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El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo este martes que ha escuchado la cólera de los "chalecos amarillos" que protestan contra el alza de los impuestos a los carburantes, pero señaló que no renunciará a esta medida "frente a la alarma medioambiental".
"Debemos escuchar las protestas de alarma social, pero no debemos hacerlo renunciando a nuestras responsabilidades para hoy y mañana, porque existe también una alarma medioambiental", dijo el mandatario francés en un discurso en el Palacio del Elíseo retransmitido en directo por televisión. "He aprendido de los últimos días que no debemos abandonar el rumbo cuando es correcto", añadió el presidente.
No obstante, tendiendo la mano a los manifestantes, anunció que los impuestos sobre los carburantes serán adaptados en función de las fluctuaciones del precio del barril del petróleo, para proteger el bolsillo de los ciudadanos más modestos.
"Me niego a que la transición ecológica acentúe las desigualdades entre territorios y dificulte aún más la vida de nuestros conciudadanos que viven en zonas rurales o periurbanas", dijo el jefe de Estado en un discurso de casi una hora en el que abordó un amplio abanico de temas vinculados a la energía y el transporte. Le recomendamos: Nuevas protestas en Francia en contra de Macron
Según la presidencia, en caso de aumento de los precios del petróleo en los mercados mundiales, el incremento fiscal previsto sería puesto parcialmente o totalmente entre paréntesis. Será el gobierno el que tomará la decisión, indicó la oficina del primer ministro.
"Fin del mundo o fin del mes, debemos tratar los dos" temas, sentenció Macron, haciendo hincapié en la necesidad de conciliar las exigencias sociales y la urgencia medioambiental.
El movimiento de los llamados "chalecos amarillos" nació hace unas semanas en Francia contra un incremento de los impuestos sobre los carburantes, pero se ha convertido en una protesta general contra la pérdida del poder adquisitivo y los impuestos considerados por muchos excesivos.
Una primera movilización nacional aglutinó hace diez días a cerca de 300.000 personas en todo el país y a alrededor de 100.000 el sábado pasado, entre ellos 8.000 en París, donde se produjeron violentos enfrentamientos entre los manifestantes y la policía en la famosa avenida de los Campos Elíseos.
"Este movimiento ha dado lugar a manifestaciones importantes, pero también a violencias inaceptables", dijo Macron. Pero añadió que diferencia a los "alborotadores" de los "ciudadanos que quieren transmitir un mensaje".
En este sentido, pidió al ministro de la Transición Ecológica, François de Rugy, que reciba a los miembros de los "chalecos amarillos" el martes por la tarde en el Elíseo.
Anunció también una "gran consulta" sobre "la transición ecológica y social" para responder a la cólera de estos manifestantes que protestan ataviados con chalecos fluorescentes amarillos. Esta consulta se llevará a cabo en todo el país junto a asociaciones, políticos y representantes del movimiento.
Sobre el tema nuclear, Macron anunció el cierre de 14 de los 58 reactores nucleares franceses en funcionamiento para 2035, incluidos entre cuatro y seis antes de finales de 2030, menos de lo que esperaban los ecologistas.
La cifra total incluye el cierre anunciado previamente de los dos reactores más antiguos de Francia en la central de Fessenheim, en el este del país, que Macron anunció que estaba ahora previsto para el verano de 2020.
Anunció además que Francia cerrará antes del final de 2022 las cuatro centrales de carbón que le quedan en el marco de sus esfuerzos para luchar contra la contaminación. Vea también: Incidentes y disturbios en nueva protesta de "chalecos amarillos"
En su discurso, en el que expuso la política energética de su gobierno para los próximos años, subrayó que "reducir el papel de la energía nuclear no significa renunciar a ella".
Francia depende de la energía nuclear para casi el 72% de su electricidad, y el gobierno quiere reducir esta dependencia al 50% antes de 2030 o 2035 desarrollando las energías renovables para cumplir con sus compromisos internacionales en materia medioambiental.
El presidente dijo que pedirá al gigante de la electricidad EDF que estudie la viabilidad de más reactores nucleares EPR de nueva generación, pero que esperará hasta 2021 para decidir sobre su construcción.
EDF está construyendo el primer reactor EPR en Flamanville, en el noroeste del país, pero el proyecto inicialmente previsto para 2012 acumula retrasos, fallos y sobrecostes.