Nada detiene a Israel: reportan más muertos y presencia de tanques en Rafah
Artillería israelí habría atacado con intensidad sin previo aviso en zonas supuestamente seguras, al tiempo que tanques ya han penetrado en el centro de Rafah, a las puertas del barrio occidental de Tal al Sultan.
Nota de la editora: este artículo fue actualizado para incluir la respuesta de Israel a las acusaciones sobre los bombardeos y sus primeros hallazgos en la investigación sobre el incendio del domingo.
Más de 20 personas murieron la tarde del martes en varios ataques de artillería del Ejército israelí sobre campamentos de desplazados en barrios en el oeste de Rafah, como Tal al Sultan o Mawasi, zonas supuestamente seguras donde Israel no ha ordenado todavía la evacuación de población civil, según reportaron entidades como la Defensa Civil del enclave.
La artillería ha atacado con intensidad en esta zona sin previo aviso del Ejército israelí, cuyos tanques ya han penetrado en el centro de Rafah, a las puertas del barrio occidental de Tal al Sultan, en su avance por el interior de la ciudad, según pudo constatar EFE.
Israel, sin embargo, desmintió posteriormente haber bombardeado este martes una “zona humanitaria” al oeste de Rafah, donde la Defensa Civil de Gaza dijo que se produjo el ataque.
El ejército israelí “no bombardeó la zona humanitaria de Al Mawasi”, afirmó un comunicado castrense, en referencia a una zona designada en mayo, tras el inicio de la ofensiva terrestre israelí en Gaza, para acoger a los desplazados de Rafah.
En cuanto a los tanques israelíes, “están desplegados en la rotonda de Al Auda, en el centro de la ciudad de Rafah”, dijo un testigo a la agencia AFP.
En un campo de desplazados de Tal al Sultan, el impacto de un misil y el incendio posterior mataron la noche del domingo a 45 personas, tras un ataque del Ejército israelí dirigido contra dos altos cargos de Hamás, algo ampliamente condenado por la comunidad internacional y que Israel consideró un “trágico percance”.
El ejército israelí afirmó este martes que sus municiones eran insuficientes para provocar un incendio como el que, según las autoridades sanitarias de Gaza, mató el domingo a las 45 personas en Rafah.
“Nuestras municiones por sí solas no podrían haber provocado un incendio de semejante proporción”, dijo a periodistas el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, al dar parte de los primeros elementos de la investigación castrense sobre ese bombardeo que conmocionó a la comunidad internacional.
Por otro lado, el Consejo de Seguridad de la ONU programó para este martes una reunión de emergencia tras el ataque israelí en Rafah del pasado domingo en el que murieron casi medio centenar de personas, informaron fuentes diplomáticas a la CNN.
La reunión del Consejo de Seguridad fue solicitada por Argelia y fue convocada después de que el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, encargado de la cuestión palestina, Tor Wennesland, pidiera a las autoridades israelíes que lleven a cabo una “investigación exhaustiva y transparente” sobre el ataque.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, condenó este lunes el ataque y pidió acabar con “este horror”.
“Ha sido una de las noches más duras y terroríficas desde que empezó la ofensiva en Rafah”, dijo un desplazado en Tal a Sultan a EFE.
Durante la madrugada, la artillería israelí también atacó en las proximidades de los almacenes de UNRWA (Agencia de la ONU para los refugiados palestinos) en el centro de Rafah, causando siete muertos y 15 heridos, según fuentes médicas palestinas.
Además, 13 gazatíes murieron horas después en otro bombardeo a las puertas del hospital de campaña americano, entre Rafah y Jan Yunis, al sur de la Franja.
Israel inició su operación militar en Rafah el 6 de mayo, y desde entonces más de un millón de personas han huido de la misma, que antes albergaba a unos 1,4 millones de desplazados.
