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La presencia de redes de crimen organizado en varios niveles del Gobierno y las instituciones venezolanas es el principal motivo que ha llevado al centro de investigación del crimen organizado InSight Crime a concluir en un estudio que el país es un "Estado mafioso".
"Empezamos estudiando a miembros del régimen bolivariano y sus vínculos con la actividad criminal y eso fue el punto que nos llevó a la conclusión de que Venezuela es un Estado mafioso", dijo a la prensa el director ejecutivo de la organización, Jeremy McDermott, quien presentó el estudio hoy en Bogotá.
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El director agregó que hay "líderes de las instituciones venezolanas involucrados (...) en redes criminales" de "narcotráfico, contrabando de gasolina y el mercado negro de comida y canasta básica", un negocio del que dijo es "tremendamente lucrativo".
Entre los señalados por el informe están algunos de los principales políticos del país, como el diputado de la Asamblea Nacional y expresidente del mismo organismo Diosdado Cabello, el vicepresidente del país, Tareck El Aissami; el ministro del Interior, Néstor Luis Reverol, y la primera dama de Venezuela, Cilia Flores.
Entre los más de 100 archivos recogidos por InSight Crime también se encuentran gobernadores del país, directivos de PDVSA, la petrolera estatal, cargos de las fuerzas de seguridad y miembros y exmiembros del Ejecutivo.
El estudio, titulado "Venezuela: ¿Un Estado mafioso?" y difundido en alianza con la Universidad colombiana del Rosario, es el resultado de tres años de investigaciones.
La publicación también alerta del "crecimiento exponencial" del crimen organizado "estatal y no estatal" en los últimos seis años y apunta que más de 16 "megabandas", organizaciones con control territorial y economías ilegales diversificadas, operan en Venezuela, algunas con más de 300 miembros.
Además, McDermott detalló que el Gobierno venezolano contribuyó a ese crecimiento al dar "poder a estructuras criminales (...) fuera de las fuerzas armadas" que "actúan en muchos casos con la bendición del Estado".
El informe también profundizó en el fenómeno del narcotráfico, algo que no se puede "desligar" de Colombia, ya que el "principal país de tránsito para la cocaína" colombiana es Venezuela, donde la droga se transporta habitualmente a República Dominicana para exportarla desde allí a Estados Unidos y Europa.
El director de InSight Crime detalló que entre 115 y 150 toneladas de cocaína pasan por Venezuela cada año y explicó que el producto ilícito llega allí con la connivencia del Gobierno: "Hemos visto la participación del Estado en la salida de narcovuelos, que están saliendo sin ser molestados".
Esta ruta de la cocaína "es posible por el flujo" que sale "desde Colombia hacia venezuela" y que cruza la frontera "sin problema", agregó.
El estudio también asegura que la economía ilegal más allá del narcotráfico tiene una amplia presencia en el país y en la zona fronteriza a raíz del contrabando de gasolina, del que se nutren muchos grupos ilegales colombianos, y por la expansión del mercado negro de productos básicos.
McDermott agregó que otra característica de Venezuela es la "cleptocracia", ya que un negocio "más lucrativo que el narcotráfico ha sido robar de una manera sistemática las arcas del Estado".
Sin embargo, el estudio sustenta que estos métodos de criminalidad no se observan en los migrantes que dejan Venezuela de manera masiva principalmente hacia Colombia.
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Arlene Tickner, profesora de la Universidad del Rosario e investigadora del Observatorio de Crimen Organizado, afirmó que "la solución" a ese fenómeno "no es cerrar la frontera" sino "diseñar políticas para recibir y acoger" a los que huyen de Venezuela "principalmente por razones humanitarias".
Para concluir, McDermott reflexionó que el régimen bolivariano fue creado por Hugo Chávez "para mantenerse en el poder".
Sin embargo, los mecanismos de control y "falta de transparencia" con ese fin propiciaron la expansión del crimen organizado y llevó a Venezuela a ser un "Estado mafioso".