Nagorno Karabaj: separatistas armenios entregaron las armas a Azerbaiyán
El Ejército de Azerbaiyán y los separatistas armenios en Nagorno Karabaj comenzaron las negociaciones sobre el enclave esta semana, con la promesa del desarme armenio. Miles de civiles en la zona todavía temen un estallido de violencia, pues las fuerzas azerbaiyanas tienen rodeada la ciudad.
Un primer convoy de ayuda internacional llegó este sábado al enclave de Nagorno Karabaj, donde los separatistas armenios entregaron sus armas a Azerbaiyán, que se impuso a principios de la semana tras una ofensiva militar relámpago.
La situación de los habitantes del enclave estuvo presente en los debates del sábado en Nueva York en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde Armenia pidió el envío “inmediato” de una “misión” de la ONU en Nagorno Karabaj.
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El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) “pasó por el corredor (humanitario) de Lachin para aportar a la población unas 70 toneladas de ayuda humanitaria”, dijo a la AFP un responsable de esta oenegé desde el puesto de control armenio de Kornidzor.
Ereván acusa desde finales de 2022 a Azerbaiyán de bloquear esta carretera, la única que conecta su territorio con Nagorno Karabaj, y de agravar la situación de los habitantes de esa zona montañosa, mayoritariamente de población armenia.
El ejército azerbaiyano se impuso el martes en una ofensiva de un solo día a las tropas separatistas y este sábado anunció que el bando derrotado depuso armas.
Durante un viaje con la prensa, en el que pudo participar la AFP, soldados azerbaiyanos mostraron centenares de armas ligeras y blindados marcados con una cruz blanca entregados por los separatistas.
Retirada de las tropas
Además de las entregas de armas, los separatistas también negocian con Bakú la retirada de sus tropas. Este diálogo, iniciado el jueves “bajo el auspicio de los soldados rusos de mantenimiento de la paz”, permitirá “organizar el proceso de retirada de las tropas y garantizar el regreso a sus casas de los ciudadanos desplazados por la agresión militar”, según las autoridades del enclave. Las partes están discutiendo también “el procedimiento de entrada y salida de los ciudadanos” de Nagorno Karabaj.
El ministro de Relaciones Exteriores azerbaiyano, Jeyhoun Baeramov, prometió en la Asamblea de la ONU que tratarán “a los habitantes armenios de la región azerbaiyana de Karabaj como ciudadanos iguales”. Pese a esa promesa, su homólogo armenio, Ararat Mirzoyan, pidió “el despliegue inmediato” de una misión de la ONU en el enclave “con el objetivo de vigilar y evaluar los derechos humanos y la situación humanitaria y de seguridad”.
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En su intervención en Nueva York, el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, reprochó a las autoridades armenias “echar más leña al fuego” y acusó a las potencias occidentales de “mover hilos” para socavar la influencia de Moscú en Armenia.
Desde una guerra anterior en 2020, Rusia tiene tropas de paz para monitorear el alto el fuego en torno al enclave, gobernado por separatistas armenios durante décadas. Ereván anunció a principios de septiembre ejercicios militares conjuntos con soldados estadounidenses, una decisión que molestó a Rusia, histórica aliada de Armenia.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, expresó el sábado al primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, la “profunda preocupación” de su país por los armenios en Nagorno Karabaj, dijo un portavoz del Departamento de Estado.
Evacuaciones
Pese a las actuales negociaciones, aún se producen algunas violaciones del alto el fuego alcanzado el miércoles. Un soldado azerbaiyano resultó herido este sábado, indicó las fuerzas de paz rusas. Entretanto, miles de civiles viven en una situación de urgencia humanitaria en el enclave, cuya “capital”, Stepanakert, está rodeada por soldados azerbaiyanos, según las autoridades locales.
Oriunda de esta ciudad, Yana Avanessian, profesora de Derecho de 29 años, asegura desde el puesto de control armenio fronterizo de Kornidzor, que la situación allí es “horrible”.
“Esperamos pronto las evacuaciones, sobre todo de las personas cuyas viviendas fueron destruidas”, cuenta a la AFP esta mujer. “No tengo muchas esperanzas (de ver a sus allegados evacuados) pero no podía no hacer nada. Solo estar aquí, ver la base rusa a un kilómetro, ya me hace sentir mejor”, asegura.
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Un corresponsal de la AFP constató que Stepanakert estaba sin electricidad ni carburante, y también había escasez de comida y medicinas. La incursión militar de Bakú, que duró unas 24 horas, causó al menos 200 muertos y 400 heridos, según los secesionistas armenios.