La comunidad internacional pidió a Israel no invadir la ciudad para evitar una catástrofe humanitaria, pero el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insistió en que era imprescindible para ganar la guerra, ya que allí quedaban cuatro batallones de Hamás, responsable de la masacre que el 7 de octubre dejó 1.200 víctimas mortales en Israel.
Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, más de 36.000 personas han perdido la vida en la Franja desde el comienzo de la guerra, y más de 81.000 han resultado heridas.
Sistema sanitario, colapsado
Los heridos de los últimos ataques de las fuerzas israelíes en Rafah, en el sur de Gaza, incluidos los perpetrados contra campos de desplazados, han inundado los escasos servicios médicos en funcionamiento, mientras que cargamentos de suministros médicos siguen bloqueados en la frontera sin poder entrar al territorio palestino, dijeron hoy organismos de la ONU.
El director de Sanidad de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Akihiro Seita, explicó en Ginebra que se está haciendo todo lo posible para “estabilizar” a los heridos, vendarlos y evitar infecciones, ya que la capacidad de realizar cirugías complejas es muy limitada.
En Rafah queda funcionando un solo hospital de manera parcial y operan otros cinco hospitales de campaña que no dan abasto para atender a los heridos, indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La portavoz de la organización, Margaret Harris, confirmó que los suministros médicos escasean fuertemente y que desde que empezó hace tres semanas la incursión en Rafah solo han entrado tres camiones con ayuda de este tipo, mientras que hay sesenta que están a la espera de poder acceder a Gaza.
Asimismo, hay una falta acuciante de combustible, lo que obliga a tomar “decisiones muy difíciles” sobre qué servicio médico alimentar con electricidad con el escaso fuel con el que se cuenta.
Harris confirmó que desde la ofensiva sobre la ciudad de Rafah, adonde se habían desplazado más de un millón de gazatíes del norte de la Franja, se han paralizado también todas las evacuaciones médicas.
Unas 10.000 personas enfermas y heridas graves necesitan ser evacuadas de la Franja de Gaza para recibir el tratamiento que requieren. Se estima que un número indeterminado de éstas mueren a la espera de recibir de Israel la autorización de salida.
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Nota de la editora: este artículo fue actualizado para incluir la respuesta de Israel a las acusaciones sobre los bombardeos y sus primeros hallazgos en la investigación sobre el incendio del domingo.
Más de 20 personas murieron la tarde del martes en varios ataques de artillería del Ejército israelí sobre campamentos de desplazados en barrios en el oeste de Rafah, como Tal al Sultan o Mawasi, zonas supuestamente seguras donde Israel no ha ordenado todavía la evacuación de población civil, según reportaron entidades como la Defensa Civil del enclave.
La artillería ha atacado con intensidad en esta zona sin previo aviso del Ejército israelí, cuyos tanques ya han penetrado en el centro de Rafah, a las puertas del barrio occidental de Tal al Sultan, en su avance por el interior de la ciudad, según pudo constatar EFE.
Israel, sin embargo, desmintió posteriormente haber bombardeado este martes una “zona humanitaria” al oeste de Rafah, donde la Defensa Civil de Gaza dijo que se produjo el ataque.
El ejército israelí “no bombardeó la zona humanitaria de Al Mawasi”, afirmó un comunicado castrense, en referencia a una zona designada en mayo, tras el inicio de la ofensiva terrestre israelí en Gaza, para acoger a los desplazados de Rafah.
En cuanto a los tanques israelíes, “están desplegados en la rotonda de Al Auda, en el centro de la ciudad de Rafah”, dijo un testigo a la agencia AFP.
En un campo de desplazados de Tal al Sultan, el impacto de un misil y el incendio posterior mataron la noche del domingo a 45 personas, tras un ataque del Ejército israelí dirigido contra dos altos cargos de Hamás, algo ampliamente condenado por la comunidad internacional y que Israel consideró un “trágico percance”.
