¿Qué tan cerca están los talibanes de tomarse Kabul, capital de Afganistán?
Los talibanes ya controlan casi todo el país; este viernes siguieron en su imparable avance hacia la capital afgana, Kabul. Fuentes del gobierno de Afganistán dicen que están a las 50 kilómetros de tomarse la ciudad más importante del país.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió a los talibanes de que la comunidad internacional no los reconocerá “si toman Afganistán por la fuerza”. Pero su avanzada parece imparable. Este viernes siguieron tomándose más territorio del país, avanzando hacia Kabul, en una ofensiva fulgurante, que provocó la huida de miles de ciudadanos y extranjeros.
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Estados Unidos anunció el envío de 3.000 militares para sacar a todo su personal de ese país; Reino Unido anunció lo mismo; Alemania dejó su representación diplomática al mínimo, mientras que Dinamarca cerró su embajada y repatrió a todo su personal; las fuerzas especiales de Canadá están listas para dejar Kabul, mientras que Irán y China pidieron respeto por sus ciudadanos en Afganistán.
En cuestión de días, el gobierno afgano ha perdido el control de la mayoría del país y los insurgentes controlan casi la mitad de las capitales del provincia del país, la mayoría de ellas han caído en sus manos en tan solo una semana.
Este viernes, los talibanes se apoderaron fácilmente de Firozkoh, capital de la provincia de Ghor y de Pul-i-Alam, capital de la provincia de Logar, a tan solo 50 km de Kabul. Pul-i-Alam es la decimoquinta capital provincial en ser total o parcialmente invadida por los talibanes, después de Kandahar, Lashkargah, Herat, Feroz Koh, Qala-e-Nau, Ghazni, Fayzabad, Aybak, Zaranj, Sheberghan, Kunduz, Pul- e-Khumri, Taluqan y Sar-e-Pul.
“Los talibanes controlan (...) el 100% (de la ciudad) y no hay combates ya”, dijo a la AFP un responsable local, Said Qaribullah Sadat.
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Horas antes, los insurgentes celebraron la caída de Lashkar Gah (sur), capital de la provincia de Helmand, tras capturar Kandahar, situada 150 km al este y Herat (oeste), segunda y tercera ciudad de Afganistán, respectivamente.
Si se toma un mapa de Afganistán, prácticamente todo el norte, el oeste y el sur del país está ya bajo control talibán. Kabul, Mazar-i-Sharif, la gran ciudad del norte, y Jalalabad, al este, son las tres grandes ciudades que el gobierno sigue controlando.
En Herat, estratégica por estar cercana a Irán, una imagen reveladora describe lo que está ocurriendo en Afganistán: Ismail Khan, apodado “el león de Herat”, peso pesado de la región y uno de los más importantes guerreros contra los talibanes se tuvo que rendir ante los insurgentes.
El retiro de EE. UU.
Los talibanes iniciaron su ofensiva en mayo, cuando el presidente estadounidense Joe Biden confirmó que las tropas extranjeras saldrían del país, 20 años después del inicio de su intervención para expulsar del poder a los talibanes, que se negaban a entregar a Osama bin Laden, lider de Al Qaida, tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
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La retirada de las tropas extranjeras concluirá en torno al 31 de agosto. Pese a lo que está ocurriendo en Afganistán, Biden afirmó que no lamenta su decisión, si bien es cierto que los responsables estadounidenses no ocultan su decepción ante la rapidez con la que el ejército afgano se evapora ante el avance de los talibanes.
Estados Unidos ha gastado más de un billón de dólares en 20 años para formar y equipar al ejército afgano. Debido a la situación, Estados Unidos decidió “reducir aún más” su “presencia diplomática” en Kabul “en las próximas semanas”, anunció el jueves por la noche el portavoz del departamento de Estados, Ned Price. “No es un abandono”, garantizó.
