Parlamento de Uganda aprueba ley que castiga a las personas homosexuales
Las personas homosexuales podrían ser condenadas a cadena perpetua o pena de muerte, por su orientación sexual.
El pasado martes 21 de marzo, el Parlamento de Uganda aprobó el proyecto de ley que, de ser ratificado por el presidente de ese país, Yoweri Museveni, condenará a cadena perpetua a las personas de la población LGBTIQ. Asimismo, castigará con pena de muerte lo que han tipificado como “homosexualidad agravada”. Esta decisión ha preocupado a activistas y países aliados a la nación africana.
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La propuesta legislativa fue adoptada en un tiempo récord, según declaró la presidenta de la Cámara, Annet Anita Among, luego de anunciar los resultados de la votación, en la que el 73 % de los más de 500 diputados votaron a favor.
Con aplausos y cánticos, los partidarios de la ley celebraron la decisión parlamentaria, que modifica el texto inicial, en el que se establecían condenas de hasta diez años de prisión para personas que “realizaran actos considerados homosexuales” o se reivindicaran como parte de la comunidad LGBTIQ.
“Vamos a aplicar la ley para asegurarnos de que los homosexuales no tienen espacio en Uganda”, dijo el parlamentario Musa Ecweru durante el debate de aprobación.
El proyecto fue presentado por primera vez el pasado 9 de marzo por el diputado Asuman Basalirwa, del minoritario partido opositor Justice Forum (JEEMA). Según el documento legislativo, se busca proteger los valores familiares tradicionales y las diversas culturas y creencias de Uganda. Asimismo, los parlamentarios que están a favor han argumentado que los países occidentales tratan de imponer tendencias sexuales ajenas a las tradiciones de la nación e incluso que las personas LGBTIQ intentan que los infantes secunden su causa. Esto va en contravía de los estándares internacionales en materia de derechos humanos que reconocen la orientación sexual como un derecho de las personas.
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Basalirwa presentó el texto después de que el Consejo Interreligioso de Uganda manifestase su intención de apoyar de nuevo un proyecto de ley impulsado en 2014 para castigar a los “homosexuales reincidentes” con la cadena perpetua. Sin embargo, el Tribunal Constitucional anuló el mismo año ese proyecto de ley, condenado por numerosos países occidentales, por falta de cuórum durante su votación en el Parlamento.
Si bien la homosexualidad ya es ilegal en Uganda, pues el Código penal estableció en 1950 que estaban prohibidas las relaciones carnales entre personas del mismo sexo, y que, por lo mismo, podrían ir a la cárcel; de ser aprobada la propuesta legislativa, se introducirían nuevos delitos penales.
¿Qué propone este proyecto de ley?
El texto legislativo define como “homosexualidad agravada” a una serie de acciones que serán castigadas con la pena de muerte. Entre estas está mantener relaciones íntimas con un menor de edad o una persona con discapacidad del mismo sexo; también el hecho de si alguien seropositivo tiene un encuentro sexual con una persona de su mismo sexo. Asimismo, si un agresor viola a una persona del mismo sexo o si usa drogas o cualquier otro tipo de sustancias para convencerla de mantener relaciones carnales.
Para las relaciones íntimas de lesbianas, gays, transgéneros, queer o cualquier otra identidad sexual o de género contraria a las categorías binarias de hombre y mujer, el proyecto de ley contempla 20 años de prisión, una pena mayor a los diez años que estipulaba en un principio.
El mismo castigo se aplicará a los que “alienten o persuadan a otras personas del mismo sexo” a mantener relaciones sexuales, así como a los que anuncien, publiquen o brinden apoyo financiero a cualquier acto, privado o público, de la comunidad LGBTIQ algo que será considerado como “promoción de la homosexualidad”.
El proyecto también sanciona con hasta diez años de cárcel a los dueños de locales donde se practican “actos de homosexualidad” o a los que asistan a una boda de personas con el mismo sexo.
Preocupación entre la comunidad LGBTIQ
Los activistas LGBTIQ de Uganda mostraron de inmediato su rechazo al proyecto de ley, pues su vida está en riesgo. “La identidad de cualquier persona o la forma en la que nos expresamos será vigilada y criminalizada”, señaló el activista ugandés pro derechos humanos Frank Mugisha, al advertir de una posible “caza de brujas” contra esa comunidad.
La ONU, la Unión Europea y Amnistía Internacional también expresaron su rechazo. Nabila Massrali, portavoz de exteriores de la Comisión Europea, recordó que la “criminalización de la homosexualidad es contraria al código internacional de los derechos humanos”.
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Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, urgió al Gobierno ugandés a “reconsiderar seriamente la implementación de esta legislación”. Sin embargo, el presidente Museveni, quien lleva en el poder desde 1986, el pasado jueves calificó a los homosexuales como “desviaciones de lo normal” y acusó a Occidente de querer imponer esa inclinación sexual en África.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos establece que la discriminación que se ejerce contra los miembros del colectivo LGBTIQ socava los principios de derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por tanto, en virtud del derecho internacional, es responsabilidad de todos los Estados promover y proteger los derechos de todas las personas, sin discriminación alguna.
“Esta legislación profundamente represiva institucionalizará la discriminación, el odio y los prejuicios contra las personas LGBTI, y bloqueará el trabajo legítimo de la sociedad civil, los profesionales de la salud pública y los líderes comunitarios”, dijo Tigere Chagutah, representante de Amnistía Internacional.
