¿Otra Crimea? Rusia se alista para anexar territorio de Ucrania
El resultado de los referendos impulsados por las regiones separatistas prorrusas en Ucrania es evidente: Rusia anexaría estos territorios y podría amenazar con respuestas serias si Occidente continúa con ataques en lo que el Kremlin consideraría ahora territorio ruso.
María Paula Ardila
Miles de ucranianos en las regiones ocupadas han huido, y los que se quedaron no tuvieron otra opción que vivir con una guerra que incluso llegó hasta las urnas. “¿Cómo pueden decir que votar es voluntario cuando vinieron con armas?”, le contó a The New York Times Natalia, quien vive en la región ucraniana de Jersón, donde la administración prorrusa convocó un polémico referendo de integración con Rusia, que también se llevó a cabo en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, así como en la región de Zaporiyia. La votación va hasta este 27 de septiembre, y el resultado es más que predecible: Rusia, en una votación ilegal, anexará estos territorios ucranianos, un asunto que tendría repercusiones en la guerra.
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Miles de ucranianos en las regiones ocupadas han huido, y los que se quedaron no tuvieron otra opción que vivir con una guerra que incluso llegó hasta las urnas. “¿Cómo pueden decir que votar es voluntario cuando vinieron con armas?”, le contó a The New York Times Natalia, quien vive en la región ucraniana de Jersón, donde la administración prorrusa convocó un polémico referendo de integración con Rusia, que también se llevó a cabo en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, así como en la región de Zaporiyia. La votación va hasta este 27 de septiembre, y el resultado es más que predecible: Rusia, en una votación ilegal, anexará estos territorios ucranianos, un asunto que tendría repercusiones en la guerra.
“Posiblemente van a declarar esas zonas como territorios rusos, lo que significa que, desde el punto de vista de Rusia, esto será ahora su territorio, pese a que ningún país va a reconocer el referendo”, nos explicó el experto Vladimir Rouvinski. Algo que también nos comentó el internacionalista Jesús Agreda Rudenko: “Estamos hablando de una situación en la que se hace un referendo en zonas bajo ocupación militar, lo que significa que esa autoridad político-militar, impuesta por Rusia, es la encargada de organizar, llevar a cabo y generar los resultados del proceso, sin ningún tipo de control o supervisión. Es muy seguro que el resultado será favorable para Rusia”.
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A estas votaciones se sumó el anuncio de Vladimir Putin sobre una nueva campaña de movilización parcial que convocaría a unos 300.000 reservistas rusos con experiencia militar. Estos nuevos reclutas entrarían a luchar en los territorios anexados, donde Ucrania adelanta una contraofensiva que ha hecho retroceder a las fuerzas rusas después de meses de estancamiento. “La declaración de una movilización parcial, por ejemplo, significa que Rusia está experimentando problemas severos en el campo de combate; es básicamente un reconocimiento de que está perdiendo la iniciativa, a pesar de los discursos oficiales y sus narrativas”, explicó Rouvinski. De ahí el afán de una votación como esta: llegar a perder lo poco que Rusia ganó tras la invasión.
“El llamado referendo es más como una encuesta de opinión bajo el cañón de las ametralladoras”, escribió el sábado Serhiy Haidai, gobernador ucraniano de la región oriental de Lugansk. Algo parecido ocurre en la región de Jersón, donde soldados y trabajadores electorales se acercaron a los peatones, y a sus propias casas, para pedirles su voto, sin fijarse en registros electorales o documentos de identificación, según le contó Serhiy, un residente de la zona, al Times. “Golpean fuerte, tocan el timbre, le dan a la gente una boleta y señalan con su rifle dónde poner la marca”, sostuvo el exiliado alcalde ucraniano de la ciudad de Energodar, Dmytro Orlov, al mismo diario estadounidense.
¿Qué puede cambiar tras el referendo?
En términos prácticos, según comenta Rudenko, se van a incluir estos territorios dentro de las estructuras administrativas rusas y se empezará a aplicar la legislación de ese país en la región, dejando a la población civil en una situación muy compleja, más aún en medio de la guerra.
