“Me sorprendería si no vemos una gran guerra en la próxima década”: Tosh Minohara

Tosh Minohara es presidente y director ejecutivo del Instituto de Investigación para Asuntos del Indopacífico, con base en Kobe, Japón.

Tosh Minohara es presidente y director ejecutivo del Instituto de Investigación para Asuntos del Indopacífico, con base en Kobe, Japón.

Está de visita en Colombia, oportunidad que aprovechó para hablar básicamente de por qué debería importarnos lo que sucede al otro lado del mundo y viceversa.

En esta entrevista, explica por qué una alianza Putin-Kim Jong-un era previsible; el difícil panorama global que supondría una nueva presidencia de Donald Trump y lo que Xi Jinping está esperando para hacer una maniobra en Taiwán.

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¿Qué mensaje envía la visita de Antony Blinken a Ucrania justo cuando el cambio de ministro de Defensa en ese país es visto como un mensaje anticorrupción y cuando se está hablando de un posible encuentro entre Putin y Kim Jong-un?

Estuve en Corea en un proceso de diplomacia de vía intermedia sobre desnuclearización de la península, y por supuesto el tema de Ucrania surgió. Una de las cosas que dije es que los rusos y los norcoreanos se acercarían y que necesitamos prepararnos para eso. Mi observación para los coreanos y el gobierno es que no están dando todo lo que pueden en cuanto a apoyo para Ucrania porque están enfocados en la península, pero es importante alejar el zum, porque el mundo está interconectado: lo que pasa en Europa afecta a Asia y viceversa.

La maniobra de Kim Jong-un al acercarse a Putin muestra eso. Hay alianzas formándose, y este es un grupo anti-Occidente. Si quieres debilitar a Corea del Norte, lo haces indirectamente apoyando a Ucrania, porque, si Ucrania puede debilitar al socio que es Rusia, entonces puedes debilitar a Corea del Norte. Países como Corea del Sur y Japón pueden trabajar juntos para apoyar a Ucrania más allá de la asistencia humanitaria, me refiero a asistencia militar, porque todo está conectado.

Si Ucrania pierde esta guerra será una burla para las democracias y no podemos dejar que eso pase, y Ucrania no puede ganar sola.

Blinken está ahora en Ucrania para mostrar que los Estados Unidos están dando su respaldo, porque hay dudas.

Estuve hace poco en Estados Unidos, visité estados republicanos, y hablé con seguidores de Trump, porque son una voz en Estados Unidos que con frecuencia es ignorada por las élites. Para mí era importante saber cómo ven el mundo, y aman a Rusia y a Putin, porque es blanco, antigay, ama la naturaleza, siempre está a caballo, sin camisa, es musculoso… ¡lo aman! Y creen que es un tipo que piensa como ellos. Es cristiano, ama las armas. En cambio, ven a Zelenski y lo que ven es un judío, bajito, debilucho… De otro lado, hablas con gente que no apoya a Trump, demócratas, y creen que Ucrania no es su guerra, están dispuestos a alentarlos, pero no más que eso. Y hay un desgaste, porque la guerra sigue y sigue, ya lleva 18 meses, y creo que hay preocupaciones en Ucrania sobre la continuidad del apoyo estadounidense, sobre todo por el tema de la corrupción y Estados Unidos ya está en modo electoral.

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¿Qué le preocupa del futuro siendo Trump el republicano favorito, con grandes posibilidades de llegar a la Casa Blanca?

Vi el primer debate republicano, y solo dos candidatos creen que la guerra en Ucrania es de interés nacional: [Mike] Pence y [Nikki] Haley, quienes no tienen chances de obtener la nominación republicana. Es impresionante cómo ha cambiado el partido republicano: los reaganistas están fuera, los neoconservadores están fuera; este es el nuevo partido republicano, aislacionistas, solo les interesa Estados Unidos, miran para adentro. Si Trump queda presidente, esto tendrá ramificaciones por todos lados. Él solo piensa en Estados Unidos y estrechará la mano del que sea si es para su beneficio personal.

