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La justicia británica rechazó este lunes extraditar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos, que lo reclama para juzgarlo por espionaje por la publicación de cientos de miles de documentos secretos, al considerar que de lo contrario podría suicidarse.
Ver más: Julian Assange no será extraditado a EE. UU.
“Considero que el estado mental del señor Assange es tal que sería opresivo extraditarlo a Estados Unidos”, escribió la jueza Vanessa Baraitser de la corte penal de Londres en su sentencia. “La salud mental del señor Assange se deterioraría motivándolo a cometer suicidio llevado por la ‘determinación obsesiva’ de su trastorno de espectro autista”, agregó.
Estados Unidos tiene ahora un plazo de 14 días para recurrir esta decisión y su representante legal afirmó ante la corte que así lo hará. Y este miércoles, la jueza Vanessa Baraitser decidirá si le concede la libertad condicional a Assange, actualmente en prisión provisional
El abogado de Assange, Edward Fitzgerald, ha adelantado que el miércoles presentará argumentos que explicarán “el impacto negativo” que tendría para su cliente, que sufre depresión clínica, continuar encerrado en la prisión de alta seguridad londinense de Belmarsh mientras dure el proceso incoado por la acusación.
¿Quién es Julian Assange?
Julian Assange, australiano, de 49 años, piel pálida, cabellos canos y expresión sobria, que esgrime a veces una media sonrisa sarcástica, ha pasado más de ocho años privado de libertad. Este lunes, la justicia británica rechazó su extradición a Estados Unidos y ahora su defensa pedirá la libertad bajo fianza.
Primero, refugiado desde junio de 2012 en la embajada de Ecuador en Londres para no ser extraditado a Suecia por unas acusaciones de violación que él denunciaba como una trampa para entregarlo a Estados Unidos.
Después, desde su espectacular detención por la policía británica en abril de 2019 cuando el presidente ecuatoriano Lenín Moreno le retiró la protección ofrecida por su predecesor Rafael Correa, recluido en una prisión de alta seguridad cerca de Londres.
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Con graves problemas de salud según sus abogados, coordinados a nivel internacional por el exjuez español Baltasar Garzón, ha luchado desde allí contra el proceso de extradición iniciado por Estados Unidos, que lo quiere juzgar por espionaje, acusación que podría costarle una condena de 175 años de cárcel.
Assange y WikiLeaks se hicieron famosos en 2010 con la publicación de cientos de miles de documentos secretos estadounidenses que dejaron al descubierto sus prácticas en las guerras de Irak y Afganistán.
Pacifistas y defensores de la transparencia lo alabaron por haber revelado muertes de civiles, actos de tortura y operaciones militares clandestinas.
Pero la difusión en línea de documentos no editados, que dejaban al descubierto nombres de informadores, le valió el distanciamiento de algunos periódicos que habían colaborado inicialmente con él y Washington lo acusó de poner vidas en peligro con su irresponsabilidad.
Su largo encierro en la embajada ecuatoriana había ido apagando su protagonismo mediático, hasta que en noviembre de 2016 se inmiscuyó en las elecciones estadounidenses y en octubre de 2017, en el proceso independentista catalán.
WikiLeaks contribuyó probablemente a la victoria de Donald Trump al publicar miles de mensajes secretos de la campaña de su rival demócrata Hillary Clinton, aparentemente filtrados por Rusia. Y respaldó a los independentistas catalanes contra el gobierno español de la época, difundiendo imágenes de la dura respuesta policial al referéndum de independencia prohibido.
Se le acusó de divulgar “propaganda rusa”, pero Assange negó estar al servicio de Moscú: “WikiLeaks ha publicado más de 800.000 documentos relacionados con Rusia o [su presidente Vladimir] Putin, y la mayoría son críticos”, dijo.
Cuando WikiLeaks saltó a la fama, se lo saludó como a un genio informático y un mesías libertario. “El hombre más peligroso del mundo”, se titulaba una biografía suya.
¿Qué es WikiLeaks?
En julio de 2010, la prensa mundial publica 70.000 documentos confidenciales sobre las operaciones de la coalición internacional en Afganistán, difundidos por la web WikiLeaks. En octubre se publican 400.000 informes sobre la invasión estadounidense de Irak y, un mes después, el contenido de 250.000 cables diplomáticos estadounidenses.
Ver más: Baltasar Garzón, abogado de Assange, habla del espionaje del que habría sido víctima
Desde el 18 de noviembre de ese año, comienza una carrera de acusaciones contra Assange. Comenzó con Suecia que lanza una orden de detención europea contra Assange como parte de una investigación por violación y agresión sexual a dos mujeres suecas en agosto de 2010. El australiano asegura que fueron relaciones consentidas. Assange, que estaba en Londres, se entrega a la policía británica el 7 de diciembre. Queda detenido durante nueve días y luego bajo arresto domiciliario.
En febrero de 2011, un tribunal londinense valida la solicitud de extradición a Suecia. El australiano teme ser entregado desde allí a Estados Unidos y enfrentarse a la pena de muerte.
En 2012, Assange se refugia en la embajada ecuatoriana en Londres y solicita asilo político. Ecuador, entonces presidido por Rafael Correa, le concede el asilo en agosto y pide a las autoridades británicas, sin éxito, un salvoconducto para que el fundador de WikiLeaks pueda viajar a Quito.
Assange se quedará encerrado en la embajada durante casi siete años, un tiempo durante el cual incluso obtuvo la nacionalidad ecuatoriana antes de ser privado de ella. En 2019, el gobierno de Ecuador afirma que Assange violó el acuerdo sobre sus condiciones de asilo. El día 11, Assange es detenido en una espectacular operación por la policía británica a la que se permite entrar para ello en la legación diplomática.
Las acusaciones de EE. UU.
El 23 de mayo de 2019, la justicia estadounidense, que ya le acusaba de “piratería informática”, lo inculpa por otros 17 cargos en virtud de las leyes antiespionaje. Assange se expone a hasta 175 años de prisión.
El día 31, el relator de la ONU sobre la tortura, después de reunirse con el australiano en prisión, considera que presenta “todos los síntomas de tortura psicológica”. A principios de noviembre el relator afirma que el trato a Assange pone “en peligro” su vida.
El 21 de octubre, el fundador de WikiLeaks aparece en persona por primera vez en el juzgado de Westminster, confuso y balbuceando. El 19 de noviembre, la fiscalía sueca anuncia el abandono de la investigación por violación por falta de pruebas.
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El 24 de febrero de 2020, la justicia británica comienza a examinar la solicitud de extradición presentada por Estados Unidos. La audiencia queda interrumpida tras cuatro días de vistas y luego es aplazada debido a la nueva pandemia de coronavirus.
A principios de julio, unas cuarenta oenegés piden la liberación “inmediata” de Assange.
La audiencia se reanuda el 7 de septiembre. El 25, la juez Vanessa Baraitser accede a dar más tiempo al abogado de Assange para preparar sus alegatos finales y advierte que probablemente habrá que esperar hasta pasadas las elecciones presidenciales en Estados Unidos para conocer su veredicto.
El lunes 4 de enero de 2021, la jueza Vanessa Baraitser de la corte penal de Londres rechazó el pedido de extradición alegando que “el estado mental del señor Assange es tal que sería opresivo extraditarlo a Estados Unidos” y podría llevarlo a suicidarse “por la ‘determinación obsesiva’ de su trastorno de espectro autista”.