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“La anexión del territorio ucraniano a Rusia implicaría que si Ucrania continúa luchando para recuperar su territorio, el Kremlin consideraría la acción militar como un ataque a la soberanía de Rusia, la nación con el arsenal nuclear más grande del mundo”, escribió Andrew E. Kramer, del Times.
Otros comentan que estos falsos referendos se ven como una herramienta política para lograr el objetivo militar de asegurar la posición de Moscú. “La idea es crear el pretexto del apoyo popular para justificar una mayor acción militar”, le comentó Natalia Savelyeva, miembro del Centro de Análisis de Políticas Europeas, al Washington Post.
Pero lo cierto es que, pese a que esto podría ser sinónimo de una escalada, Rusia también tiene sus desventajas, sobre todo a la hora de reclutar a 300.000 reservistas a las zonas anexadas: “Uno de los grandes problemas para Rusia, desde ese punto de vista, es que las capacidades para poder movilizar a las personas dentro del país son débiles. No estamos hablando de la Unión Soviética que tenía ese sistema listo; en Rusia el mecanismo es débil”, dijo Rouvinski.
En ese sentido, el impacto de la movilización parcial sería a mediano plazo. Esto le da tiempo a Ucrania para avanzar en el terreno. “El impacto inmediato en la movilización se ve en la política interna rusa, el régimen se vuelve cada vez dictatorial y básicamente pueden limitar aún más los derechos de los rusos y prohibir cualquier crítica contra el gobierno. Estamos hablando de una militarización interna de las políticas rusas”, agregó el analista.
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Sin mencionar que los referendos tampoco van a frenar la agenda militar de Ucrania. “Hay poderosos incentivos para que Ucrania continúe atacando ese territorio. El ejército ruso está en su punto más débil en este momento”, explicó Dara Massicot, investigadora principal en Rand Corp, al Post. De hecho, en las últimas semanas, dos contraofensivas ucranianas, una en el sur cerca de Jersón y otra en el este cerca de Járkov, han hecho retroceder a las fuerzas rusas después de meses de estancamiento en las líneas del frente, como lo señalaron expertos del Instituto de la Paz de Estados Unidos.
Ucrania tampoco se quedó quieta en medio de las votaciones: el ejército de ese país destruyó este fin de semana tanques rusos, piezas de artillería y tuvo avances significativos en la ciudad de Shevchenko en Donetsk, y en Maliivka, un pueblo cercano a Jarkóv.
¿Otra Crimea?
La votación que culmina este martes fue criticada por líderes mundiales, como el presidente de EE. UU., Joe Biden; el secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente francés, Emmanuel Macron. El rechazo internacional será evidente, así como ocurrió en 2014, cuando Moscú anexó la península de Crimea después de un referendo que también se llevó a cabo bajo ocupación militar, sin ninguna represalia en respuesta.
“La disuasión [sobre una guerra nuclear] hace muy difícil para los Estados occidentales hacer algo más significativo para apoyar a Ucrania. Esto lo vimos en Crimea: a pesar del rechazo generalizado y a la condena generada, incluyendo todas las sanciones, no se pudo hacer nada más”, aseveró Agreda Rudenko.
Sin embargo, Rouvinski dice que hay que separar algunos aspectos de ambas votaciones. “En el caso de Crimea, el escenario, tanto internacional como local, era distinto. Aunque el referendo de 2014 no cumplió con las normas mínimas internacionales, y no tenía ningún tipo de legitimidad, una parte importante de la población, que eran étnicamente rusos, sí quería pertenecer a Rusia. Además, no hubo combate; Ucrania no aceptó los resultados, pero no dio pelea por Crimea”, sostuvo el analista. Pero sí es cierto que lo que ocurrió en 2014 le abrió una puerta clave al Kremlin.
“Aunque hubo acciones contra Rusia, durante muchos años existió un status quo de facto reconocimiento de la posición de Rusia sobre Crimea. No hubo un rechazo más fuerte, lo que trazó un camino para Putin y así usar el mismo modus operandi ahora”, agregó Rouvinski.