Pienso en eso porque el candidato con el que se enfrentaría no es joven: Biden me preocupa, me preocupa cuando tropieza, cuando se queda sin palabras… Me gustaría ver un mejor candidato, más joven o atractivo. Pero es lo que tenemos.

Una presidencia de Trump recortaría el apoyo a Ucrania. A él no le importa si Rusia se queda con Ucrania. Su visión geopolítica es de corto plazo.

Alejando el zum, ¿qué tan posible cree que es corregir las fallas del sistema internacional que la guerra en Ucrania ha puesto en evidencia, como lo que sucede en el Consejo de Seguridad?

En cuanto al Consejo de Seguridad, no va a cambiar, debería, pero no hay cómo. Cómo lo vas a reformar cuando tienes a dos miembros como Rusia y China con poder de veto. Creo que está prácticamente muerto cuando se trata de asuntos que involucran sus intereses. No soy experto en Naciones Unidas, pero lo único que se me ocurre es crear un nuevo consejo de seguridad sin estos miembros.

¿Pero no sería replicar el mismo problema con nuevos actores?

Pero es la forma en que funcionan las cosas. Ahí tienes al G7, en el que no hay poder de veto, pero son los siete países líderes en el mundo. A algunos países no les gusta, pero no vivimos en un mundo en el que todos los países son iguales. No puedes poner de acuerdo a 200 países. Grupos más pequeños usualmente permiten los consensos; incluso así es difícil, pero es más manejable.

El Consejo de Seguridad no es otra que el sistema pos Segunda Guerra Mundial. Cuando ves las relaciones internacionales de una forma muy macro, la única forma en que esto se puede cambiar es con una gran guerra. No estoy abogando por ninguna, pero el hecho es que históricamente han sido las guerras y las revoluciones las que cambian drásticamente las cosas.

Voy a la segunda parte de la pregunta, y es que hay un contrapeso al G7: los Brics. Se ve cómo se está menguando la influencia estadounidense, o mejor, de la Pax Americana. Los Brics son países que son grandes, con grandes poblaciones, y allí, en donde están países como India o Sudáfrica, hay en buena medida una búsqueda por el interés nacional, más que una visión global tradicional.

Pero, por otro lado, están los que llamo los Biist: Brasil, India, Indonesia, Sudáfrica y Turquía. Son grandes democracias, que no son del todo pro Estados Unidos, son cercanos a Rusia, a China, aunque India no… Hay muchas diferencias entre ellos, pero son países que tendrán un papel importante en la reconfiguración global en la próxima década.

¿Cuál es el lugar de Japón en esta especie de mundo multipolar?

No iría tan lejos como para decir “multipolar”, Estados Unidos todavía está ahí. Japón, en términos de seguridad, depende de Estados Unidos. Lo que Japón debe hacer es fortalecer esa alianza, porque a diferencia de antes, cuando Estados Unidos era más fuerte, ahora Estados Unidos necesitará más de Japón, que está dispuesto a apoyarlo.

El legado de Japón es distinto. En América o África no se le asocia con un pasado colonial, no se piensa en Japón como un invasor. Así que tiene un rol por desempeñar, también junto a los aliados europeos, para presionar por el imperio de la ley y la democracia, que la damos por sentada, pero en muchas partes del mundo hay una involución en este sentido. Japón ha sido un poco tímido en esto, pero creo que puede ser más potente como agente de cambio.

Y si Estados Unidos se vuelve el Estados Unidos de Trump, quedan Japón, Europa y Australia para soportar el orden liberal.

Yo, que vivo en Japón, creo que muchos japoneses ven a su país como un país pequeño. El área es un tercio de Colombia, pero en cuanto a población es dos o tres veces más. Es el tercer PIB del mundo; contando la zona marítima, Japón es el sexto país del mundo. Así que no es pequeño, para nada. Pero tiene una mentalidad pequeña y se ve como un poder mediano.

