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¿Qué es lo que pretende Nicaragua con la demanda que presentó esta semana?
Si ustedes estudian la demanda anterior, verán que lo que Nicaragua está demandando ahora es exactamente lo mismo que en ese caso. Lo que sucedió es que la Corte dijo que no se habían presentado todas las pruebas que se necesitaban para fallar. Los abogados de Colombia tenían perfectamente claro que esto iba a continuar.
En Colombia, el Gobierno ha repetido varias veces que el ánimo del gobierno nicaragüense es expansionista. ¿Cuál es su respuesta a esta declaración?
Estamos hablando de campañas políticas y de eslóganes y cosas de ese tipo. Decir que un país que está reclamando lo que el derecho internacional le reconoce es expansionista me parece absurdo. Por ejemplo, el socio de Colombia en este caso, Costa Rica, está reclamando en el Pacífico una plataforma continental más allá de las 200 millas. Y hay 70 países en el mundo que han hecho ese reclamo. Eso depende de la formación geológica en la plataforma de cada país. Es lo único que está haciendo Nicaragua.
Reclamando ese derecho, ¿ustedes pretenden quedarse prácticamente con el mar Caribe que genera la plataforma de Colombia desde Cartagena, Barranquilla y Santa Marta?
Es difícil para mí como abogado responder a eslóganes políticos internos. Eso es un absurdo. Cualquier jurista serio que entreviste en Colombia va a decirle que Nicaragua no está reclamando llegar a la costa continental de Colombia. Estamos reclamando lo que el derecho internacional nos concede. Y no lo estamos haciendo por las vías de hecho, sino ante el máximo tribunal en el mundo.
¿Qué es lo que quiere Nicaragua, entonces?
Reclamar sobre aquello a lo que tenemos derecho. Si usted mira un mapa del Caribe, se da cuenta de que más bien Colombia era la que se había adueñado de prácticamente la totalidad del Caribe y pretendía dejar encerrada a Nicaragua dentro de un tal meridiano 82 que inventaron como límite, lo que le da a Nicaragua como 60 o 70 millas de espacio marítimo, ya no digamos las 200 millas de plataforma y zona económica exclusiva que concede el derecho internacional. Colombia nos tenía completamente encerrados y había firmado un tratado con Honduras para reafirmar eso.
Ambos gobiernos han insistido, después del fallo de la Corte, en que es necesario sentarse a negociar. ¿Usted cómo ve las perspectivas de la negociación?
El gobierno de Nicaragua nunca ha sugerido que es necesario negociar un tratado para implementar la sentencia. Desde el momento en que se leyó la sentencia, la primera oferta que hizo el presidente de Nicaragua era facilitarles los permisos de pesca a los pescadores artesanales que demostraran haber trabajado en zonas que fueron reconocidas como nicaragüenses. Para mí, ese es el tipo de cosas que podríamos haber estado platicando con toda normalidad. Habrá áreas en las que empresas colombianas tendrán interés de explotar pesca, entonces simplemente se trata de negociar esto con Nicaragua.
Si Colombia les dice que se sienten a hablar de límites, ¿Nicaragua acepta?
No. Nosotros no tenemos nada que hablar de límites dentro de las 200 millas fijadas por la Corte. Eso es indiscutible. Es inaceptable internacionalmente que se pretenda decir que una sentencia de la Corte requiere de otro procedimiento para su ejecución que no sea simplemente cumplirla.
¿Qué reacción le produjo la respuesta de Colombia de que el fallo es inaplicable?
Como simple ciudadano del mundo, me parece que es poner en entredicho todo el sistema jurídico internacional: decir que vamos a cumplir el ordenamiento cuando queramos y cuando consideremos que se ajuste a nuestro sistema jurídico interno. Entonces, ¿de qué sirve el sistema jurídico internacional? No le veo sentido a eso.
Usted ha dicho que se trata de pronunciamientos de índole política. ¿Cómo los interpreta? ¿Daniel Ortega no está haciendo política también?
Obviamente, los gobernantes siempre hacen política. Yo no sé cuál es la posición interna del presidente Santos. Pero en todas las encuestas internacionales, desde hace mucho tiempo, el presidente Ortega tiene un 70% del respaldo popular, entonces no creo que necesite estar haciendo política con esto. Es un caso que se interpuso desde la época en la que Arnoldo Alemán era presidente en Nicaragua; no fue inventado por el presidente Ortega.
Nicaragua inicialmente había pedido la isla de San Andrés y los cayos. En ese sentido, la sentencia no favoreció todos los intereses de Nicaragua, ¿no es así?
Absolutamente. Por eso me parece que el manejo que se le dio a esto fue una cuestión completamente contraproducente. En toda la información que teníamos, el llamado cayo de Quitasueño estaba permanentemente hundido, pero Colombia sacó a última hora una inspección que había hecho y en la sentencia de la Corte quedó demostrado que había una piedra de menos de un metro de diámetro, que es el cayo de Quitasueño, y con base en eso Colombia va a tener derechos en alrededor de tres mil kilómetros cuadrados de espacio marítimo. Había muchas maneras de hablar al respecto. La sentencia era absolutamente predecible.