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Bélgica le permitirá a sus ciudadanos hacer reuniones en hogares en esta temporada de fiestas pero bajo un estricto esquema de seguridad. Las reglas son puntuales, y algunas de ellas son particularmente llamativas.
Lo primero es la cantidad de invitados: solo cuatro por casa. Estos no podrán saludar de beso o abrazo, tendrán que presentarse con el codo o el puño. Además, las reuniones tienen que hacerse en el patio trasero y al aire libre.
“No se le permite pasar primero por un espacio interior, porque entonces existe el riesgo de que muchas personas estén juntas en un espacio pequeño”, dijo la ministra del Interior, Annelies Verlinden, al medio Het Laatste Nieuws de Bélgica.
Pero lo más llamativo es la medida adoptada sobre el uso del baño: solo un invitado, elegido como un “contacto cercano” podrá ingresar a la casa para usar el baño. El resto de invitados lo tendrá prohibido.
“Entonces, si realmente tienes que ir al baño, no habrá nada más que hacer que volver a casa”, dijo un portavoz del gobierno.
Bélgica es uno de los países europeos más azotados por la pandemia. Tiene una tasa de muertes per cápita más alta que la de todos los países de la Unión Europea a excepción de tres.
A pesar de que algunas restricciones, como el de las tiendas no esenciales, se han ido levantando esta semana ajustándose a la temporada de ventas de Navidad, las limitaciones para las reuniones sociales siguen vigentes. Pero no es el único país que está buscando qué hacer con las reuniones en esta temporada de fiestas.
En todo el continente, los gobiernos luchan por garantizar que se puedan realizar reuniones de alguna manera sin que estas pongan en riesgo a la ciudadanía.
El primer ministro francés, Jean Castex, recomendó que el número de personas en las reuniones navideñas no superará las seis, sin contar los niños, con el objetivo de evitar “a toda costa” una nueva oleada de casos de coronavirus.
El jefe del Gobierno apeló, además, a mantener las medidas de seguridad durante las fiestas, en particular para proteger a la población de riesgo, empezando por los más ancianos.
La próxima semana el Gobierno recibirá recomendaciones suplementarias de los expertos para limitar la circulación del virus durante esas reuniones familiares.
Castex destacó que Francia es el país de Europa donde la segunda ola se ha contenido de forma “más firme y rápida” pero indicó que todavía es pronto para levantar el confinamiento de la población, que durará, al menos, hasta el próximo día 15, cuando está previsto que sea sustituido por un toque de queda.
“La situación sigue siendo frágil”, avisó Castex en una rueda de prensa, en la que indicó que tanto la circulación del virus como la ocupación de unidades de cuidados intensivos siguen siendo superiores a mayo pasado, cuando se levantó el primer confinamiento. Pese a ello señaló que “se puede mirar el futuro con optimismo”, en particular por la llegada inminente de las vacunas.
Francia, que tiene derecho al 15 % de las compras llevadas a cabo de forma conjunta por la Unión Europea, contará con unas 200 millones de dosis. Castex destacó que la vacuna “será gratuita “y que la campaña de vacunación, que comenzará a finales de este mes, costará 1.500 millones de euros.
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