Protestas en Sudán: siete personas muertas y más de 100 heridas mientras marchaban
Desde el inicio de estas marchas han fallecido 71 personas. Estados Unidos decidió enviar a dos emisarios para pedir fin a la violencia.
Durante la última jornada de protestas siete manifestantes fueron abatidos en Sudán. Esta movilización fue hecha en contra el golpe de Estado del general Abdel Fatah al Burhan, y ha sido una de las más sangrientas desde el inicio de las marchas en el mes de octubre.
Desafiando las patrullas policiales y a los militares armados, miles de sudaneses volvieron a tomarse las calles de Jartum y de otras ciudades del país.
Por otra parte, en la capital, los manifestantes fueron reprimidos con balas, granadas lacrimógenas, aturdidoras y cañones de agua,según informaron fuentes médicas. Hasta el momento, siete manifestantes fallecieron.
Por otro lado, dos emisarios de Estados Unidos están en camino a Jartum, la capital, para pedir a las fuerzas de seguridad sudanesas que pongan “fin a la violencia” contra los manifestantes, de acuerdo con un comunicado hecho por este país norteamericano.
Ned Price, el portavoz del Departamento de Estado, anunció que están “preocupados por las informaciones de una aumento en la violencia contra los manifestantes en Sudán”, tuiteó este vocero.
Desde el inicio de este golpe de Estado, que comenzó el 25 de octubre, han fallecido 71 manifestantes. La policía, por su parte, indicó que uno de sus generales fue apuñalado a muerte por unos manifestantes que, según advirtió el cuerpo armado, serán juzgados en virtud de las leyes de excepción que rigen en el país desde este golpe de Estado.
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Estos actos violentos se prolongaron durante toda la tarde del lunes. A Jartum, llegó a las inmediaciones del palacio presidencial, el antiguo cuartel general del dictador Omar al Bashir, quién dimitió en 2019 por la presión de los manifestantes en las calles. En la actualidad, el palacio es la sede de las autoridades de transición, quienes están bajo el mando del general Burhan.
Los suburbios de la capital también fueron escenario de protestas reprimidas con violencia. En Omdurmán, varios grupos de manifestantes quemaron neumáticos y levantaron barricadas para prohibir el paso por las carreteras; en Jartum Norte, a su vez, miles de ciudadanos salieron a las calles gritando: “¡Los militares al cuartel!” y “¡Ya no hay vuelta atrás!”.
Las manifestaciones son duramente aplacadas por las fuerzas de seguridad, quienes, según denunció la Organización Mundial de la Salud, OMS, también suelen atacar a los heridos y a los médicos en los hospitales.
El gobierno, para los civiles
La movilización no se limita únicamente a la capital del país.
En Madani, a 200 kilómetros al sur de Sudán, “unos 2.000 manifestantes desfilaron al grito de: ‘¡Solo queremos civiles en el poder!’”, de acuerdo a lo que le dijo a la AFP, Imed Mohammed, uno de los testigos.
Sudán es un país de 45 millones de habitantes, que está sumido en una crisis política desde el golpe de Estado dirigido por Burhan, comandante en jefe del ejército.
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Estos manifestantes perciben este golpe como un retorno al régimen de Omar al Bashir, quien mantuvo una dictadura de corte islamista en el poder durante 30 años. Sudán es un estado desde su independencia hace 66 años solo ha conocido gobiernos militares.
La ONU, por su parte, está intentando organizar una mesa de diálogo para impulsar una transición democrática en Sudán.
Para cumplir con su misión en Jartum se han reunido con diferentes personalidades en el poder, también con miembros de la sociedad civil, con asociaciones de mujeres y de jóvenes. Aunque hasta el momento todavía no han logrado un acuerdo para convocar las negociaciones entre estas partes.
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Durante la última jornada de protestas siete manifestantes fueron abatidos en Sudán. Esta movilización fue hecha en contra el golpe de Estado del general Abdel Fatah al Burhan, y ha sido una de las más sangrientas desde el inicio de las marchas en el mes de octubre.
Desafiando las patrullas policiales y a los militares armados, miles de sudaneses volvieron a tomarse las calles de Jartum y de otras ciudades del país.
Por otra parte, en la capital, los manifestantes fueron reprimidos con balas, granadas lacrimógenas, aturdidoras y cañones de agua,según informaron fuentes médicas. Hasta el momento, siete manifestantes fallecieron.
Por otro lado, dos emisarios de Estados Unidos están en camino a Jartum, la capital, para pedir a las fuerzas de seguridad sudanesas que pongan “fin a la violencia” contra los manifestantes, de acuerdo con un comunicado hecho por este país norteamericano.
Ned Price, el portavoz del Departamento de Estado, anunció que están “preocupados por las informaciones de una aumento en la violencia contra los manifestantes en Sudán”, tuiteó este vocero.
Desde el inicio de este golpe de Estado, que comenzó el 25 de octubre, han fallecido 71 manifestantes. La policía, por su parte, indicó que uno de sus generales fue apuñalado a muerte por unos manifestantes que, según advirtió el cuerpo armado, serán juzgados en virtud de las leyes de excepción que rigen en el país desde este golpe de Estado.
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Estos actos violentos se prolongaron durante toda la tarde del lunes. A Jartum, llegó a las inmediaciones del palacio presidencial, el antiguo cuartel general del dictador Omar al Bashir, quién dimitió en 2019 por la presión de los manifestantes en las calles. En la actualidad, el palacio es la sede de las autoridades de transición, quienes están bajo el mando del general Burhan.
Los suburbios de la capital también fueron escenario de protestas reprimidas con violencia. En Omdurmán, varios grupos de manifestantes quemaron neumáticos y levantaron barricadas para prohibir el paso por las carreteras; en Jartum Norte, a su vez, miles de ciudadanos salieron a las calles gritando: “¡Los militares al cuartel!” y “¡Ya no hay vuelta atrás!”.
Las manifestaciones son duramente aplacadas por las fuerzas de seguridad, quienes, según denunció la Organización Mundial de la Salud, OMS, también suelen atacar a los heridos y a los médicos en los hospitales.
El gobierno, para los civiles
La movilización no se limita únicamente a la capital del país.
En Madani, a 200 kilómetros al sur de Sudán, “unos 2.000 manifestantes desfilaron al grito de: ‘¡Solo queremos civiles en el poder!’”, de acuerdo a lo que le dijo a la AFP, Imed Mohammed, uno de los testigos.
Sudán es un país de 45 millones de habitantes, que está sumido en una crisis política desde el golpe de Estado dirigido por Burhan, comandante en jefe del ejército.
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Estos manifestantes perciben este golpe como un retorno al régimen de Omar al Bashir, quien mantuvo una dictadura de corte islamista en el poder durante 30 años. Sudán es un estado desde su independencia hace 66 años solo ha conocido gobiernos militares.
La ONU, por su parte, está intentando organizar una mesa de diálogo para impulsar una transición democrática en Sudán.
Para cumplir con su misión en Jartum se han reunido con diferentes personalidades en el poder, también con miembros de la sociedad civil, con asociaciones de mujeres y de jóvenes. Aunque hasta el momento todavía no han logrado un acuerdo para convocar las negociaciones entre estas partes.
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