Quién fue Svetlana Alliluyeva, la hija de José Stalin que huyó a EE.UU

En su participación en el Hay Festival de Cartagena, Rosemary Sullivan, biógrafa de la hija de Stalin, cuenta detalles de los amores, mudanzas y pensamientos que tuvo Svetlana sobre su padre.

Con información de BBC mundo
28 de enero de 2018 - 07:53 p. m.
Ilustración: Fernando Carranza
Ilustración: Fernando Carranza

El apellido de su padre fue su condena. Nació como Svetlana Losifovna Stalin, luego se cambió el nombre a Svetlana Alliluyeva, pero murió como Lana Peters.

José Stalin gobernó la Unión Soviética entre 1920 y 1953, tuvo tres hijos, dos varones y ella, su niña, su preferida, la única de sus hermanos que desertó hacia los Estados Unidos.

Nació el 26 de febrero de 1926, decían que había heradado los rizos rojizos y ojos azules de su abuela materna. Lea también: Rusia conmemora el centenario de la Revolución de Octubre

Aunque las demostraciones de amor no abundaban en la casa del líder soviético, sentía una debilidad especial por su niña, su “pequeño gorrión” o “pequeña mariposa”, como la llamaba su padre.

Sin embargo, la vida de Svetlana no fue fácil. Su madre se suicidó cuando ella tenía 6 años. De adulta aseguraba que la muerte de su progenitora había sido producto del hartazgo de la violencia y crueldad de su padre.

En su niñez fue testigo de cómo poco a poco empezaron a hacerle culto a la figura de su padre. Cada vez que ella le pedía algo a Stalin, él le afirmaba que no lo pidiera, que diera una orden.

Svetlana murió en 2011 criticando el gobierno de Putin, que le recordaba ese culto ciego a la personalidad del líder del pueblo.

La descendiente de Stalin contó a la autora de su biografía como de niña no entendía que la gente desapareciera sin saber nada más de ellos: “La vida de un hombre dependía enteramente de una palabra de mi padre”.

Stalin estaba orgulloso de su hija, creía se convertiría en una “guerrera del comunismo”. Sin embargo, en su juventud, ella reflexionó sobre la manera como esa ideología mataba cualquier pensamiento personal mediante la hipnosis masiva.

A sus 16 años se enamoró de un escritor judío que poco después fue arrestado. Fue en ese momento cuando ella "entendió que solo su padre podría haber hecho eso y empezó a darse cuenta de quién era Stalin", asegura Sullivan a BBC Mundo.

Poco a poco la burbuja, la ilusión se fue rompiendo y le abrieron los ojos. A los 19 años, en la Universidad de Moscú, conoció a su esposo y tuvieron un hijo, Jose, como su abuelo. Se divorciarían en 1947, el primero de 4 divorcios que tuvo a lo largo de su vida.

Aunque más consciente de lo que ocurría en Rusia bajo el mandato de su padre, Svetlana no podía odiarlo, pero solo hasta que el pequeño Jose tuvo 4 años conocería a su abuelo.

En 1949, su padre insistió en que se casara con Yuri Zhdanov, hijo de Andrei Zhdanov, cercano colaborador del régimen comunista que ya había muerto. Accedió y un año más tarde tuvo a Katya, aunque este sería su segundo matrimonio fallido.

Con la muerte de su padre, en marzo de 1953, su única hija tuvo una mezcla extraña de emociones, alivio y dolor

"Ellos sabían que fui una mala hija y que mi padre fue un mal padre, pero él me amó de todos modos, al igual que yo lo amé a él", escribió Svetlanasegún escribe su biógrafa.

Para mantenerse a salvo se alejó de su país, de su historia, de su familia. El Kremlin le prohibió hablar de su padre en público y en 1957 cambió su apellido, por el de su madre, Alliluyeva

Se enamoró de un político indio con el cual no le permitieron registrar su unión marital en Moscú. Moriría al poco tiempo, ella llevó sus cenizas hasta al india. 

En 1966 vio por última vez a sus hijos Jose y Katya, de 18 y 16 años, respectivamente. Lea también: El Karl Marx de Rubén Jaramillo

De regreso a la india, el hijo de su difunto ex compañero sentimental le sugirió irse a los Estados Unidos.

Ese mismo año fue a la embajada norteamericana y declaró su deseo de desertar. La noticia se propagó por todo el mundo en uno de los tantos momentos de tensión de la Guerra Fría.

Llegó el 21 de abril a los Estados Unidos, se convirtió en escritora. Escribir su primer libro “Veinte cartas” le hicieron millonaria, aunque donó gran parte de sus ganancias a causas benéficas, en especial en la India.

El Kremlin tomó esto como una derrota, aunque querían creer que había sido secuestrada.

"No pueden creer que un individuo, una persona, un ser humano, pueda tomar una decisión por sí solo… Cuando ven que el enorme trabajo que hicieron durante 50 años fue en vano y la gente aún tiene algo propio, se enfurecen mucho", dijo Svetlana en una conferencia de prensa en EE.UU. en 1967.

Pasó de un país donde las críticas no se aceptaban a uno donde la prensa libre la juzgaban y especulaban de ella todo el tiempo.

Pero estando en América, Svetlana criticó al gobierno soviético, a las políticas de su padre y a las ideas del ex líder revolucionario comunista Vladimir Lenin.

“Lenin fue la fundación de un sistema con un partido, el terror y la supresión inhumana para los desertores… Todos los esfuerzos para blanquear la imagen de Lenin y hacerlo un santo son inútiles", aseguró.

En 1969, el gobierno soviético le retiró la ciudadanía.

En abril de 1970 se casó con el prestigioso arquitecto estadounidense Wesley Peters, a solo tres semanas de haberlo conocido. Ahí cambió su nombre a Lana Peters y juntos tuvieron a Olga en 1971.

"A cualquier lugar que vaya, sea a Australia o a alguna isla, siempre seré una prisionera política del nombre de mi padre", le escribió Svetlana a una amiga en 2009, según destaca Sullivan en su libro.   

Se volvió a divorciar en 1971 y se mudó con su hija a Princeton, New Jersey. En 1978 consiguió su ciudadanía estadounidense, pero en 1981 se mudó a Inglaterra.

En 1984 volvió a la Unión Soviética, le permitieron el acceso, su hijo mayor estaba enfermo. Nunca se rencontró con Katya y los medios de todo el mundo cuestionaban su regreso a suelo soviético. Lea también: Stalin: fuerza de acero 

"Eres la hija de Stalin. Y en verdad ya estás muerta. Tu vida está acabada. No puedes vivir tu propia vida. No puedes vivir cualquier vida. Solo existe en referencia a un nombre", dijo Svetlana en una entrevista que rescata Sullivan, asegura la BBC

En 1984, Svetlana volvió a los Estados Unidos, su hija Olga regresó a Inglaterra. Sus constantes problemas financieros la llevaron a buscar editoriales que la patrocinaran en Europa, y regresó de nuevo a Inglaterra, donde en 1991 intentó suicidarse.

Volvió con 71 años a los Estados Unidos, se instaló en Wisconsin. En 2011 le diagnosticaron un cáncer terminal, murió en noviembre de ese año con 85 años, su hija Olga, ahora llamada Chrese Evans, regó sus cenias en el Pacífico.

"Viví mi vida como pude (…) pero hubo una fatalidad. No puedes lamentarte sobre tu destino, aunque sí lamento que mi madre no se haya casado con un carpintero", le dijo a un diario británico en 1990.

Por Con información de BBC mundo

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