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India es escenario de un episodio de censura muy grave. Twitter, Instagram y Facebook parecen haber cumplido con la orden del gobierno indio que, tras verse acorralado por las críticas a su gestión durante la segunda ola de casos de COVID-19, le pidió a las redes sociales eliminar cualquier comentario negativo sobre la dirección del gobierno.
Según Reuters, Twitter retuvo algunos tuits, incluidos algunos de legisladores de la oposición, después de que el gobierno le envió una solicitud legal a la compañía para no publicar las críticas sobre su gestión. En India existe una ley, bautizada la Ley de Tecnología de la Información de 2000, que le permite a las autoridades ordenar el bloqueo del acceso público a la información para proteger la “soberanía e integridad de la India” y mantener el orden público.
“La supresión de información y las críticas al gobierno no solo son peligrosas para India, sino que ponen en riesgo a personas de todo el mundo. La libertad de investigación es una parte intrínseca de la libertad de expresión. Estas restricciones reflejan aún más el debilitamiento de todos los espacios institucionales en India”, señaló Mirza Saaib Beg, abogado indio que se vio afectado por la decisión de Twitter.
El primer ministro Narendra Modi ha sido señalado como el responsable de la actual crisis en el país. Al igual que las autoridades estatales, Modi ignoró los consejos de los expertos, bajó la guardia a principios de 2021, flexibilizó las restricciones y permitió grandes reuniones políticas y religiosas poco después de que el promedio de casos por día cayera por debajo de los 10.000. Ahora India tiene un promedio de más de 300.000 casos al día y un muerto por COVID-19 cada cinco minutos.
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El gobierno ha señalado que estas publicaciones de la oposición que se quejan de la situación y las críticas a la gestión de Modi podrían “incitar al pánico”. Twitter ha respondido que si el contenido de una publicación es señalado como ilegal en una jurisdicción en particular, podía retener el acceso a este contenido.
La reacción de Twitter ha sido suave y diplomática, pues se enfrenta a una difícil decisión: acogerse a los pedidos del gobierno y reprimir el debate público, o rechazar sus solicitudes y enfrentarse a sanciones contra sus empleados.
Este episodio de censura y los evidentes intentos del gobierno para silenciar a la oposición solo profundizan el conflicto entre Modi y las redes sociales estadounidenses. Las disputas por los discursos en línea son cada vez más comunes. Hace unos meses, el gobierno impulsó una política para vigilar lo que los ciudadanos hacen y dicen en línea, lo que para los críticos es una manera de controlar a la oposición, y arremetió contra Twitter para que se ciñera a su línea. La compañía cedió ante las amenazas de arrestar a sus empleados en el país y bloqueó cuentas que fueron señaladas por el gobierno como “incitadoras del pánico”.
El gran perjudicado de la disputa entre el gobierno y las redes sociales es el pueblo, que pierde un importante canal de debate y una plataforma de ayuda en medio de la crisis. La emergencia sanitaria en India es evidente: escasez de vacunas, escasez de oxígeno, escasez de medicamentos y aumento del número de muertes, que podría ser mucho mayor al que se dice.
“El gobierno sabe que es más fácil eliminar los tuits que garantizar el suministro de oxígeno”, dijo Aftab Alam, profesor de la Universidad de Delhi.
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