Reelección sin mayoría parlamentaria: cuatro claves de las elecciones en India
El primer ministro seguirá en el cargo, pero su imagen se ha visto mermada y su liderazgo ha cambiado radicalmente a medida que la democracia multipartidista del país vuelve a cobrar vida.
Alex Travelli y Atul Loke | The New York Times
La primera década de Narendra Modi como primer ministro de India ha estado plagada de sorpresas. Ninguna, sin embargo, se comparó con lo que ocurrió el martes por la mañana, cuando Modi ganó su segunda reelección, pero su partido perdió la mayoría en el Parlamento.
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La primera década de Narendra Modi como primer ministro de India ha estado plagada de sorpresas. Ninguna, sin embargo, se comparó con lo que ocurrió el martes por la mañana, cuando Modi ganó su segunda reelección, pero su partido perdió la mayoría en el Parlamento.
Con esa derrota, el aire de invencibilidad de Modi también pareció desvanecerse por primera vez desde que asumió el cargo en 2014.
Los resultados de las elecciones fueron particularmente interesantes porque, tras casi siete semanas de votaciones en todo el país, las encuestas a pie de urna publicadas pocos días antes del recuento final mostraban que el Partido Popular Indio de Modi ganaría de forma aplastante, como ya había hecho en dos ocasiones anteriores.
Sin embargo, el Partido Popular Indio solo obtuvo 239 escaños, muy por debajo de los 272 necesarios para formar gobierno. La alianza de la oposición, liderada por el Partido del Congreso Nacional Indio, obtuvo 235 escaños.
Con los 52 escaños obtenidos por los aliados del Partido Popular Indio, Modi seguirá a la cabeza. Pero su atractivo ha disminuido y su liderazgo ha cambiado radicalmente.
El aire de invencibilidad de Modi se rompió
Cuando Modi llegó al poder en 2014, prometió progreso económico, el fin de la corrupción y la promoción del hinduismo como elemento central de la identidad india. Con todo ello, se presentó como un líder singularmente fuerte, capaz de reunir a sus seguidores para trabajar por la nación.
Esto contrastaba con el gobierno anterior. Antes de que Modi fuera elegido por primera vez, India llevaba 25 años gobernada por coaliciones. Los primeros ministros del Partido del Congreso, del Partido Popular Indio y de terceros partidos más pequeños se alternaban para dirigir India por comités. Modi rompió con esa tradición y lideró un nuevo sistema de partido único dominado por el Partido Popular Indio.
Como líder, Modi mostró poco interés en compartir el poder. Cuando invalidó la mayor parte del papel moneda de India en 2016, ni siquiera su ministro de Finanzas conocía la decisión de antemano. Cuando decidió imponer la ley marcial en Jammu y Cachemira, el único estado de mayoría musulmana de India, presentó el plan al Parlamento como un hecho, sin pedir su aprobación.
Pero esos días han terminado.
Los dos mayores partidos que han surgido como nuevos socios de coalición del Partido Popular Indio están liderados por N. Chandrababu Naidu y Nitish Kumar, legisladores veteranos a quienes se conoce como tecnócratas moderados. Es probable que ambos exijan más autoridad en el Parlamento. De hecho, ambos han sido señalados como posibles candidatos a primer ministro, si se produjera otra coalición que no estuviera liderada ni por el Partido Popular Indio ni por el Congreso Nacional Indio.
El mapa político de India se rehízo de la noche a la mañana
Cuando el martes se dieron a conocer los primeros mapas electorales nacionales que mostraban el número de escaños ganados y perdidos en el Parlamento, se observó una nueva y sorprendente configuración.
Los mapas mostraban que el partido de Modi había perdido zonas de territorio en los estados del norte de habla hindi, considerados bastiones del Partido Popular Indio.
Al mismo tiempo, el su partido avanzó en regiones que se habían resistido a Modi en el pasado. Perdió decenas de escaños en el estado septentrional de Uttar Pradesh, pero ganó muchos en el estado oriental de Odisha y en el estado meridional de Telangana.
La única parte del país que ahora parece unificada por un partido es el “cinturón tribal”, que atraviesa los estados centrales. Sus comunidades relativamente pobres han sido hábilmente puestas en la mira de la política hinduista y los beneficios sociales del Partido Popular Indio.
El Wall Street indio reacciona
Los inversores de los mercados bursátiles indios de Mumbai respondieron con entusiasmo a las primeras encuestas a pie de urna. El lunes, se lanzaron a la compra, haciendo subir los precios de las llamadas acciones de Modi, aquellas asociadas a las prioridades de gasto del primer ministro o que se cree que se benefician de sus políticas fiscales.
Cuando se conocieron los resultados de las urnas, esas acciones se desplomaron. Las acciones del buque insignia del Grupo Adani perdieron cerca del 19 por ciento de su valor en un solo día de cotización. El índice bursátil perdió cerca del 6 por ciento, casi anulando las ganancias de los cinco primeros meses del año.
Modi sigue siendo popular entre los magnates de India, pero los inversores deben averiguar qué empresas se beneficiarán del nuevo gobierno.
Chris Wood, responsable mundial de estrategia de renta variable del banco de inversión Jefferies, advirtió el año pasado que si Modi perdía, “cabría esperar una corrección del 25 por ciento, si no más”, en el mercado bursátil indio. Históricamente, a las empresas indias les ha ido igual de bien durante los periodos de gobierno de coalición. Por lo tanto, Wood dijo que, incluso sin Modi en el poder, espera que las acciones “se recuperen bruscamente” sobre la base de la fortaleza de la economía del país en su conjunto.
Vuelve la política de coaliciones: se espera un juego de sillas musicales
Esta nueva era en el Parlamento empezará seguramente con algunas rondas de retribuciones políticas. Los políticos que no hayan conseguido escaños para sus jefes serán despedidos. Es probable que los partidos más pequeños exijan puestos en el gabinete, lo que significará sustituir a miembros del Partido Popular Indio.
Habrá que revisar las políticas. ¿Se inclinará India por la exportación de manufacturas, con el objetivo de sustituir a China como la fábrica del mundo? ¿Protegerá ahora a las industrias locales que temen la competencia extranjera?
Milan Vaishnav, investigador de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, advirtió que India no puede volver exactamente a la política de coalición que precedió a Modi. Es probable que sus nuevos socios exijan un estilo autoritario similar al que Modi ejerce desde Nueva Delhi.
El tipo de líderes estatales que necesita ahora como socios de coalición “son tan absolutistas como el gobierno nacional”, dijo Vaishnav. Podrían, por ejemplo, pedir a la policía federal que detuviera a sus oponentes, como ha hecho Modi.
Las elecciones de India fueron las mayores celebradas en la historia de la democracia, con más de 600 millones de votantes en seis fases. Esta vez no hubo quejas sobre las máquinas de votación electrónica, ni temores de que India se hubiera convertido en una dictadura bajo el mandato de Modi.
En un discurso difícil pronunciado el martes por la noche desde la sede del Partido Popular Indio, Modi calificó las elecciones de “celebración de la democracia”.
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