Quitarles el turbante a los mulás: el nuevo símbolo de protesta en Irán
Las mujeres se quitaron el velo, salieron a gritar en las calles y desafiaron el Gobierno de Ebrahim Raisi tras la muerte de Mahsa Amini. Ahora, los jóvenes han adoptado un nuevo símbolo de protesta: quitarle los turbantes a los líderes religiosos islámicos.
El analista Karim Sadjadpour escribió en el New York Times que la muerte de Mahsa Amini en Irán desató una batalla histórica entre la población joven y moderna, orgullosa de su civilización de 2500 años y desesperada por el cambio, contra un régimen teocrático y envejecido. Las mujeres se quitaron el velo, salieron a gritar en las calles y desafiaron el Gobierno de Ebrahim Raisi. Ahora, los jóvenes han adoptado un nuevo símbolo de protesta: quitarle los turbantes a los líderes religiosos islámicos.
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En redes sociales han circulado videos de jóvenes que se acercan a los mulás para quitarles el turbante y tirarlo al suelo. El diario El Español informó que los videos se han grabado cerca a las universidades, epicentro de las protestas.
Pese a la represión en Irán en medio de las protestas, que cumplen al menos unas nueve semanas, los jóvenes en el país no han dejado de reclamar por la muerte de Amini, la joven de 22 años que falleció después de haber sido arrestada por la Policía de la Moral por violar el código de vestimenta.
Pero la vida de los manifestantes también está en riesgo. La ejecución en los últimos días de dos jóvenes de 23 años en relación con las protestas ha desatado una ola de condena internacional. Este lunes, Majid Reza Rahnavard fue ahorcado en público en la ciudad santa de Mashad después de que fue sentenciado a muerte por el asesinato de dos agentes de seguridad, informó la agencia Mizan, del Poder Judicial.
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Amnistía Internacional publicó un informe en el que sostuvo que Rahnavard fue sometido a un juicio falso y que el poder judicial era “una herramienta de represión que enviaba a las personas a la horca para sembrar el miedo”.
La ejecución de Rahnavard se produce cuatro días después del primer ahorcamiento de un preso condenado por participar en las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini a mediados de septiembre. El jueves de la semana pasada Mohsen Shekari, de 23 años, fue ejecutado por herir a un basiji (miliciano islámico) con un cuchillo, bloquear una calle y crear terror en Teherán.
La Unión Europea impuso el lunes sanciones a la radiotelevisión iraní, el jefe del ejército y comandantes de la Guardia Revolucionaria por la represión de las protestas en la República Islámica, en medio de la condena internacional por las dos ejecuciones de manifestantes.
Irán encarcela a 400 manifestantes
Los tribunales de Teherán condenaron a 400 personas a penas de prisión de hasta diez años por su participación en las protestas tras la muerte de Mahsa Amin. El fiscal general de Teherán dijo que, de las personas capturadas, al menos 160 personas fueron sentenciadas a entre cinco y 10 años de prisión, la pena más alta.
Desde el comienzo del movimiento, miles de personas han sido arrestadas. El máximo organismo de seguridad de Irán dijo el 3 de diciembre que más de 200 personas habían muerto durante las protestas.
Con información de Afp*
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El analista Karim Sadjadpour escribió en el New York Times que la muerte de Mahsa Amini en Irán desató una batalla histórica entre la población joven y moderna, orgullosa de su civilización de 2500 años y desesperada por el cambio, contra un régimen teocrático y envejecido. Las mujeres se quitaron el velo, salieron a gritar en las calles y desafiaron el Gobierno de Ebrahim Raisi. Ahora, los jóvenes han adoptado un nuevo símbolo de protesta: quitarle los turbantes a los líderes religiosos islámicos.
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En redes sociales han circulado videos de jóvenes que se acercan a los mulás para quitarles el turbante y tirarlo al suelo. El diario El Español informó que los videos se han grabado cerca a las universidades, epicentro de las protestas.
Pese a la represión en Irán en medio de las protestas, que cumplen al menos unas nueve semanas, los jóvenes en el país no han dejado de reclamar por la muerte de Amini, la joven de 22 años que falleció después de haber sido arrestada por la Policía de la Moral por violar el código de vestimenta.
Pero la vida de los manifestantes también está en riesgo. La ejecución en los últimos días de dos jóvenes de 23 años en relación con las protestas ha desatado una ola de condena internacional. Este lunes, Majid Reza Rahnavard fue ahorcado en público en la ciudad santa de Mashad después de que fue sentenciado a muerte por el asesinato de dos agentes de seguridad, informó la agencia Mizan, del Poder Judicial.
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Amnistía Internacional publicó un informe en el que sostuvo que Rahnavard fue sometido a un juicio falso y que el poder judicial era “una herramienta de represión que enviaba a las personas a la horca para sembrar el miedo”.
La ejecución de Rahnavard se produce cuatro días después del primer ahorcamiento de un preso condenado por participar en las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini a mediados de septiembre. El jueves de la semana pasada Mohsen Shekari, de 23 años, fue ejecutado por herir a un basiji (miliciano islámico) con un cuchillo, bloquear una calle y crear terror en Teherán.
La Unión Europea impuso el lunes sanciones a la radiotelevisión iraní, el jefe del ejército y comandantes de la Guardia Revolucionaria por la represión de las protestas en la República Islámica, en medio de la condena internacional por las dos ejecuciones de manifestantes.
Irán encarcela a 400 manifestantes
Los tribunales de Teherán condenaron a 400 personas a penas de prisión de hasta diez años por su participación en las protestas tras la muerte de Mahsa Amin. El fiscal general de Teherán dijo que, de las personas capturadas, al menos 160 personas fueron sentenciadas a entre cinco y 10 años de prisión, la pena más alta.
Desde el comienzo del movimiento, miles de personas han sido arrestadas. El máximo organismo de seguridad de Irán dijo el 3 de diciembre que más de 200 personas habían muerto durante las protestas.
Con información de Afp*
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