y su objetivo sagrado se realizará con la liberación de Jerusalén”, prometió por su parte Irán.
Hashem Safieddine, primo de Nasralá, figura destacada del poderoso movimiento proiraní, se perfila como su posible sucesor.
Salirse de control
El papa Francisco pidió este domingo 29 de septiembre un alto el fuego inmediato “en Líbano, en Gaza, en el resto de Palestina, en Israel”, dijo en el cierre de una visita de tres días en Bélgica.
“Demasiadas personas siguen muriendo día tras días en Oriente Medio”, añadió el sumo pontífice.
Por su parte, China exhortó a tomar “medidas inmediatas para calmar la situación e impedir que el conflicto se extienda aún más o incluso se salga de control”.
Irán pidió por su parte una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para evitar “una guerra total” en la región.
Hasta un millón de desplazados
El primer ministro libanés, Najib Mikati, indicó a la prensa que cerca de un millón de personas podrían haber sido desplazadas por los ataques israelíes en Líbano, el mayor desplazamiento de población de la historia del país.
“La cifra es muy alta y podría alcanzar el millón de personas.(...) Podría ser el mayor desplazamiento de población de la historia de Líbano”, declaró Mikati tras una reunión de emergencia del gabinete.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) lanzó una operación de emergencia para ayudar a un millón de personas afectadas por la reciente escalada del conflicto, anunció esta agencia de la ONU.
El PMA está “distribuyendo raciones alimentarias, pan, platos calientes y paquetes de comida a familias que se encuentran en refugios a lo largo y ancho del país”, indicó la agencia con sede en Roma.
“La aceleración del conflicto este fin de semana subraya la necesidad de una respuesta humanitaria inmediata”, añadió el Programa Mundial de Alimentos en su comunicado.
“A medida que la crisis se agrava, estamos preparados para ayudar a hasta un millón de personas con una combinación de dinero en metálico y comida”, comentó en el texto Matthew Hollingworth, director de la agencia para Líbano, que pidió a la comunidad internacional una asistencia financiera de US$105 millones para proseguir las operaciones de emergencia.
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