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Más de 300 personas fueron detenidas hoy en Bielorrusia en una nueva jornada de las protestas que estallaron hace cuatro meses contra el mandatario del país, Alexandr Lukashenko, a quien la oposición acusa de fraude en las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto.
El alto cargo policial indicó que contra los detenidos fueron abiertas causas administrativas, que según la legislación bielorrusa pueden acarrear multas o días de arresto. De momento se desconoce el número de detenidos en otras ciudades del país donde también tuvieron lugar manifestaciones de protesta.
La ONG bielorrusa de derechos humanos Vesná publicó una extensa lista de personas arrestadas por la policía en distintas ciudades, la mayoría de ellas en Minsk.
Al igual que el domingo pasado, los opositores utilizaron la táctica de pequeñas manifestaciones y marchas en distintos barrios de la capital para evitar que las fuerzas policiales, que desde la mañana ocuparon prácticamente el centro de Minsk, pudieran efectuar detenciones masivas.
La lista de Vesná incluye a la conocida activista opositora Nina Baguínskaya, de 73 años, que fue arrestada en una manifestación anterior, en septiembre pasado, tras lo cual Lukashenko impartió instrucciones a la policía de que no actuara contra ella.
Según la ONG, Baguínskaya fue detenida en Minsk junto a la Academia del Ministerio del Interior y poco después quedó en libertad. Casi cuatro meses después de la elecciones, consideradas fraudulentas por la oposición y Occidente, los bielorrusos siguen tomando cada domingo las calles en Minsk y otras ciudades del país.
La oposición acusa a Lukashenko de haber robado las elecciones a la opositora Svetlana Tijanóvskaya, quien tuvo que exiliarse tras ser amenazada por agentes del Comité de Seguridad del Estado (KGB) de Bielorrusia.
Lukashenko, en el poder desde hace veintiséis años y que acaba de asumir un nuevo mandato de cinco años -el sexto consecutivo-, ha declarado que no tiene la intención de dimitir. Su única concesión es que ha anunciado que no seguirá al frente del país una vez se hayan adoptado las reformas constitucionales que ha propuesto para intentar calmar los ánimos.
Sin embargo, el presidente bielorruso no ha puesto fecha ni para el inicio ni para la conclusión del proceso de reformas a la Constitución.