¿Qué está pasando en Malí, el país en el que está secuestrada Gloria Narváez?
La debilidad del gobierno, los separatistas de la tribu tuareg y los grupos yihadistas tienen al país africano en crisis desde 2012.
redacción internacional
Desde que Malí se independizó de Francia, en 1960, la tribu nómada de los tuareg ha protagonizado varia revueltas, pero ninguna como la que estalló en 2012 y sumió al país en una crisis de la que todavía no logra salir. Hace casi seis años, los tuareg se aliaron con grupos yihadistas para buscar la independencia del norte de Malí, una región desértica y montañosa del tamaño de Francia. El temor de que la alianza entre yihadistas y los tuareg prometía propagar la desestabilización por toda África Occidental y por eso, y porque en el norte de Malí está el mayor suministro de uranio para la industria francesa, el presidente, François Hollande, lanzó una ofensiva militar para salvaguardar” la existencia de Malí.
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Con la llegada de los franceses se impidió que los insurgentes entraran en la capital del país, sin embargo, con elecciones presidenciales y parlamentarias programadas para 2018, los ataques terroristas han recrudecido, a pesar de que en 2015 dos de las facciones más importantes de los independentistas tuareg firmaron con el gobierno un acuerdo de paz cuyo objetivo era “refundar el país” y fortalecer el diálogo político y las instituciones del país.
El 20 de diciembre de 2016, los acercamientos entre los tureg y el gobierno llegaron a un punto muerto. El presidente de la CSA, una de las facciones independentistas que firmaron el acuerdo, abandonó el comité que le hace seguimiento a los puntos acordados en 2015. El argumento de Ag Intalla, presidente de la Coordinadora de Movimientos de Azawad, fue que el gobierno no estaba cumpliendo con sus compromisos frente al proceso de paz.
Ante la nueva oleada de violencia en el centro del país, en entrevista para Bloomberg, el ministro de Defensa Salif Traore expresó su preocupación por mantener la seguridad en esa región del país y sobre el reclutamiento de menores por parte de grupos yihadistas: “Han tratado de llenar el vacío de poder y de poner a los jóvenes en contra de las autoridades locales”, manifestó el ministro.
Entre las organizaciones yihadistas que operan en Malí está el Frente Al Nursa, que agrupa a los principales grupos yihadistas en el norte de Malí y tienen secuestrada desde el 7 de febrero a la religiosa colombiana Gloria Narváez.
Los países africanos no se han quedado de brazos cruzados frente a la crisis. Niger, Chad, Burkina Faso y Mauritania se unieron al gobierno de Malí para organizar una fuerza militar de estabilización conocida como G5 Sahel, que cuenta con 5.000 tropas destinadas a asegurar las fronteras de Malí y que se suman a las 4,000 soldados franceses y los 12,000 que cascos azules de Naciones Unidas que están en la región.
Desde que Malí se independizó de Francia, en 1960, la tribu nómada de los tuareg ha protagonizado varia revueltas, pero ninguna como la que estalló en 2012 y sumió al país en una crisis de la que todavía no logra salir. Hace casi seis años, los tuareg se aliaron con grupos yihadistas para buscar la independencia del norte de Malí, una región desértica y montañosa del tamaño de Francia. El temor de que la alianza entre yihadistas y los tuareg prometía propagar la desestabilización por toda África Occidental y por eso, y porque en el norte de Malí está el mayor suministro de uranio para la industria francesa, el presidente, François Hollande, lanzó una ofensiva militar para salvaguardar” la existencia de Malí.
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Con la llegada de los franceses se impidió que los insurgentes entraran en la capital del país, sin embargo, con elecciones presidenciales y parlamentarias programadas para 2018, los ataques terroristas han recrudecido, a pesar de que en 2015 dos de las facciones más importantes de los independentistas tuareg firmaron con el gobierno un acuerdo de paz cuyo objetivo era “refundar el país” y fortalecer el diálogo político y las instituciones del país.
El 20 de diciembre de 2016, los acercamientos entre los tureg y el gobierno llegaron a un punto muerto. El presidente de la CSA, una de las facciones independentistas que firmaron el acuerdo, abandonó el comité que le hace seguimiento a los puntos acordados en 2015. El argumento de Ag Intalla, presidente de la Coordinadora de Movimientos de Azawad, fue que el gobierno no estaba cumpliendo con sus compromisos frente al proceso de paz.
Ante la nueva oleada de violencia en el centro del país, en entrevista para Bloomberg, el ministro de Defensa Salif Traore expresó su preocupación por mantener la seguridad en esa región del país y sobre el reclutamiento de menores por parte de grupos yihadistas: “Han tratado de llenar el vacío de poder y de poner a los jóvenes en contra de las autoridades locales”, manifestó el ministro.
Entre las organizaciones yihadistas que operan en Malí está el Frente Al Nursa, que agrupa a los principales grupos yihadistas en el norte de Malí y tienen secuestrada desde el 7 de febrero a la religiosa colombiana Gloria Narváez.
Los países africanos no se han quedado de brazos cruzados frente a la crisis. Niger, Chad, Burkina Faso y Mauritania se unieron al gobierno de Malí para organizar una fuerza militar de estabilización conocida como G5 Sahel, que cuenta con 5.000 tropas destinadas a asegurar las fronteras de Malí y que se suman a las 4,000 soldados franceses y los 12,000 que cascos azules de Naciones Unidas que están en la región.