Nagorno Karabaj ya fue golpeada por dos guerras entre las antiguas repúblicas soviéticas del Cáucaso, Azerbaiyán y Armenia: una de 1988 a 1994 (30.000 muertos) y otra en el otoño boreal de 2020 (6.500 muertos).
Criticado por su pasividad ante Azerbaiyán, el primer ministro armenio admitió el viernes que la situación sigue siendo “tensa” en el enclave, donde “continúa la crisis humanitaria”. Personas críticas con Pashinyan se manifiestan todos los días en Ereván, la capital armenia, para protestar contra su gestión de la crisis.
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Un primer convoy de ayuda internacional llegó este sábado al enclave de Nagorno Karabaj, donde los separatistas armenios entregaron sus armas a Azerbaiyán, que se impuso a principios de la semana tras una ofensiva militar relámpago.
La situación de los habitantes del enclave estuvo presente en los debates del sábado en Nueva York en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde Armenia pidió el envío “inmediato” de una “misión” de la ONU en Nagorno Karabaj.
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El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) “pasó por el corredor (humanitario) de Lachin para aportar a la población unas 70 toneladas de ayuda humanitaria”, dijo a la AFP un responsable de esta oenegé desde el puesto de control armenio de Kornidzor.
Ereván acusa desde finales de 2022 a Azerbaiyán de bloquear esta carretera, la única que conecta su territorio con Nagorno Karabaj, y de agravar la situación de los habitantes de esa zona montañosa, mayoritariamente de población armenia.
El ejército azerbaiyano se impuso el martes en una ofensiva de un solo día a las tropas separatistas y este sábado anunció que el bando derrotado depuso armas.
Durante un viaje con la prensa, en el que pudo participar la AFP, soldados azerbaiyanos mostraron centenares de armas ligeras y blindados marcados con una cruz blanca entregados por los separatistas.
Retirada de las tropas
Además de las entregas de armas, los separatistas también negocian con Bakú la retirada de sus tropas. Este diálogo, iniciado el jueves “bajo el auspicio de los soldados rusos de mantenimiento de la paz”, permitirá “organizar el proceso de retirada de las tropas y garantizar el regreso a sus casas de los ciudadanos desplazados por la agresión militar”, según las autoridades del enclave. Las partes están discutiendo también “el procedimiento de entrada y salida de los ciudadanos” de Nagorno Karabaj.
El ministro de Relaciones Exteriores azerbaiyano, Jeyhoun Baeramov, prometió en la Asamblea de la ONU que tratarán “a los habitantes armenios de la región azerbaiyana de Karabaj como ciudadanos iguales”. Pese a esa promesa, su homólogo armenio, Ararat Mirzoyan, pidió “el despliegue inmediato” de una misión de la ONU en el enclave “con el objetivo de vigilar y evaluar los derechos humanos y la situación humanitaria y de seguridad”.
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Desde una guerra anterior en 2020, Rusia tiene tropas de paz para monitorear el alto el fuego en torno al enclave, gobernado por separatistas armenios durante décadas. Ereván anunció a principios de septiembre ejercicios militares conjuntos con soldados estadounidenses, una decisión que molestó a Rusia, histórica aliada de Armenia.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, expresó el sábado al primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, la “profunda preocupación” de su país por los armenios en Nagorno Karabaj, dijo un portavoz del Departamento de Estado.
Evacuaciones
Pese a las actuales negociaciones, aún se producen algunas violaciones del alto el fuego alcanzado el miércoles. Un soldado azerbaiyano resultó herido este sábado, indicó las fuerzas de paz rusas. Entretanto, miles de civiles viven en una situación de urgencia humanitaria en el enclave, cuya “capital”, Stepanakert, está rodeada por soldados azerbaiyanos, según las autoridades locales.
Oriunda de esta ciudad, Yana Avanessian, profesora de Derecho de 29 años, asegura desde el puesto de control armenio fronterizo de Kornidzor, que la situación allí es “horrible”.
“Esperamos pronto las evacuaciones, sobre todo de las personas cuyas viviendas fueron destruidas”, cuenta a la AFP esta mujer. “No tengo muchas esperanzas (de ver a sus allegados evacuados) pero no podía no hacer nada. Solo estar aquí, ver la base rusa a un kilómetro, ya me hace sentir mejor”, asegura.
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Criticado por su pasividad ante Azerbaiyán, el primer ministro armenio admitió el viernes que la situación sigue siendo “tensa” en el enclave, donde “continúa la crisis humanitaria”. Personas críticas con Pashinyan se manifiestan todos los días en Ereván, la capital armenia, para protestar contra su gestión de la crisis.
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