OMS pide “poner en cuarentena la politización del coronavirus”
“Por el amor de Dios, si hay grietas a nivel nacional o internacional veremos muchas bolsas de cadáveres”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud ante la falta de cooperación internacional para combatir la pandemia.
redacción internacional
El director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió en una rueda de prensa este miércoles que se deje de politizar la pandemia global, pues se necesita con urgencia un trabajo en equipo entre todas las naciones del mundo.
“Si no quieren tener más bolsas con cadáveres no lo hagan. La unidad es muy importante para vencer al virus”, señaló con crudeza el jefe de la OMS. “Durante la Guerra Fría, Estados Unidos y la antigua Unión Soviética se unieron para combatir la viruela y sumaron al resto del mundo. Se erradicó en 10 años. Ahora Estados Unidos y China deben unirse para combatir a este peligroso enemigo”, agregó.
Su declaración llega un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que estudia congelar los fondos que su gobierno aporta a la OMS, pues considera que ha sido una organización “sesgada” que juega un papel a favor de China y que esta se equivocó en el manejo de la situación.
"La OMS se equivocó, no avisó a tiempo, podrían haber avisado meses antes, lo habrían sabido, deberían haberlo sabido, probablemente lo sabían", dijo el presidente durante su rueda de prensa diaria sobre el coronavirus. "Cuando se equivocan en cada decisión, no es algo bueno", añadió. Le puede interesar: ¿De Rusia con amor? El dilema de la ayuda como herramienta de geopolítica
Trump, quien recordó que Estados Unidos es el principal donante de la OMS y que financia "la mayor parte" de la organización, ha sostenido una disputa con el gobierno chino acusándolo de tener toda la responsabilidad en la actual crisis mundial. Pekín ha manifestado que el gobierno estadounidense intenta politizar los problemas de salud, en lugar de concentrarse en la seguridad de su pueblo.
A pesar del polémico anuncio del mandatario estadounidense, ya pueden avistarse algunas señales de tregua alcanzadas entre las dos naciones, forzadas, por supuesto, por un interés estratégico del mundo para trabajar en conjunto ante la crisis.
Trump, ya conocido por la poca delicadeza en la elección de sus palabras, abandonó su provocativo término "virus chino" y evitó criticar la respuesta de Pekín desde que el 26 de marzo hablara por teléfono con su homólogo Xi Jinping.
Por otro lado, Cui Tiankai, embajador de China en Washington, exhibió un tono muy diferente en un artículo de opinión en The New York Times en el que habló de su afecto por los estadounidenses y prometió que China haría "todo lo posible para apoyar a Estados Unidos". La portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, agradeció los comentarios de Cui, pero, cortesmente, pidió a China que comparta datos del virus y permita la libertad de expresión. "La verdadera cooperación requiere transparencia y acciones reales, no solo retórica", dijo. Le recomendamos: Coronavirus: ¿peligroso para las democracias?
Cualesquiera que sean las fallas en la respuesta de China, muchos observadores vieron las críticas de Trump hacia Pekín como una estratagema política, una forma de desviar las críticas que recibe por no haber actuado antes para detener la pandemia en su país, donde han muerto casi 13.000 personas. Pero con suministros médicos peligrosamente escasos, Trump también necesita a China, que produce la mitad de las máscaras importadas en Estados Unidos.
"Washington ciertamente no quiere alienar a Pekín hasta el punto de que China prohíba la venta de equipos médicos a Estados Unidos", dijo Elizabeth Economy, directora de estudios sobre Asia en el Consejo de Relaciones Exteriores. "También refleja un sentimiento más amplio en buena parte de Estados Unidos de que este no es momento de jugar a la culpa internacional: la prioridad debe ser salvar vidas estadounidenses y de otros", agrega.
Desde el punto de vista de China, la fricción tiene beneficios limitados, especialmente cuando Pekín está tratando de proyectarse en todo el mundo como un benefactor pandémico.
El Centro de Compromiso Global del Departamento de Estado, que rastrea la propaganda extranjera, dice que las redes sociales estatales chinas ya han eliminado gradualmente las teorías de conspiración que culpan a Estados Unidos.
La principal prioridad de las autoridades chinas ahora es revivir la demanda mundial de sus exportaciones y consideran que la reelección de Trump sería el mejor resultado, temerosos de un intervencionismo mayor de los demócratas en los derechos humanos y en el comercio bilateral, dijo Paal.
China también ve "una oportunidad estratégica histórica" para expandir su poder ya que el presidente de Estados Unidos ha debilitado las alianzas extranjeras del país, subraya Paal. "Mi lectura de los medios oficiales es que están menos comprometidos con la reelección de Trump que hace un año", considera.
Sin embargo, como advierte Ghebreyesus, no es momento para pensar en política, sino en acciones sobre los sistemas de salud. Por el amor de dios, hemos perdido más de 70.000 ciudadanos del mundo. "Si hay grietas a nivel nacional o internacional veremos muchas bolsas de cadáveres", concluyó.