El pasado martes 21 de marzo, el Parlamento de Uganda aprobó el proyecto de ley que, de ser ratificado por el presidente de ese país, Yoweri Museveni, condenará a cadena perpetua a las personas de la población LGBTIQ. Asimismo, castigará con pena de muerte lo que han tipificado como “homosexualidad agravada”. Esta decisión ha preocupado a activistas y países aliados a la nación africana.
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La propuesta legislativa fue adoptada en un tiempo récord, según declaró la presidenta de la Cámara, Annet Anita Among, luego de anunciar los resultados de la votación, en la que el 73 % de los más de 500 diputados votaron a favor.
Con aplausos y cánticos, los partidarios de la ley celebraron la decisión parlamentaria, que modifica el texto inicial, en el que se establecían condenas de hasta diez años de prisión para personas que “realizaran actos considerados homosexuales” o se reivindicaran como parte de la comunidad LGBTIQ.
“Vamos a aplicar la ley para asegurarnos de que los homosexuales no tienen espacio en Uganda”, dijo el parlamentario Musa Ecweru durante el debate de aprobación.
El proyecto fue presentado por primera vez el pasado 9 de marzo por el diputado Asuman Basalirwa, del minoritario partido opositor Justice Forum (JEEMA). Según el documento legislativo, se busca proteger los valores familiares tradicionales y las diversas culturas y creencias de Uganda. Asimismo, los parlamentarios que están a favor han argumentado que los países occidentales tratan de imponer tendencias sexuales ajenas a las tradiciones de la nación e incluso que las personas LGBTIQ intentan que los infantes secunden su causa. Esto va en contravía de los estándares internacionales en materia de derechos humanos que reconocen la orientación sexual como un derecho de las personas.
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Basalirwa presentó el texto después de que el Consejo Interreligioso de Uganda manifestase su intención de apoyar de nuevo un proyecto de ley impulsado en 2014 para castigar a los “homosexuales reincidentes” con la cadena perpetua. Sin embargo, el Tribunal Constitucional anuló el mismo año ese proyecto de ley, condenado por numerosos países occidentales, por falta de cuórum durante su votación en el Parlamento.
Si bien la homosexualidad ya es ilegal en Uganda, pues el Código penal estableció en 1950 que estaban prohibidas las relaciones carnales entre personas del mismo sexo, y que, por lo mismo, podrían ir a la cárcel; de ser aprobada la propuesta legislativa, se introducirían nuevos delitos penales.
¿Qué propone este proyecto de ley?
El texto legislativo define como “homosexualidad agravada” a una serie de acciones que serán castigadas con la pena de muerte. Entre estas está mantener relaciones íntimas con un menor de edad o una persona con discapacidad del mismo sexo; también el hecho de si alguien seropositivo tiene un encuentro sexual con una persona de su mismo sexo. Asimismo, si un agresor viola a una persona del mismo sexo o si usa drogas o cualquier otro tipo de sustancias para convencerla de mantener relaciones carnales.
Para las relaciones íntimas de lesbianas, gays, transgéneros, queer o cualquier otra identidad sexual o de género contraria a las categorías binarias de hombre y mujer, el proyecto de ley contempla 20 años de prisión, una pena mayor a los diez años que estipulaba en un principio.
El mismo castigo se aplicará a los que “alienten o persuadan a otras personas del mismo sexo” a mantener relaciones sexuales, así como a los que anuncien, publiquen o brinden apoyo financiero a cualquier acto, privado o público, de la comunidad LGBTIQ algo que será considerado como “promoción de la homosexualidad”.
El proyecto también sanciona con hasta diez años de cárcel a los dueños de locales donde se practican “actos de homosexualidad” o a los que asistan a una boda de personas con el mismo sexo.
Preocupación entre la comunidad LGBTIQ
Los activistas LGBTIQ de Uganda mostraron de inmediato su rechazo al proyecto de ley, pues su vida está en riesgo. “La identidad de cualquier persona o la forma en la que nos expresamos será vigilada y criminalizada”, señaló el activista ugandés pro derechos humanos Frank Mugisha, al advertir de una posible “caza de brujas” contra esa comunidad.
La ONU, la Unión Europea y Amnistía Internacional también expresaron su rechazo. Nabila Massrali, portavoz de exteriores de la Comisión Europea, recordó que la “criminalización de la homosexualidad es contraria al código internacional de los derechos humanos”.
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Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, urgió al Gobierno ugandés a “reconsiderar seriamente la implementación de esta legislación”. Sin embargo, el presidente Museveni, quien lleva en el poder desde 1986, el pasado jueves calificó a los homosexuales como “desviaciones de lo normal” y acusó a Occidente de querer imponer esa inclinación sexual en África.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos establece que la discriminación que se ejerce contra los miembros del colectivo LGBTIQ socava los principios de derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por tanto, en virtud del derecho internacional, es responsabilidad de todos los Estados promover y proteger los derechos de todas las personas, sin discriminación alguna.
“Esta legislación profundamente represiva institucionalizará la discriminación, el odio y los prejuicios contra las personas LGBTI, y bloqueará el trabajo legítimo de la sociedad civil, los profesionales de la salud pública y los líderes comunitarios”, dijo Tigere Chagutah, representante de Amnistía Internacional.