Mijaíl Gorbachov y la perestroika: el gran legado del “hombre que cambió al mundo”
Gorbachov puso en marcha un plan de reestructuración económica e institucional que es visto por algunos como el principio del fin de la URSS.
Mijaíl Gorbachov, quien falleció este martes en Moscú, a los 91 años, será recordado como el último líder de la Unión Soviética (URSS) y, como mucho lo han denominado, “el hombre que cambió al mundo”.
Fue galardonado con el Premio Nobel de Paz en 1990 por su papel en el fin de la Guerra Fría, al promover el acercamiento entre Occidente y la URSS.
Llegó al poder en 1985, y en octubre de ese año presentó el que sería su principal legado: la perestroika.
Sugerimos: Cuando García Márquez y Gorbachov hablaron de “Glasnost” y “Perestroika”
¿Qué es la perestroika?
Se trataba de una plan de reestructuración (a lo que literalmente hace referencia la palabra “perestroika”) y modernización económica e institucional para una nación que se encontraba en crisis.
El concepto fue de la mano con “glasnost”, que significa transparencia. Los derechos de los ciudadanos y la democratización del Estado estaban en el centro de esto.
Implicó la introducción de la propiedad privada, la celebración de elecciones democráticas, la creación de un nuevo Legislativo, más abierto al público, por ejemplo, televisando sus sesiones, y la liberación de presos políticos.
Impulsó, asimismo, la libertad de expresión, de prensa y de credo, así como la introducción de literatura que era considerada disidente.
“Fue un líder político activo que asumió la tarea titánica de intentar mantener a flote y modernizar un sistema en claro estancamiento y decadencia a través de unas muy ambiciosas reformas que lo llevaron a oponerse al mismísimo partido comunista de la Unión Soviética e incluso a sobrevivir un golpe de estado promovido por el ala mas radical de ese partido”, dijo a este diario Jesús Agreda Rudenko, profesor de la Universidad del Rosario.
Se refiere al intento de golpe llevado a cabo por los comunistas radicales en agosto de 1991 y que fue contenido con la oposición de Boris Yeltsin, quien se convertiría en diciembre del mismo año en el presidente de la Federación Rusa. El intento de golpe sería oficialmente el principio del fin de la Unión Soviética.
Gorbachov y Boris Yeltsin
Es a Yeltsin, precisamente, a quien Gorbachov señaló como el responsable de la caída de la URSS.
“Hay gente que quiere echarme a mí toda la culpa de haber destruido la Unión Soviética, pero no es cierto. Yo luché hasta el final para salvar a la URSS”, afirmó en declaraciones a la BBC en 2010.
“Quise crear una nueva unión que sirviese a nuestras necesidades, una unión democrática dotada de un poder fuerte y centralizado”, agregó.
“Pero fue Yeltsin quien se lanzó a destruirla al convertirse en presidente de Rusia, y lo hizo actuando a nuestras espaldas para lograrlo. Cometimos un error político. Debimos habernos librado de él en cuanto nos dimos cuenta”, continuó.
Agreda, por su parte, destaca de Gorbachov que “fue lo suficientemente responsable como para entender que intentar mantener las fuerzas sociales que buscaban el cambio a través de la violencia solo podrían terminar en un baño de sangre como se evidencio en la plaza de Tiananmen (Pekín, 1989). Todo lo anterior claro que fue un golpe al corazón del sistema soviético y que llevó finalmente a su disolución, sin embargo creo que fue mucho más y que fue sin duda uno de los arquitectos (aunque tal vez involuntario) del sistema internacional contemporáneo”.
Por todo esto es que figuras como la presidenta del Ejecutivo europeo, Úrsula Von Der Leyen, han resumido el legado de Gorbachov como el de haber abierto “el camino a una Europa libre”.
Gorbachov y la guerra en Ucrania
Las palabras anteriores no son menores justo cuando el suelo europeo, en Ucrania (que declaró su independencia en 1991, en plena caída de la URSS), es escenario de su peor enfrentamiento bélico desde la Segunda Guerra Mundial.
Le puede interesar: Ucrania, sin tregua a la vista
Es preciso recordar que Vladimir Putin ha justificado su ofensiva contra Kiev, en parte, en el error que, para él, significó el desmantelamiento de la URSS.
“Había que luchar por la integridad territorial de nuestro Estado de manera más insistente, coherente y osada, y no esconder la cabeza bajo la arena, dejando el culo al aire”, le echó en cara Putin a Gorbachov.
En respuesta, Gorbachov, quien había criticado a Putin por monopolizar el poder pero ha defendido la anexión de Crimea y criticado la injerencia occidental en Ucrania, aseguró que la Perestroika es “una revolución inacabada”.
Este martes, tras conocerse la noticia del deceso del exlíder soviético, cuyo estado de salud se venía deteriorando desde hace varios años, Putin expresó sus “profundas condolencias”.