El ejército israelí afirmó este martes que sus municiones eran insuficientes para provocar un incendio como el que, según las autoridades sanitarias de Gaza, mató el domingo a las 45 personas en Rafah.
“Nuestras municiones por sí solas no podrían haber provocado un incendio de semejante proporción”, dijo a periodistas el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, al dar parte de los primeros elementos de la investigación castrense sobre ese bombardeo que conmocionó a la comunidad internacional.
Por otro lado, el Consejo de Seguridad de la ONU programó para este martes una reunión de emergencia tras el ataque israelí en Rafah del pasado domingo en el que murieron casi medio centenar de personas, informaron fuentes diplomáticas a la CNN.
La reunión del Consejo de Seguridad fue solicitada por Argelia y fue convocada después de que el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, encargado de la cuestión palestina, Tor Wennesland, pidiera a las autoridades israelíes que lleven a cabo una “investigación exhaustiva y transparente” sobre el ataque.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, condenó este lunes el ataque y pidió acabar con “este horror”.
“Ha sido una de las noches más duras y terroríficas desde que empezó la ofensiva en Rafah”, dijo un desplazado en Tal a Sultan a EFE.
Durante la madrugada, la artillería israelí también atacó en las proximidades de los almacenes de UNRWA (Agencia de la ONU para los refugiados palestinos) en el centro de Rafah, causando siete muertos y 15 heridos, según fuentes médicas palestinas.
Además, 13 gazatíes murieron horas después en otro bombardeo a las puertas del hospital de campaña americano, entre Rafah y Jan Yunis, al sur de la Franja.
Israel inició su operación militar en Rafah el 6 de mayo, y desde entonces más de un millón de personas han huido de la misma, que antes albergaba a unos 1,4 millones de desplazados.
La comunidad internacional pidió a Israel no invadir la ciudad para evitar una catástrofe humanitaria, pero el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insistió en que era imprescindible para ganar la guerra, ya que allí quedaban cuatro batallones de Hamás, responsable de la masacre que el 7 de octubre dejó 1.200 víctimas mortales en Israel.
Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, más de 36.000 personas han perdido la vida en la Franja desde el comienzo de la guerra, y más de 81.000 han resultado heridas.
Sistema sanitario, colapsado
Los heridos de los últimos ataques de las fuerzas israelíes en Rafah, en el sur de Gaza, incluidos los perpetrados contra campos de desplazados, han inundado los escasos servicios médicos en funcionamiento, mientras que cargamentos de suministros médicos siguen bloqueados en la frontera sin poder entrar al territorio palestino, dijeron hoy organismos de la ONU.
El director de Sanidad de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Akihiro Seita, explicó en Ginebra que se está haciendo todo lo posible para “estabilizar” a los heridos, vendarlos y evitar infecciones, ya que la capacidad de realizar cirugías complejas es muy limitada.
En Rafah queda funcionando un solo hospital de manera parcial y operan otros cinco hospitales de campaña que no dan abasto para atender a los heridos, indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La portavoz de la organización, Margaret Harris, confirmó que los suministros médicos escasean fuertemente y que desde que empezó hace tres semanas la incursión en Rafah solo han entrado tres camiones con ayuda de este tipo, mientras que hay sesenta que están a la espera de poder acceder a Gaza.
Asimismo, hay una falta acuciante de combustible, lo que obliga a tomar “decisiones muy difíciles” sobre qué servicio médico alimentar con electricidad con el escaso fuel con el que se cuenta.
Harris confirmó que desde la ofensiva sobre la ciudad de Rafah, adonde se habían desplazado más de un millón de gazatíes del norte de la Franja, se han paralizado también todas las evacuaciones médicas.
Unas 10.000 personas enfermas y heridas graves necesitan ser evacuadas de la Franja de Gaza para recibir el tratamiento que requieren. Se estima que un número indeterminado de éstas mueren a la espera de recibir de Israel la autorización de salida.
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