¿Qué ha pasado tras un año del golpe de Estado en Birmania?
El país se encuentra sumido en una espiral de violencia. La represión por parte de las autoridades militares y la guerra de guerrillas ha desplazado a cientos de miles de birmanos.
Se cumple un año del golpe de Estado que rompió con una década de transición democrática en Birmania. Hace un año, el 1.° de febrero de 2021, los militares liderados por el general Min Aung Hlaing asestaron el tercer golpe en la historia del país, luego de las tomas del poder por la fuerza registradas en 1960 y 1988.
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Se cumple un año del golpe de Estado que rompió con una década de transición democrática en Birmania. Hace un año, el 1.° de febrero de 2021, los militares liderados por el general Min Aung Hlaing asestaron el tercer golpe en la historia del país, luego de las tomas del poder por la fuerza registradas en 1960 y 1988.
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Su motivación fue el supuesto fraude electoral en los comicios del 8 de noviembre de 2020. En esa fecha, la Liga Nacional para la Democracia (LND), encabezada por Aung San Suu Kyi, arrasó en las urnas. Esta líder, galardonada con el Nobel de Paz en 1991, fue la figura clave para poner fin a la dictadura que gobernó entre 1961 y 2011. Entonces se inició la transición que permitió que su partido, la LND, llegara al poder en las elecciones de 2015.
Suu Kyi, de 76 años, quien se encuentra detenida desde el golpe, hoy tiene encima cuatro condenas por un total de seis años acusada de delitos como la violación de medidas contra el coronavirus e incitar al desorden público. Justo cuando se cumple un año del golpe, la junta militar birmana acusó a Suu Kyi de haber manipulado la comisión electoral durante las votaciones de 2020.
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La líder civil birmana, en todo caso, ha sido una figura polémica. En el marco del proceso por el genocidio rohinyá en Birmania, ante la Corte Penal Internacional en 2019, Suu Kyi se presentó dentro del equipo que defendió la masacre.
Birmania, vale la pena recordar, es un país principalmente budista. Los rohinyá son una minoría de origen musulmán que desde 2017 fue víctima de una limpieza étnica perpetrada por el Ejército, con gran responsabilidad de Min Aung Hlaing, así como por civiles. Más de 25.000 personas murieron y unas 725.000 salieron desplazadas al país vecino Bangladés.
Qué ha pasado tras un año del golpe
El golpe durante 2021 provocó una ola de protestas sociales, que recibieron como respuesta una brutal represión que continúa hasta el día de hoy. El país se encuentra sumido en una espiral de violencia y vulneraciones a los derechos humanos. El desplazamiento interno ha sido un fenómeno constante, mientras el surgimiento de nuevas milicias ha avivado la guerra de guerrillas.
La Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP), oenegé que ha hecho monitoreo a la situación de derechos humanos tras el golpe, asegura que al menos 1.503 personas han muerto en Birmania en medio de esa represión por parte de las autoridades.
La AAPP también tiene en sus cuentas a 11.838 detenidos desde febrero del año pasado, de los cuales 8.835 aún permanecen arrestados y 661 han sido sentenciados a penas de cárcel por un tribunal. La justicia birmana, como recuerda EFE, además ha condenado a la pena capital a 45 personas, incluidos dos menores, aunque todavía ninguno ha sido ejecutado.
La junta militar, es preciso señalar también, anuló los resultados de las votaciones de 2020. La razón: supuestas evidencias de fraude, pese a que observadores independientes han señalado que las elecciones fueron limpias. La junta se ha comprometido a convocar elecciones en agosto de 2023.
Qué dice la comunidad internacional
En el marco del primer aniversario del golpe, la ONU anunció una investigación por crímenes contra la humanidad. “Las fuerzas de seguridad detuvieron a miles de civiles en circunstancias que implican acusaciones creíbles de detención arbitraria, tortura, violencia sexual e incluso asesinato bajo custodia”, dijo el jefe del Mecanismo de Investigación Independiente de las Naciones Unidas para Birmania, Nicholas Koumjian.
Dicho mecanismo, como recuerda la AFP, ha sido el encargado de recolectar evidencias sobre estas violaciones, con el fin de construir un caso que conduzca a procedimientos penales.
“La justicia internacional tiene una memoria muy larga y algún día los autores de los crímenes internacionales más graves cometidos en Birmania (que no prescriben) tendrán que rendir cuentas”, advirtió Koumjian.
Estados Unidos, por su parte, impuso sanciones financieras a siete personas y dos entidades “vinculadas con el régimen militar de Birmania”.
Las sanciones se adoptaron en coordinación con el Reino Unido y Canadá y han recaído sobre los principales funcionarios judiciales del país: el fiscal general, Thida Oo, el presidente de la Corte Suprema, Tun Tun Oo y el jefe de la comisión anticorrupción, Tin Oo, según el Tesoro estadounidense. También sancionó a otras cuatro personas y a dos entidades acusadas de apoyar financieramente a la junta, en particular mediante el suministro de armas y equipos.
“Le digo al pueblo birmano: no hemos olvidado su lucha y seguiremos apoyando su valiente determinación de aportar democracia y estado de derecho a su país”, dijo el presidente Joe Biden.
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