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Para llevar a cabo esta operación, desplegará 3.000 soldados en el aeropuerto de Kabul, que se sumarán a los 650 soldados aún presentes en el país, según el portavoz del Pentágono, John Kirby. Otros 3.500 militares estarán en Kuwait para ser enviados como refuerzo en caso de que la situación se deteriore.
“No es que volvamos a involucrarnos en el conflicto”, dijo Price.
Paralelamente, el Reino Unido anunció que 600 militares ayudarán sus ciudadanos a salir de Afganistán.
Propuesta del gobierno
Mientras los talibanes seguían ganando terreno en Afganistán, en el ámbito diplomático se intentaba en vano llegar a un acuerdo en Doha, en Catar.
Las negociaciones terminaron el jueves sin avances significativos y en una declaración común, Estados Unidos, Pakistán, la Unión Europea y China afirmaron que no reconocerán ningún gobierno afgano que se “imponga por la fuerza”.
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El jueves, el ejecutivo afgano propuso a “los talibanes un reparto de poder a cambio del fin de la violencia”, una idea hasta ahora rechazada por el presidente afgano, Ashraf Ghani, y que podría no interesar en absoluto a los talibanes, visto su imparable avance.
Los enfrentamientos tienen un coste terrible en la población civil. En un mes, al menos 183 civiles, entre ellos niños, murieron en Lashkar Gah, Kandahar, Herat (oeste) y Kunduz, y 250.000 personas se vieron desplazadas por el conflicto desde finales de mayo.
Un 80% de los que han tenido que dejar sus casas son mujeres y niños, según la ONU, que estima que el número global de desplazados este año en el país llega a 400.000.
Catástrofe humanitaria
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtió que el número de víctimas civiles en Afganistán podría ser este año “el mayor del que se tiene registro”, mientras los talibanes recrudecen su ofensiva y los desplazados en lo que va de año superan los 400.000.
La portavoz de ACNUR, Shabia Mantoo, detalló en rueda de prensa que desde el inicio de los ataques talibanes en mayo las personas que han dejado su hogar por el conflicto son al menos unos 250.000 (un 80 % mujeres y niños), e indicó que en el país centroasiático el total de desplazados internos es ya de unos 3,3 millones.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió a los talibanes de que la comunidad internacional no los reconocerá “si toman Afganistán por la fuerza”. Pero su avanzada parece imparable. Este viernes siguieron tomándose más territorio del país, avanzando hacia Kabul, en una ofensiva fulgurante, que provocó la huida de miles de ciudadanos y extranjeros.
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Estados Unidos anunció el envío de 3.000 militares para sacar a todo su personal de ese país; Reino Unido anunció lo mismo; Alemania dejó su representación diplomática al mínimo, mientras que Dinamarca cerró su embajada y repatrió a todo su personal; las fuerzas especiales de Canadá están listas para dejar Kabul, mientras que Irán y China pidieron respeto por sus ciudadanos en Afganistán.
En cuestión de días, el gobierno afgano ha perdido el control de la mayoría del país y los insurgentes controlan casi la mitad de las capitales del provincia del país, la mayoría de ellas han caído en sus manos en tan solo una semana.
Este viernes, los talibanes se apoderaron fácilmente de Firozkoh, capital de la provincia de Ghor y de Pul-i-Alam, capital de la provincia de Logar, a tan solo 50 km de Kabul. Pul-i-Alam es la decimoquinta capital provincial en ser total o parcialmente invadida por los talibanes, después de Kandahar, Lashkargah, Herat, Feroz Koh, Qala-e-Nau, Ghazni, Fayzabad, Aybak, Zaranj, Sheberghan, Kunduz, Pul- e-Khumri, Taluqan y Sar-e-Pul.
“Los talibanes controlan (...) el 100% (de la ciudad) y no hay combates ya”, dijo a la AFP un responsable local, Said Qaribullah Sadat.
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Horas antes, los insurgentes celebraron la caída de Lashkar Gah (sur), capital de la provincia de Helmand, tras capturar Kandahar, situada 150 km al este y Herat (oeste), segunda y tercera ciudad de Afganistán, respectivamente.