“Vladimir Putin expresa sus profundas condolencias por la muerte de Mijaíl Gorbachov, él enviará un telegrama de pésame a la familia y a los allegados del exdirigente”, dijo el portavoz Dmitri Peskov según la agencia de noticias TASS.
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Mijaíl Gorbachov, quien falleció este martes en Moscú, a los 91 años, será recordado como el último líder de la Unión Soviética (URSS) y, como mucho lo han denominado, “el hombre que cambió al mundo”.
Fue galardonado con el Premio Nobel de Paz en 1990 por su papel en el fin de la Guerra Fría, al promover el acercamiento entre Occidente y la URSS.
Llegó al poder en 1985, y en octubre de ese año presentó el que sería su principal legado: la perestroika.
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¿Qué es la perestroika?
Se trataba de una plan de reestructuración (a lo que literalmente hace referencia la palabra “perestroika”) y modernización económica e institucional para una nación que se encontraba en crisis.
El concepto fue de la mano con “glasnost”, que significa transparencia. Los derechos de los ciudadanos y la democratización del Estado estaban en el centro de esto.
Implicó la introducción de la propiedad privada, la celebración de elecciones democráticas, la creación de un nuevo Legislativo, más abierto al público, por ejemplo, televisando sus sesiones, y la liberación de presos políticos.
Impulsó, asimismo, la libertad de expresión, de prensa y de credo, así como la introducción de literatura que era considerada disidente.
“Fue un líder político activo que asumió la tarea titánica de intentar mantener a flote y modernizar un sistema en claro estancamiento y decadencia a través de unas muy ambiciosas reformas que lo llevaron a oponerse al mismísimo partido comunista de la Unión Soviética e incluso a sobrevivir un golpe de estado promovido por el ala mas radical de ese partido”, dijo a este diario Jesús Agreda Rudenko, profesor de la Universidad del Rosario.
Se refiere al intento de golpe llevado a cabo por los comunistas radicales en agosto de 1991 y que fue contenido con la oposición de Boris Yeltsin, quien se convertiría en diciembre del mismo año en el presidente de la Federación Rusa. El intento de golpe sería oficialmente el principio del fin de la Unión Soviética.
Gorbachov y Boris Yeltsin
Es a Yeltsin, precisamente, a quien Gorbachov señaló como el responsable de la caída de la URSS.
“Hay gente que quiere echarme a mí toda la culpa de haber destruido la Unión Soviética, pero no es cierto. Yo luché hasta el final para salvar a la URSS”, afirmó en declaraciones a la BBC en 2010.
“Quise crear una nueva unión que sirviese a nuestras necesidades, una unión democrática dotada de un poder fuerte y centralizado”, agregó.
“Pero fue Yeltsin quien se lanzó a destruirla al convertirse en presidente de Rusia, y lo hizo actuando a nuestras espaldas para lograrlo. Cometimos un error político. Debimos habernos librado de él en cuanto nos dimos cuenta”, continuó.
Agreda, por su parte, destaca de Gorbachov que “fue lo suficientemente responsable como para entender que intentar mantener las fuerzas sociales que buscaban el cambio a través de la violencia solo podrían terminar en un baño de sangre como se evidencio en la plaza de Tiananmen (Pekín, 1989). Todo lo anterior claro que fue un golpe al corazón del sistema soviético y que llevó finalmente a su disolución, sin embargo creo que fue mucho más y que fue sin duda uno de los arquitectos (aunque tal vez involuntario) del sistema internacional contemporáneo”.
Por todo esto es que figuras como la presidenta del Ejecutivo europeo, Úrsula Von Der Leyen, han resumido el legado de Gorbachov como el de haber abierto “el camino a una Europa libre”.
Gorbachov y la guerra en Ucrania
Las palabras anteriores no son menores justo cuando el suelo europeo, en Ucrania (que declaró su independencia en 1991, en plena caída de la URSS), es escenario de su peor enfrentamiento bélico desde la Segunda Guerra Mundial.
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Es preciso recordar que Vladimir Putin ha justificado su ofensiva contra Kiev, en parte, en el error que, para él, significó el desmantelamiento de la URSS.
“Había que luchar por la integridad territorial de nuestro Estado de manera más insistente, coherente y osada, y no esconder la cabeza bajo la arena, dejando el culo al aire”, le echó en cara Putin a Gorbachov.
En respuesta, Gorbachov, quien había criticado a Putin por monopolizar el poder pero ha defendido la anexión de Crimea y criticado la injerencia occidental en Ucrania, aseguró que la Perestroika es “una revolución inacabada”.
Este martes, tras conocerse la noticia del deceso del exlíder soviético, cuyo estado de salud se venía deteriorando desde hace varios años, Putin expresó sus “profundas condolencias”.
“Vladimir Putin expresa sus profundas condolencias por la muerte de Mijaíl Gorbachov, él enviará un telegrama de pésame a la familia y a los allegados del exdirigente”, dijo el portavoz Dmitri Peskov según la agencia de noticias TASS.
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