Máxima presión para Netanyahu: Israel se paraliza para pedir un acuerdo
La muerte de otro grupo de rehenes israelíes en Gaza desencadenó protestas simultáneas en Israel a favor de un acuerdo para la liberación de todos. La última vez que Benjamin Netanyahu enfrentó una huelga general, como la que se convocó para este lunes, tuvo que ceder.
Camilo Gómez Forero
El descubrimiento de otros seis cadáveres de rehenes israelíes, secuestrados por Hamás el pasado 7 de octubre, fue la gota que rebasó la copa para Histradurt, el mayor sindicato de Israel. El domingo, el movimiento obrero convocó a una huelga general que llevó al cierre del aeropuerto de Tel Aviv, y afectó la infraestructura de hospitales y servicios públicos a nivel nacional. ¿Su intención? Ejercer máxima presión contra el primer ministro del país, Benjamin Netanyahu, para que facilite un acuerdo para la liberación del resto de rehenes.
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El descubrimiento de otros seis cadáveres de rehenes israelíes, secuestrados por Hamás el pasado 7 de octubre, fue la gota que rebasó la copa para Histradurt, el mayor sindicato de Israel. El domingo, el movimiento obrero convocó a una huelga general que llevó al cierre del aeropuerto de Tel Aviv, y afectó la infraestructura de hospitales y servicios públicos a nivel nacional. ¿Su intención? Ejercer máxima presión contra el primer ministro del país, Benjamin Netanyahu, para que facilite un acuerdo para la liberación del resto de rehenes.
Una buena parte de Israel lo reconoce: el gran factor que ha impedido un acuerdo para la liberación de rehenes es el propio Netanyahu. Según un miembro de Hamás, “algunos” de estos rehenes muertos “formaban parte de la lista de rehenes que debían ser liberados, aprobada por Hamás”, aunque el Ministerio de Salud de Israel dijo que se estima que sus muertes ocurrieron entre 48 y 72 horas antes del examen del domingo. Hace solo una semana, el jefe de la inteligencia israelí, David Barnea, le dijo a Einav Zangauker, madre de uno de los jóvenes secuestrados por Hamás, que “la actual constelación política” es la que ha impedido “un acuerdo que libere a los rehenes”.
La Oficina del Primer Ministro señaló que el jefe del Mossad nunca dijo eso, pero las familias de los rehenes en poder de Hamás insisten en que varios funcionarios les han comentado que él, Netanyahu, ha limitado la autoridad de los negociadores para impedir un acuerdo con el objetivo de salvaguardar sus propios intereses políticos.
El pasado jueves, la postura obstinada de Netanyahu frente a las condiciones que podrían facilitar un acuerdo con Hamás, como retirar las tropas del llamado “corredor Filadelfia” en la frontera entre Gaza y Egipto, causó una respuesta furiosa de su ministro de Defensa, Yoav Gallant.
Tras un encuentro del gabinete, que terminó en un intercambio de gritos, Gallant acusó a Netanyahu de condenar a muerte a los rehenes que todavía están en manos de Hamás. Sin embargo, la férrea insistencia del ministro de Defensa por negociar no ha podido penetrar exitosamente en el bloque de ministros aliados de Netanyahu: ocho ministros votaron a favor de mantener las tropas desplegadas en el corredor, y apenas uno se abstuvo de votar. Ante la ineficacia de la presión política, ahora es cuando vuelve a aparecer Histradurt en escena.
El movimiento sindical, así como una porción importante de la población, se mantuvo alejado del debate público sobre la urgencia de una negociación para liberar a los rehenes. Según describió el medio israelí Haaretz en un duro editorial publicado el domingo, esto se debió a la política de “divide y reinarás” que implementó Netanyahu, quien hizo pensar a la ciudadanía que esta pelea se reducía a una decisión de elegir entre las vidas de los rehenes o la continuidad de la nación.
“Los rehenes fueron retratados como personas alejadas de la opinión pública, en lugar de ser parte de ella, como si hubiera o pudiera haber una elección entre sus vidas y las nuestras. Netanyahu creó una imagen falsa en la que la cuestión era, o los rehenes o el país. Y funcionó. Las masas asustadas se quedaron en casa”, declaró Haaretz.
Pero la acumulación de rehenes encontrados muertos en las últimas semanas —ya se habían recuperado otros seis cadáveres hace 15 días— y el estancamiento de las negociaciones, han provocado una ola de indignación nacional que ahora se muestra públicamente mucho más favorable a un acuerdo, abandonando el discurso divisivo de Netanyahu. Y los llamados a huelga, si bien no van a cambiar las circunstancias de inmediato, sí pueden tener un efecto enorme en el curso de las negociaciones, como se ha visto en el pasado.
La última vez que Histradurt convocó a una medida similar fue en marzo de 2023, cuando Netanyahu estaba intentando despedir precisamente a Gallant por oponerse a su controvertida reforma judicial. La salida a las calles de miles de manifestantes llevó a que el primer ministro se doblegara, y no se deshiciera del hoy ministro de Defensa, además de que consiguió que se revirtiera la polémica reforma, que luego volvió a impulsar en julio y que finalmente se vio tumbada por el Tribunal Supremo en enero de este año.
¿Podría la presión social volver a doblegar a Netanyahu? Bethan McKernan, corresponsal de The Guardian en Jerusalén, no ve cómo podría cambiar las circunstancias actuales sin la presión política de la mano.
“El primer ministro está más desesperado que nunca por aferrarse al poder. Si el objetivo de los manifestantes es derrocar a su gobierno, el cambio tendrá que venir desde dentro. La coalición de Netanyahu tiene una mayoría de cuatro escaños, así que cinco miembros de la coalición de gobierno tendrían que abandonar a su líder para forzar nuevas elecciones”, dijo McKernan.
No hay señales de que miembros de los partidos de coalición abandonen a su líder, pero sí hay un importante movimiento de la oposición que reclama la celebración de elecciones anticipadas. Esta asociación liberal podría encontrar un mayor impulso con este renovado movimiento social apoyado por Histradurt, que además ya ha logrado sumar los apoyos políticos de las alcaldías de Tel Aviv y de Givtatayim.
El domingo, un estimado de más de medio millón de personas salió a marchar a favor de un acuerdo en varias ciudades del país bajo el grito de “¡Ahora!”. A pesar de la insistencia de Netanyahu de presionar por la vía militar a Hamás para traer a casa de nuevo a los rehenes israelíes, la realidad es que la negociación parece ser una ruta mucho más exitosa para cumplir con este clamor nacional, según recogió el Foro de Familias de los Rehenes.
“En los últimos meses, ocho rehenes fueron rescatados con vida mediante operaciones militares, en comparación con 105 rehenes liberados en un acuerdo (de tregua) en noviembre”, destacó la organización en un comunicado. El domingo, las familias insistieron en que si no fuera por los sabotajes de Netanyahu, los rehenes estarían de regreso en casa.
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