Qué esconde la amenaza de Rusia de invadir Ucrania
En el ajedrez político de Vladimir Putin hay mucho más que una invasión. El Kremlin necesita la aprobación de los reguladores alemanes para un gasoducto que le daría a Rusia una influencia geopolítica clave en la región.
Hace un par de semanas, unas imágenes satelitales mostraron una advertencia para Occidente: Rusia aumentó su arsenal militar en la frontera con Ucrania. Tanques de batalla principal T-80U, cañones autopropulsados, un sistema múltiple de lanzamiento de cohetes y al menos 100.000 soldados aguardaban al norte de la frontera, muy cerca a Ucrania. “Ha habido un aumento del 17 % en el número de estructuras militares utilizadas para el alojamiento de tropas fuera de la ciudad rusa de Yelnia”, advirtieron analistas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). La amenaza parece aumentar con los días.
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Hace un par de semanas, unas imágenes satelitales mostraron una advertencia para Occidente: Rusia aumentó su arsenal militar en la frontera con Ucrania. Tanques de batalla principal T-80U, cañones autopropulsados, un sistema múltiple de lanzamiento de cohetes y al menos 100.000 soldados aguardaban al norte de la frontera, muy cerca a Ucrania. “Ha habido un aumento del 17 % en el número de estructuras militares utilizadas para el alojamiento de tropas fuera de la ciudad rusa de Yelnia”, advirtieron analistas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). La amenaza parece aumentar con los días.
“Nuestra inteligencia analiza todos los escenarios, incluido el peor”, dijo esta semana el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov. “Existe la posibilidad de una escalada militar por parte de Rusia a finales de enero de 2022”, agregó. Un cálculo muy similar al de los funcionarios de inteligencia estadounidense: los rusos planean desplegar al menos 175.000 soldados para esa fecha; se trata del movimiento de unos cien grupos tácticos de batallones con artillería y equipo, advirtió un funcionario de la administración Biden al Washington Post.
¿Está Rusia realmente a punto de invadir Ucrania?
Algunos temen que Vladimir Putin quiera repetir un episodio como el de 2014, cuando Rusia anexó a Crimea y a la vez comenzó a apoyar a los separatistas en la región de Dombás, en el este de Ucrania; un conflicto que ha dejado más de 14.000 muertos. “Después del colapso soviético, muchos políticos rusos vieron el divorcio con Ucrania como un error de la historia y una amenaza para la posición de Rusia como gran potencia”, se lee en un informe del analista político Jonathan Masters.
Sin embargo, la analista Adeline Van Houtte considera que hay varias razones para cuestionar la narrativa de Occidente de las últimas semanas. “Si la demostración de fuerza de Rusia fuera el preludio de una ofensiva, requeriría muchas más tropas y defensa aérea. Sin mencionar la discreción, si la intención fuera tomar a Ucrania por sorpresa, como fue el caso de Crimea”, comentó la experta en una publicación de Politico. Entonces, ¿qué pretende Rusia?
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Algunos analistas dicen que el Kremlin quiere evitar que Occidente aumente, aún más, su huella militar en la Europa del este postsoviética; Lituania, Letonia y Estonia ya son miembros de la OTAN y albergan tropas de Occidente. Sin embargo, la ampliación de la infraestructura de la OTAN en territorio ucraniano cruzaría una línea roja, advirtió Putin. “Además, en las últimas semanas, la actividad militar de EE. UU. y sus aliados en la región del mar Negro cerca de Ucrania ha enfurecido a los funcionarios rusos”, explicó Anton Troianovski, periodista del New York Times en Moscú.
Algo parecido sostuvo Von Houtte: “Es probable que la reciente reactivación de artillería estadounidense en Mainz-Kastel, Alemania, fuera vista por el Kremlin como una alarma. Este desarrollo es particularmente crucial, ya que la unidad llevará un misil hipersónico estadounidense, el arma Dark Eagle, que Rusia considera una amenaza”.
Pero en el ajedrez político de Putin hay mucho más que una amenaza de la OTAN. “Las tensiones se han exacerbado por una reducción energética que Rusia, que suministra gran parte del gas natural de Europa occidental, ha usado para intentar presionar al bloque con el fin de que apruebe un nuevo ducto que incrementaría la influencia del Kremlin en la región”, sostuvo Troianovski.
Rusia necesita la aprobación de los reguladores alemanes para el Nord Stream 2, un gasoducto que corre bajo el mar Báltico hasta Alemania. El asunto es que el proyecto es tan importante para Putin como para Alemania, que depende de los suministros rusos. Con todo y eso, Biden, tras la reunión virtual con Putin de esta semana, dejó claro que el gasoducto está en juego si Rusia invade Ucrania, y citó conversaciones con el gobierno alemán al respecto.
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Un dato: algunos críticos en EE. UU. y Europa advierten que Nord Stream 2 permitirá a Rusia evitar los gasoductos ucranianos para bombear gas a sus clientes en Europa central y oriental, y así obtener mayor influencia geopolítica en la región.
“Estos problemas sugieren que Moscú seguirá utilizando a Ucrania como moneda de cambio. Desde 2014, Rusia ha utilizado el conflicto congelado en Ucrania a su favor, aumentando o disminuyendo la intensidad de la guerra según los cálculos políticos”, explican analistas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS por sus siglas en inglés).
¿Existe un peligro real?
Von Houtte advierte que estos movimientos podrían resultar en un error de cálculo, lo que impulsaría un enfrentamiento militar. “Lo mejor que se puede esperar es que ambas partes comprendan los límites de la otra y se esfuercen por mantener abiertos los canales de comunicación que han caído en suspenso. A menos que eso suceda, el espectro de una guerra accidental a las puertas de Europa cobrará gran importancia”, dijo la analista.
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Por otro lado, los expertos del CSIS sugieren que EE. UU. y sus socios deben tomar en serio las acciones de Moscú: “Las fuerzas militares rusas probablemente superarían a las fuerzas convencionales ucranianas e invadirían Kiev en cuestión de horas”. De ahí que, según los analistas, el objetivo de Washington debería ser disuadir las operaciones rusas en Ucrania mediante el castigo, no la negación. “La disuasión por negación sería difícil, si no imposible, ya que la OTAN no tiene suficiente personal o capacidades desplegadas en Ucrania”, dice el informe de la CSIS.