El director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió en una rueda de prensa este miércoles que se deje de politizar la pandemia global, pues se necesita con urgencia un trabajo en equipo entre todas las naciones del mundo.
“Si no quieren tener más bolsas con cadáveres no lo hagan. La unidad es muy importante para vencer al virus”, señaló con crudeza el jefe de la OMS. “Durante la Guerra Fría, Estados Unidos y la antigua Unión Soviética se unieron para combatir la viruela y sumaron al resto del mundo. Se erradicó en 10 años. Ahora Estados Unidos y China deben unirse para combatir a este peligroso enemigo”, agregó.
Su declaración llega un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que estudia congelar los fondos que su gobierno aporta a la OMS, pues considera que ha sido una organización “sesgada” que juega un papel a favor de China y que esta se equivocó en el manejo de la situación.
"La OMS se equivocó, no avisó a tiempo, podrían haber avisado meses antes, lo habrían sabido, deberían haberlo sabido, probablemente lo sabían", dijo el presidente durante su rueda de prensa diaria sobre el coronavirus. "Cuando se equivocan en cada decisión, no es algo bueno", añadió. Le puede interesar: ¿De Rusia con amor? El dilema de la ayuda como herramienta de geopolítica
Trump, quien recordó que Estados Unidos es el principal donante de la OMS y que financia "la mayor parte" de la organización, ha sostenido una disputa con el gobierno chino acusándolo de tener toda la responsabilidad en la actual crisis mundial. Pekín ha manifestado que el gobierno estadounidense intenta politizar los problemas de salud, en lugar de concentrarse en la seguridad de su pueblo.
A pesar del polémico anuncio del mandatario estadounidense, ya pueden avistarse algunas señales de tregua alcanzadas entre las dos naciones, forzadas, por supuesto, por un interés estratégico del mundo para trabajar en conjunto ante la crisis.
Trump, ya conocido por la poca delicadeza en la elección de sus palabras, abandonó su provocativo término "virus chino" y evitó criticar la respuesta de Pekín desde que el 26 de marzo hablara por teléfono con su homólogo Xi Jinping.
Por otro lado, Cui Tiankai, embajador de China en Washington, exhibió un tono muy diferente en un artículo de opinión en The New York Times en el que habló de su afecto por los estadounidenses y prometió que China haría "todo lo posible para apoyar a Estados Unidos". La portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, agradeció los comentarios de Cui, pero, cortesmente, pidió a China que comparta datos del virus y permita la libertad de expresión. "La verdadera cooperación requiere transparencia y acciones reales, no solo retórica", dijo. Le recomendamos: Coronavirus: ¿peligroso para las democracias?
Cualesquiera que sean las fallas en la respuesta de China, muchos observadores vieron las críticas de Trump hacia Pekín como una estratagema política, una forma de desviar las críticas que recibe por no haber actuado antes para detener la pandemia en su país, donde han muerto casi 13.000 personas. Pero con suministros médicos peligrosamente escasos, Trump también necesita a China, que produce la mitad de las máscaras importadas en Estados Unidos.
"Washington ciertamente no quiere alienar a Pekín hasta el punto de que China prohíba la venta de equipos médicos a Estados Unidos", dijo Elizabeth Economy, directora de estudios sobre Asia en el Consejo de Relaciones Exteriores. "También refleja un sentimiento más amplio en buena parte de Estados Unidos de que este no es momento de jugar a la culpa internacional: la prioridad debe ser salvar vidas estadounidenses y de otros", agrega.
Desde el punto de vista de China, la fricción tiene beneficios limitados, especialmente cuando Pekín está tratando de proyectarse en todo el mundo como un benefactor pandémico.
El Centro de Compromiso Global del Departamento de Estado, que rastrea la propaganda extranjera, dice que las redes sociales estatales chinas ya han eliminado gradualmente las teorías de conspiración que culpan a Estados Unidos.
La principal prioridad de las autoridades chinas ahora es revivir la demanda mundial de sus exportaciones y consideran que la reelección de Trump sería el mejor resultado, temerosos de un intervencionismo mayor de los demócratas en los derechos humanos y en el comercio bilateral, dijo Paal.
China también ve "una oportunidad estratégica histórica" para expandir su poder ya que el presidente de Estados Unidos ha debilitado las alianzas extranjeras del país, subraya Paal. "Mi lectura de los medios oficiales es que están menos comprometidos con la reelección de Trump que hace un año", considera.
Sin embargo, como advierte Ghebreyesus, no es momento para pensar en política, sino en acciones sobre los sistemas de salud. Por el amor de dios, hemos perdido más de 70.000 ciudadanos del mundo. "Si hay grietas a nivel nacional o internacional veremos muchas bolsas de cadáveres", concluyó.