Si se toma un mapa de Afganistán, prácticamente todo el norte, el oeste y el sur del país está ya bajo control talibán. Kabul, Mazar-i-Sharif, la gran ciudad del norte, y Jalalabad, al este, son las tres grandes ciudades que el gobierno sigue controlando.
En Herat, estratégica por estar cercana a Irán, una imagen reveladora describe lo que está ocurriendo en Afganistán: Ismail Khan, apodado “el león de Herat”, peso pesado de la región y uno de los más importantes guerreros contra los talibanes se tuvo que rendir ante los insurgentes.
El retiro de EE. UU.
Los talibanes iniciaron su ofensiva en mayo, cuando el presidente estadounidense Joe Biden confirmó que las tropas extranjeras saldrían del país, 20 años después del inicio de su intervención para expulsar del poder a los talibanes, que se negaban a entregar a Osama bin Laden, lider de Al Qaida, tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
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La retirada de las tropas extranjeras concluirá en torno al 31 de agosto. Pese a lo que está ocurriendo en Afganistán, Biden afirmó que no lamenta su decisión, si bien es cierto que los responsables estadounidenses no ocultan su decepción ante la rapidez con la que el ejército afgano se evapora ante el avance de los talibanes.
Estados Unidos ha gastado más de un billón de dólares en 20 años para formar y equipar al ejército afgano. Debido a la situación, Estados Unidos decidió “reducir aún más” su “presencia diplomática” en Kabul “en las próximas semanas”, anunció el jueves por la noche el portavoz del departamento de Estados, Ned Price. “No es un abandono”, garantizó.
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Para llevar a cabo esta operación, desplegará 3.000 soldados en el aeropuerto de Kabul, que se sumarán a los 650 soldados aún presentes en el país, según el portavoz del Pentágono, John Kirby. Otros 3.500 militares estarán en Kuwait para ser enviados como refuerzo en caso de que la situación se deteriore.
“No es que volvamos a involucrarnos en el conflicto”, dijo Price.
Paralelamente, el Reino Unido anunció que 600 militares ayudarán sus ciudadanos a salir de Afganistán.
Propuesta del gobierno
Mientras los talibanes seguían ganando terreno en Afganistán, en el ámbito diplomático se intentaba en vano llegar a un acuerdo en Doha, en Catar.
Las negociaciones terminaron el jueves sin avances significativos y en una declaración común, Estados Unidos, Pakistán, la Unión Europea y China afirmaron que no reconocerán ningún gobierno afgano que se “imponga por la fuerza”.
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El jueves, el ejecutivo afgano propuso a “los talibanes un reparto de poder a cambio del fin de la violencia”, una idea hasta ahora rechazada por el presidente afgano, Ashraf Ghani, y que podría no interesar en absoluto a los talibanes, visto su imparable avance.
Los enfrentamientos tienen un coste terrible en la población civil. En un mes, al menos 183 civiles, entre ellos niños, murieron en Lashkar Gah, Kandahar, Herat (oeste) y Kunduz, y 250.000 personas se vieron desplazadas por el conflicto desde finales de mayo.
Un 80% de los que han tenido que dejar sus casas son mujeres y niños, según la ONU, que estima que el número global de desplazados este año en el país llega a 400.000.
Catástrofe humanitaria
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtió que el número de víctimas civiles en Afganistán podría ser este año “el mayor del que se tiene registro”, mientras los talibanes recrudecen su ofensiva y los desplazados en lo que va de año superan los 400.000.
La portavoz de ACNUR, Shabia Mantoo, detalló en rueda de prensa que desde el inicio de los ataques talibanes en mayo las personas que han dejado su hogar por el conflicto son al menos unos 250.000 (un 80 % mujeres y niños), e indicó que en el país centroasiático el total de desplazados internos es ya de unos 3,3 millones.