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¿Cuál es el papel de América Latina en esta historia y cuál es el papel de Japón en América Latina, viendo el aumento de la influencia china en la región?

La población de América Latina es muy joven en comparación con Japón o los países europeos, hay mucho potencial, pero eso se ha dicho mucho. La importancia de la región solo aumentará. Mira a Brasil. Vemos a Argentina uniéndose a los Brics. Los valores democráticos están insertos en los valores latinoamericanos, aunque eso también varía de país en país. Nicaragua es diferente, por ejemplo.

Para Japón, América Latina es muy lejana, aunque se ve a Estados Unidos cerca. Espero que haya un cambio, porque quisiera que Japón piense a escala global.

Sin embargo, está el riesgo de ver las cosas de forma monolítica, como cuando se habla de Asia, o cuando los europeos dicen tener una única voz, y sí la tienen para algunas cosas, pero no en todo. Así que el riesgo es ver a América Latina como una única entidad, que no lo es.

Colombia no es solo el portal para Sudamérica, sino un poder regional, miembro de la Alianza del Pacífico. No creo Japón deba acercarse a todos los países de la misma manera, debe haber diferencias. Colombia es una democracia, un país grande, debería estar ahí con otros países como México. Japón debería interesarse particularmente.

China está en todo lado y te ofrece la salida fácil. No predican, y superficialmente parece que ayudan a tu economía, pero realmente quieren algo a cambio. Hablaba con el embajador de Sri Lanka, que estrechó la mano de China. Sri Lanka obtuvo el dinero, pero ahora prácticamente son propiedad de China, su puerto principal es de China. ¿Realmente quieres venderte por ganancias de corto plazo?

Cuando obtienes dinero de Japón, claro que hay unos estándares anticorrupción, de derechos humanos, etc., pero no te va a pedir que le concesiones tu puerto principal. Así que espero que Japón pueda convertirse en una alternativa más atractiva.

¿Cómo ve la situación en Taiwán, que a muchas personas les preocupa incluso más que lo que ocurra en Ucrania?

Me sorprende que les preocupe Taiwán. Estuve en Vietnam, por ejemplo, y no era un asunto. Pero es bueno que les preocupe, porque si algo estalla en Taiwán, será un asunto global, con implicaciones económicas globales, en detrimento de Sudamérica, y podría convertirse en una guerra mundial.

Xi Jinping es un dictador, y un dictador es ambicioso, y quiere Taiwán, que irá a elecciones el próximo año. Después de eso, y hasta 2027, cuando termina su periodo, creo que hará un movimiento respecto a Taiwán.

He tenido estudiantes chinos, y les he preguntado si creen que Xi va a invadir y si lo apoyarían. No me sorprendió que todos dijeran que sí va a invadir; pero la segunda parte de la respuesta sí me sorprendió, pues nueve de cada 10 dijeron que sí lo apoyarían, porque se trata del nacionalismo, y eso es más importante que la democracia o la paz. Son un grupo pequeño, pero creo que representan al promedio.

Así que creo que Xi esperará a las elecciones en Taiwán, pero también esperará para ver qué pasa con Rusia en Ucrania. Y aquí vuelvo a lo que decía al principio de que lo que pasa en Europa afecta a Asia. Si Putin es capaz de ganar la guerra, amilanar a europeos y estadounidenses, habrá vía libre para maniobrar en Taiwán. Y aquí creo que países como Japón y Corea del Sur deben dar un paso y decir “es nuestra área” y unirse, con el apoyo de Estados Unidos, pero ahí vuelve a ser clave la elección del próximo año. A Trump puede no importarle el futuro de Taiwán. Vivimos en un mundo muy peligroso. Me sorprendería si no vemos una gran guerra en la próxima década y como académico me interesaría mucho estudiar cómo logramos evitarla.

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